En la pell de la terra un teler, de Núria Mirabet (LaBreu, 2024)
«En el tercer treball de Núria Mirabet apareixen tres personatges, de densos ressons mitològics: Penèlope, de l’Odissea; Cassandra, de la Ilíada, i Eco, la nimfa enamorada de Narcís. Tres caràcters femenins, que assumeixen una resistència —Penèlope pateix l’absència d’Ulisses però s’hi manté fidel i defensa la seva llar—, que arrosseguen el descrèdit —Cassandra veu venir la caiguda de Troia, però contra el do de la lucidesa té la condemna de no poder persuadir ningú—, que són condemnades el silenci —Eco no pot fer res més que repetir els darrers sons dels mots que altres diuen. No és una recreació, sinó una fonda reflexió entorn d’elles.» MANUEL CASTAÑO a El País
“la meva foscor amarga -la velocitat més petita del meu destí, dels estralls de la disfressa- em floreix pertot.” Berta Epstein
La película documental My Mexican Bretzel (Núria Giménez Lorang, 2019) narra la historia de Vivan Barret, una mujer de clase acomodada, entre las décadas de los 40 y 60 a partir de las imágenes de cintas domésticas (cincuenta bobinas de 18 y 6 milímetros) y de sus diarios íntimos. La memoria, pasados los años, reposa allí donde quedó fijada. En Les platges del clatell, la tercera novela del poeta Joan Vigó (Barcelona, 1964), el tesoro de la memoria son los poemas perdidos y hallados de Berta Epstein, Bepsta, una malograda y bella poeta morfinómana (“jo he plorat estrelles i incendis / en cambres humides”), amante de Francis Picabia, que vivió en París y que desapareció en 1923 a los 24 años, suicidándose probablemente (y digo probablemente porque con Vigó todo lo que no está cerrado es susceptible de reabrirse en su obra posterior) arrojándose al Sena (“Somniaré inerta amb el rictus dels peixos / i duré l’aigua de París a les entranyes”).
Artistas de la talla de Francis Picabia, Benet Rossell, Pablo Picasso, Palau i Fabre, Kiki de Montparnasse, Erik Satie, Man Ray, Stacia Napierkowska, Marcel Duchamp, André Breton… son, en mayor o menor medida, protagonistas de esta novela puzle, novela matrioshka, novela trampantojo, novela documental que dialoga desde sus tres planos temporales con la obra anterior del autor (la visita de Rossell y Miralda en 1971 a la licorería del Russell de Haiku a Brooklyn, la malograda Bepsta o la marquesa Luisa Casati: Vides potser) creando (¿cerrando?) un, de momento, tríptico metaliterario de carácter híbrido y, en Les platges del clatell, absolutamente oulipiano, vilamatiano y bolañiano.
A la manera del Decamerón (Giovanni Boccaccio) o de El manuscrito encontrado en Zaragoza (Jan Potocki), a la manera del mismo Vigó en Haiku a Brooklyn, un hallazgo documental desencadena la trama: los poemas de Berta Epstein, rescatados en un primer momento por Francis Picabia cuando esta, en un momento de desesperación narcótica, pretende lanzarlos por la ventana; enviados por Picabia a Breton para que los publicase en Littérature, y olvidados y rescatados varias veces hasta llegar a las manos de Corsini (estudioso literario y peculiar goshtwriter) que los entrega a Vigó (el personaje ) quien los incluye como un insert con identidad propia en la novela con la misma estética que los poemarios de la colección Alabatre donde Vigó (el autor) publica (¡oh, casualidad!) los suyos. “Mentre Baixa l’escala i els crits d’ella s’esvaeixen, de la mateixa manera que intueix que la seva historia amb Bepsta està arribant al final, té la certesa que, havent-se quedat els seus poemes, està salvant alguna cosa. Tal vegada el llegat que en quedarà”. Treinta y tres poemas y veintidós escritos fragmentarios “robats als escarbats”: el legado del que ahora, en una constatación de la teoría bretoniana del azar objetivo (hasard objectif), podemos disfrutar.
La novela trenza una cronología triple (los años 20 en París, 1971 en Nueva York y la Barcelona contemporánea) en una suerte de informe literario, detectivesco y documental (un recurso similar al recientemente utilizado por Hernan Díaz en su magnífica Fortuna). Tan pronto estamos con Picabia en el París de las vanguardias, como observando la vida en Nueva York desde la mirada voraz de Rossell y Miralda (“jugàvem a ser artistas quan, de fet, érem artistas”); tan pronto seguimos las hazañas erótico artísticas de Picabia por tierra y mar (la institutriz de su hijo Lorenzo en la casa familiar de Mougins, la bailarina rusa Stacia Napierkowska -inmortalizada en sus cuadros como Udnie- en su viaje a Nueva York a bordo del La Lorraine), como asistimos a un accidente de coche durante el rodaje de French Connection (William Friedkin, 1971) que deriva en una noche de mezcal (¿Los suicidas?) frente a un peculiar altar picabiano; tan pronto asistimos a los argumentos de Picasso sobre las mujeres y las musas (“No són muses. Són fonts elèctriques de desig que ens connecten amb el centre de la terra”), como disfrutamos del cielo cubista de Manhattan desde Welfare Island. Rossell y Picabia, artistas totales ambos (pintores, poetas, multidisciplinarios), unidos por el hilo de la bohemia y la imperiosa necesidad de exprimir la vida, curiosos, calidoscópicos, poliédricos, anti dogmáticos, parisinos a ratos. Rossell y Picabia: “aristòcrates de l’esperit”. Dos figuras ante el mismo espejo, dos reflejos de dos mundos desaparecidos que convergen en el actual de la mano de Corsini y de Vigó (personaje y autor), tras el hallazgo y la edición de los poemas de Berta Epstein, en un doppelganger que multiplica la fractalidad de los personajes.
El aparente juego de casualidades que impulsa la(s) historia(s) se sostiene en un minucioso trabajo de investigación y documentación histórica (condensado en el Àlbum final, un despliegue forénsico de pruebas documentales que certifican la veracidad de lo narrado) en el que Berta Epstein está, por acción o evocación, en el centro de la trama. Bepsta, la mujer con “la sang més perfecta que et puguis imaginar”, la protagonista azul de La femme aux allumettes (Picabia, 1924), la que huyó a los catorce años del barrio judío en el que vivía al saber que sus padres la querían casar con un rabino, rescatada de la prostitución callejera por su amante Béatrice Dumont (“les dues col·leccions d’ossos simètrics / que som tu i jo / Béatrice”), iniciada por esta en la morfina (“Era com un animal ressentit. Tenia tanta ràbia a dins que només l’apaivagava amb morfina”), liberada y libertina, admiradora del salvajismo vital y literario de escritoras como Nancy Cunard o Valentine Penrose, y a quien ni el amor siempre tempestuoso (“ell s’enamora en allau”) ni el dinero de Picabia le bastaron para alejarse de un final trágico (“Car no he nascut / per ser salvada / sinó per ser la meva pròpia força / entre aquests papers / i les agulles / malgrat el teu bon cor”).
Bepsta, prostituta y poeta (“cristalls d’un temps que ara recordo”). Bepsta, morfinómana y poeta (“i els ossos se m’esquerden quan tremolo / i fa set només de mirar enllà”). Bepsta, “dona, parpella, espasme laminat, ull sísmic del cor, sina lloma” y poeta. Bepsta, fantasmal Cleopatra de París y poeta (“Volar damunt de totes les teulades / reposar als engonals de la Torre Eiffel”). Bepsta, la poeta de la sonrisa y la felicidad efímeras (“Trampa del somriure. Llàgrimes cares”). Bepsta, la poeta que huyó de los disturbios entre surrealistas y dadaístas en el Théatre Michel la noche del 6 de julio en París camino del Pont de la Concorde…
“Serà de nit: ulls clucs el salt damunt els peixos adormits la queixalada de mans i de dents d’alga. Serà de nit.”
La polifonía de Les platges del clatell encaja con precisión artística y mecánica, componiendo en sus capítulos un catálogo fabergiano de orfebrería literaria. Picabia por voz del narrador. Rossell en voz propia en lo que parece una transcripción escrita de conversaciones. Berta Epstein en la evocación de Béatrice, en la carta de Casati a Schiaparelli. Y Vigó, el autor que escribe y el personaje que escribe, como el alquimista que combina los elementos hasta dar con la/su piedra filosofal: los poemas de Berta Epstein. Novela, también, juego. Novela reto para el lector que puede optar por confiar en la veracidad del relato, ser cómplice de un Vigó más detective salvaje que nunca, o intentar el despiece entre la realidad y la ficción. Yo opto por entregarme a la historia, como ya hice cuando vi My Mexical Bretzel, por la complicidad con el autor, por ser parte del caleidoscopio literario (“Fer girar el calidoscopi, no és potser crear formes atzaroses que en persegueixen unes altres?”) y por disfrutar de la trama, de la lírica, de los reflejos dioramáticos y del mantra benetrosselliano: “no cal entendre-ho tot”.
Termino esta reseña con un regalo poético para su autor. Tuve la suerte de compartir con él tardes de exhumaciones literarias (composición de poemas hurtando palabras de otro texto bajo una traba oulipiana –porque como afirma Picabia“en la poesia tot és i tot pot ser”-) y ahora hago bandera de su juego utilizando su voz y constriñendo mis versos a lo que leo como unas nítidas instrucciones exhumatorias en la página final de sus agradecimientos: “El cognom Picabia apareix en el llibre 184 vegades. Epstein, 54. Rossell, 53. Picabia, 49. Palau, 27. Napierkowska, 9.”
“Joc de miralls els ulls perduts en un enllà fet de no-res, tant era em va sacsejar per dins. Volia ser poeta: a cada pàgina marques de llapis. Itineraris.”
Esteve Miralles és un dels escriptors més interessants dels últims temps. Publica amb comptagotes i que LaBreu hagi decidit treure en un sol volum els tres llibres de poesia que havia escrit fins ara és una gran notícia. Primer, perquè ens ofereix una veu que és alhora contundent i lleugera, que sap convertir l’experimentació en un goig i les màximes en emocions. Ell mateix diu que la poesia “és un vincle”, una relació que cada poema ha de construir amb el seu lector. ‘L’estrany’ és l’intent de teixir aquest lligam.
Miralles beu de la tradició i se n’inventa una. Escriu sobre l’amor i la lluita, la transmissió i la recepció. Encadena ‘villanellas’ i haikus, ara s’endinsa en la prosa poètica, ara en l’onzet. Aquest llibre és un festival formal de paisatges molt diversos.
El descobriment de l’illa (Còrsega sota una nova perspectiva)
Autoria: a cura de Francescu Micheli Durazzo
Títol: Cinc poetes corsos
Editorial: LaBreu Edicions, Barcelona, 2023
Pàgines; 178
Mai no m’han agradat les antologies. Representen un intent de copsar la diversitat, l’amplada de l’horitzó a dins dels estrets marges d’una fotografia xicoteta. No tot hi cap, doncs. Hem d’escollir, de seleccionar, i sempre tenim la sensació que el millor hi queda fora. Que hi ha un marge de subjectivitat, en el curador, que ens fa passar gat per llebre (les amistats són deutes que caldrà pagar, es creu). Es tracta, com no, d’una tasca gegantina, aquesta d’establir ponts entre la realitat i allò que comença a conèixer-se, però que encara no, ben bé, a penes com l’arena que se’ns escapa entre els dits. Cal ser, doncs, un savi, un autèntic dominador de les estètiques que tindrem sota els nostres peus, per agafar el bo i millor de la collita i que s’aconseguisca un equilibri que potencie el conjunt, i cal que aquest conjunt represente allò que realment s’ha volgut retratar (una antologia no deixa de ser una imatge fixa, com la que intenta distingir, quasi sempre per mil·límetres, el guanyador d’una cursa ciclista, aquesta fotografia del final que és, alhora, la d’un nou inici, perquè la cursa continuarà a l’endemà, i la literatura que s’ha volgut escollir i seleccionar continuarà viva, mostrant-ne les potencialitats cada any que passa, i és per això que les antologies, malauradament, sobreviuen tan mal, i les he de considerar un mal). Però un mal necessari.
Un mal necessari perquè, en ser humans, i disposar d’un temps limitat, no se’ns ha concedit la possibilitat de fer nostre tot el coneixement, tot l’art, tota la creativitat existent, ni tenim les habilitats per aprendre totes les llengües ni dominar tots els registres en què aquest art ha estat bastit. De nou, hem d’escollir. L’elecció, com un pas necessari que ens precedeix, que ens permet fet un tast degustació, però sense menjar-ne massa, no siga que no puguem digerir amb coherència i se’ns acabe repetint aqueix plat exquisit que tant de gust ens feia…
A més, un mal imprescindible quan parlem de les llengües menys parlades, quasi com perles que s’amaguen a la mirada evident. Així, ens hem de referir a la situació de la cultura corsa, de les barreres que en limiten el coneixement, la normalització en aquesta Europa de les cultures, on sempre existeixen les de segona classe, les regionals, les prescindibles. És ací on rau, on es fa evident la necessitat d’antologies com la que, a cura del poeta Francescu Micheli Durazzo, tenim a les mans. Una antologia que permet a tota una literatura fer-se’ns visible, tangible i, alhora, una invitació a continuar explorant aquesta selva quasi verge fins fa uns instant, fins que l’edició d’aquest llibre ens ha permés de descobrir nous territoris, i així avancem: cap a l’oest, a la conquesta de noves belleses incògnites, que ens faran assistir, extasiats, al naixement d’una nova literatura (neòfits, com som, ho desconeixem gairebé tot, quan més sabem més ens adonem de la nostra greu limitació). La necessitat hi era, però només la nostra comoditat ens havia evitat de descobrir una nova visió del món que s’amaga en aquesta literatura acabada de copsar. I a penes en sabem un pessic d’aquesta salsa, com diria el nostre Estellés, ja centenari i tan desconegut en contrades distants de la nostra o de tants dels nostres que han preferit oblidar-lo… I parlant d’oblits, no voldria deixar de reconéixer la tasca, tan complexa i desconeguda, que fan els traductors per apropar-nos aquestes veus i fer-nos-les sentir nostres. Les traduccions, cada autor a càrrec d’un traductor o traductora diferent, no desentonen en el seu conjunt i totes aquestes gaudeixen d’una naturalitat que ens fa sentir com si realment ens trobàrem al davant de textos pensats originàriament en la nostra llengua. Per tant, d’aquestes es podria fer el millor elogi que podem presentar d’una traducció, i és que no ho ha semblat pas que aquests textos hagen estat escrits en una altra llengua, com ara el cors, i és per això el meu reconeixement als cinc autors i autores que se n’han fet càrrec.
Si una antologia és un intent limitat de descobrir el món, una ressenya és la constatació que les limitacions són, realment, la regla general de la nostra existència: el reconeixement que estem condemnats a mostrar sempre un pessic del que hem vist, olorat o estimat. La tria, doncs, del què mostrar anirà de la mà, inevitablement, del què ressenyar. I hem d’afirmar, de forma clara, que s’ha sabut trobar un delicat equilibri entre les cinc propostes incloses en aquests Cinc poetes corsos, títol descriptiu que no amaga res (no es tracta de poesia contemporània, ni d’un llarg llistat d’autors dels quals a penes hi ha un tast, residu gens representatiu de llurs obres…, no se’ns promet descobrir tota la poesia corsa, només se’ns diu la realitat d’allò que hi trobarem, la presència d’un nombre limitat d’autors dels quals se’ns mostra una visió prou aproximada del què i del com escriuen). Sí que podem afirmar, però, que el lloc marca, especialment el lloc que ens ha vist nàixer, i podem trobar llocs comuns en la major part dels autors, que fan referència al paisatge (més o menys amagat, de vegades a penes intuït), un paisatge mediterrani (no ens queda lluny, aquest espai sec, amb elements naturals que ens recorden els que, si ens allunyem una mica de les ciutats, hi trobaríem). Marca d’aigua (malgrat la paradoxa que aquesta expressió puga significar) que acaba esdevenint com una forma de ser en el món. Reconeixible. I, per això, necessàriament destacable.
Passarem, doncs, a mostrar, d’una manera breu, inevitablement breu, l’essència que ens ha quedat després d’aquesta lectura (que ens deixa un gust plaent i la sensació de voler-ne més, com escau als grans plats i a les millors lectures). S’ha d’agrair a Durazzo que haja fet un recorregut intergeneracional dins de la mostra, perquè així ens permet partir d’un autor que és, necessàriament, un explorador en un entorn inhòspit (en una literatura que s’estava fent-se a si mateixa, en una llengua a penes sense espais reconeguts ni consolidats, com ens diu a un pròleg valuosíssim per fer-nos cinc cèntims del context social d’aquesta literatura) fins a l’autor més jove (que s’ha trobat una situació una mica més senzilla, un poc més amable, i que es pot permetre d’escriure amb una llibertat creativa major). Així doncs, Ghjacumu Fusina ens mostra, en els seus versos, el fet de l’escriptura una mena d’alliberament i, alhora, com una dificultat: entre les mans, les paraules, antigues (ell diria velles: «són, però, totes velles») no l’ajuden en la creació d’aquesta veu pròpia que està explorant. Poeta d’emocions i de somnis («és ben cert/ que la nit espia els nostres somnis»), guarda en ell mateix el patiment dels anys, en una bella analogia entre el jo poètic i el món de la pròpia llengua, que s’hi arrossega. La figura, però, de l’illa, hi apareix («l’illa allà/ abandonada») i la presència de la mar que l’envolta no podien deixar d’aparèixer en aquesta veu colrada pel sol i els elements. Uns elements que acaben per envair fins i tot la pàgina del poema («es fiquen/ fins a la teva pàgina»). El poeta, però, no s’aïlla del món i inclou referències a fets que l’han copsat, com quan inclou la Plaça de Tiananmen i el jove que tractava, posant-hi en perill la vida, d’impedir l’avançament d’un tanc. En definitiva, una combinació d’insularitat i el món que li arriba, una senzillesa en la dicció, i una emoció que n’amara els versos. Pasquale Ottavi fa front, des de l’inici, a les contradiccions d’una cultura que se sap negligida, però que vol lluitar per sobreviure, com veiem clarament al poema «Bilingüisme» (poema que podríem haver fet nàixer perfectament a casa nostra, cada vegada més a prop d’una persecució incansable, d’una mena de creació de guetos lingüístics davant d’una llengua majoritària que no es cansa mai en la seua expansió). La referència a la llengua és constant en els seus poemes («tu la meua llengua/ la meua pell de gallina/ si tu saberes/ a cada instant/ que ets el centre del meu dolor»), i en aquest fragment veiem clarament el contrast entre l’essència del jo poètic i el dolor causat per la impotència a què l’han sotmesa. A més, també ens parla de la necessitat que té de la poesia, tasca per la qual ha estat gairebé predestinat («acceptí/ de convertir-me/ en la seua víctima»). El poeta, doncs, cercarà les paraules per fer-les seues i aconseguir mostrar-nos el seu món (i el seu patiment), però també ens fa referència al món, físic, que l’envolta («les meues hortes/ fetes amb línies/ i als seus solcs/ regats amb tinta/ hi naixen mots»), com a referent necessari pel poeta. I, com no, l’aparició inevitable de la mar («i la nostra/ barca/ dolç refugi/ per a tots dos»), donant pas a un dels grans temes de la poesia, com és l’amor, o també la seua absència («ara que m’has deixat»). Francescu Micheli Durazzo ens mostra una poesia amatòria, amb belles metàfores («amb el teu nom n’hi ha prou:/ ell ho diu tot, fuig de la metàfora») que es diuen de forma directa, amb una naturalitat que sorprèn i ens interpel·la. Com en els altres autors, la metapoesia, la referència a l’acte creatiu, com a acte de sentir que el poeta té de forma necessària (la seua forma d’estar al món) també hi apareix: «fins a imprimir-los en el blanc/ d’un cel que s’omplirà de tinta». Són poemes breus, directes, amb expressions clares i punyents, i un to eròtic que va acompanyant-ne la lectura, però d’una forma acurada i poderosa, que no interfereix en l’estil del poeta, sinó que li atorga naturalitat. També tenen, els seus versos, espai per mostrar l’arrelament a la terra: «sí a l’illa-pont/ sense fronteres ni banderes», com a port des d’on contemplar el món en què l’autor se situa. Port i casa on trobar refugi per l’ànima cansada, el seu lloc en el món. I tot això, sense evitar la necessària reivindicació d’una llengua, el cors, profundament estimada: «segurs de la llengua en què/ s’estimen», tot i que també s’interprete en el sentit del llenguatge amatori: la llengua per a qui la parla és com el cos per als amants. I àdhuc referència a l’illa, al pas del temps, a la infantesa, elements bàsics d’entre els tòpics de la poesia universal. Hi ha, doncs, una poesia vitalista, que avança en el sensualisme i explora les possibilitats que la llengua corsa li ofereix. Patrizia Gattaceca ens conta una història (en un breu poemari unitari) on hi trobem totes les estacions i possibilitats que l’amor li ofereix, i que per endavant sabem que estarà condemnada a la desaparició, a l’absència, com una vida en miniatura dins de la vida mateixa. Hi ha la reivindicació de la nit (potser herència de lectures dels trobadors occitans, on la fosca era el refugi dels amants): «tindrem prou nit/ per embellir els dies?». Inicialment, el temps s’eternitza («entre les nostres vides/ el temps no es pot extingir»), i les metàfores amatòries són belles postals de poemes mínims que ens fan copsar la intensitat d’aquesta relació. Cos a cosa, batalla fugissera, que sabem perduda, perquè la gran derrota és, com ja intuïm, el pas del temps. Però tenim la sensació que el temps, durant un instant, pot arribar a respectar-nos: «mentre es deturava/ el temps sobre nosaltres»). Les metàfores relatives a la mar (a l’illa, doncs) també hi apareixen («la sorra/ xarxa de plaer») com un element imprescindible, tot i que la seua presència és delicada i fa de contrapunt a l’amor-passió del jo-poètic. Fins que s’acaba: «sempre/ vas ser un adeu». I, llavors, la nit esdevé cau de patiment i imperícia per «vèncer cada dolor». Sobre el llit desert, constatem que «els somnis s’han assecat», i només hi podem recórrer al fet «que aquesta cascada de tinta/ ofegui en les meves paraules/ la bogeria del món». És a dir, el moment de l’enyorança, el temps de l’«espera muda i quieta/ amb una fe eterna/ que ell vindrà/ a rompre l’encanteri». Tot, però, romandrà en un temps antic. Versos breus que traspassen l’ànima i que ens mostren tot un ventall de les emocions humanes. Per últim, d’Stefanu Cesari podríem dir que és l’eclosió de l’experimentació. Ens mostra les possibilitats que la llengua li ofereix, per ensenyar-nos un món fragmentat, molt arrelat a la terra, però a través de vidres que converteixen l’observació en un acte transformador. Apareixen la història, l’amor (no amable, no contemplatiu, sinó radical), la carnalitat de la paraula, la transcendència del jo, l’intent d’arribar als límits de les paraules, en una poètica que vindria a arrelar en les millors mostres de la poesia avantguardista. És, doncs, el nostre autor un exemple de superació de les veus poètiques que el precedeixen, i això és possible gràcies a una normalització mínima de la llengua corsa, a un reconeixement que comença a alçar el vol, amb totes les dificultats que ens imaginem. Una poesia que modela la forma del poema, els recursos tipogràfics, en la seua temptativa de sorprendre, cosa que aconsegueix de manera brillant. Així, hi trobem la barreja de temes ben distants: elements humans, història, elements de la natura, confrontació amb una carnalitat abrupta, i una realitat del jo-poètic que no sabem si és real o més aviat fronterera a un altre més propi dels fantasmes: «una gerra de fantasmes». La paraula acompanyarà en aquesta exploració salvatge: «bogeria endinsada d’improvís en la paraula», que és, alhora, coneixement del jo. Hi ha una loquacitat en l’expressió, una vivor, una ardència que representa la presència dels registres vius de la parla, per afegir aquesta pàtina de realisme extrem. Però esbossant una sèrie d’imatges oníriques, simbòliques, de les idees que ens vol presentar el poeta: la presència de la llengua estrangera, el fet d’alimentar-se «d’unes ganes de dir», la impossibilitat de fer-ho, la presència d’un tresor (com a les històries de pirates, una altra vegada les illes), l’abandonament (del passat, de la tradició…) i una nova carn (metàfora d’una regeneració, en tots els sentits desitjada). Versos amb un to quasi cinematogràfic que ens fa experimentar una mena de baixada abrupta als inferns i una representació d’un univers estrany i encisador alhora. Per acabar amb uns versos que fan de teló i quasi de poètica: «i és aquí que te’n vas, en aquest moment sense acabar, entre principi i final», com deixant-nos la promesa d’una literatura en efervescència de la qual se’ns han mostrat uns detalls, però d’allò més representatius.
En definitiva, dèiem al principi, com una declaració de principis, o d’intencions, que les antologies no ens agraden perquè trenquen la concepció que fa el poeta de la seua obra, perquè significa reduir un paisatge bastíssim…, ara, però, haurem de dir, de proclamar, que antologies com la present no només són una realitat, sinó fins i tot una necessitat profunda, per trencar barreres i fer-nos arribar el bo i millor d’altres literatures. La corsa és, així, una magnífica promesa que ha començat a esdevindre tota una realitat en majúscules.
Cobricelada per un paisatge gebrat, l’escriptura d’Anna Dodas s’arrela en la cançó que cau i degota. L’autora (Folgueroles, 1962 – Montpeller, 1986) calcava el cant minuciós i dúctil del misteri pouat en la foscor i el silenci, desfet arreu del seu paisatge natal. En dibuixà el seu pas a ritme de tres moviments: Paisatge amb hivern, El volcà i Poemes esparsos i esbossos, aplegats al volum de LaBreu.
Del primer moviment, el galop i el salt per una terra silent que comença a dir-se pel batec d’un cor. Del seu temps, tan sols l’ofrena destrenada de llum, del fons de l’absència, del so que retruny i retorna, del dol contingut que esclata. Versos latents d’imatges, sembrats de llavors closes sota la neu, de tacte humit i vibrant. Dodas escriu i parla amb els arbres corporis d’un paisatge hivernal que acull els fragments d’un món ocult que tan sols pot revelar-se amb el so, amb l’escolta de la matèria vegetal (el brancatge arrissat, la carolina molla), les presències animals (galops, petjades, renills salvatges) i minerals (la roca foradada). Els tres moviments s’apleguen sota el títol d’El volcà, anomenant «Paisatge amb hivern», els versos en estat de latència gebrada i fonda, «El volcà» com a eclosió i les reverberacions experimentals a «Poemes esparsos o esbossos». El ritme iniciàtic resulta ja un tall que escindeix la veu en una imatge latent i de somni, de galop i de plor que canta al fons d’un paisatge sonor que transmuta constantment, del cosmos a la llavor tel·lúrica. La visió de la llum és d’allò que roman i sendimenta, i encega: «no veig res, sóc cega/ enlluerna/ reverbera/ la llum».
El vers s’esfila entre silencis i imatges latents, com fibres del bosc que prenen veu i cant: «l’has vist, el bosc?/ transfigurat/ no hi ha record/ ni fullaraca/ com l’altre bosc/ més enllà de la vida». Rítmicament trobem una latència, un cavalcar lent que ve d’una gorga fonda i s’apropa com un cant oriünd. Els poemes són de to greu, on les paraules es vessen i s’endinsen des d’una tendresa vegetal i una pulsió tel·lúrica cap a una lluminària efímera. Trobem ressonàncies verdaguerianes, però si en Verdaguer trobàvem la rima d’escata i de lli a Brins d’espígol, en Dodas l’esclat es manifesta de manera clara: «jo sóc el salt/ no sóc res més:/ una carolina molla/ que aguanta la pluja/ tristament». De textura metamòrfica, les flames i de les guspires: «vena oberta, vísceres, cavernes/ el vermell que tot ho rega/ silencis / dos sols surant per calitges/ talment dos cors». La rovalla o les restes d’argenteria es deixen palpar a l’última part, de poemes esparsos «vam ser de plata un dia/ o una nit/ sí, una nit de metalls/ que brunyia l’escorç de tot». Matèriques i d’un fons llunyanament estrany, un estany gebrat que s’esquerda i n’emergeix la memòria del dolor (dels estels), apaivagat per una tendresa efímera, un erotisme de la natura vegetal, tenyida d’estranyesa: «què fora més plaent que una/ barca menada/ per una gran mà […]/ la neu per enfonsar-hi els dits/ les ales fulgurants». Hi ha un ressò del Weltschmerz («dolor del món») de la tradició germànica, com un estat de melangia més profund on es percep una inadequació al món real («mil estrelles que giren/ dolorosament»), però acompanyada de brins de bellesa, «el suau vellut d’un pètal», «la pluja que embolcalla».
Del segon moviment trobem diverses imatges del final: «es desprèn un meteor brillant/ i lluu l’escorça gelada/ de la terra./ Espurnes palpitants/ els tènues estels/ de la tenebra». L’ocult és el revers de la veu, l’absència, allò que sura en un misteri entelat: «La perversa impotència/ D’un fat que no és sinó espera». L’espera, la latència i la cristal·lització apareixen suggerides a través d’elements aquosos i d’un estat del món somnolent: «S’adorm el cor/ i els cristalls xops/ les lentes gotes/ com s’abalteix/ el món». Les imatges metamòrfiques són les que modifiquen per complet l’estructura semàntica i rítmica del poema: «els sorolls de la nit/ o silencis/ les altes hores passen/ res més que el silenci i un foc/ sota cendres llunyanes/ el matí serà rosa/ ara és blanc i cansat/ sota silencis de palla / tu fores silenci i ara ets espina». La natura es concreta en allò mineral i el llenguatge de l’orfebreria s’empra per desvetllar una visió de brillantor «vam ser de plata un dia/ o una nit/ sí, una nit de metalls/ que brunyia l’escorç de tot». El jo líric sent la natura com allò que la travessa: es tracta d’una natura corpòria, ja que l’estat hivernal parteix sempre del cos. El paisatge es colga i s’emblanqueix, però no emmudeix, sinó que murmura de manera incessant i esdevé d’una expressivitat tangible i corpòria.
Portar Anna Dodas al present i vivificar els seus textos —com ha fet LaBreu amb aquesta edició, i a través de la música amb artistes com Neus Borrell i Miquel Joan (Tot dorm, 2019)— és traginar per la vall nevada el revers tangible d’una latència hivernal que creix i esclata, com una crisàlide llum que acull la veu de l’altra.
presentació recital de L’ESTRANY d’Esteve Miralles amb l’autor i Lluís Muntada a la terrassa del Tasmània de La Bisbal) amb la col·laboració de la llibreria La Siglantana (19.07.24)
presentació de L’ALTRA VENÈCIA de Pedrag Matvejevic publicat per LaBreu Edicions COM EM VAIG ESCAPAR DE LA PRESÓ DE VENÈCIA de Giacomo Casanova publicat per Edicions del Cràter amb les editores Ester Andorrà i Mariona Bosch a Cal Llibreter (17.07.24)
poetes que han publicat a la col·lecció poètica de LaBreu alabatre van ser celebrats a la 17a Festa de la Poesia de Sitges : Joan Todó, Anna Gual, Melcion Mateu ( del 5 al 7 de juliol)
L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejevic a la tarda de Catalunya Ràdio, minut 19:12
“Venècia és una ciutat tan mitificada que tu tens una idea de Venècia que mai es correspondrà amb la realitat, potser serà sempre millor… L’ALTRA VENÈCIA barreja l’assaig i el dietari i el que fa és agafar els llocs no turístics, els cantons amagats, la història que hi ha darrera de l’aparença de la ciutat per descobrir-nos alguns detalls de la ciutat que no havíem vist mai. És un llibre de proses curtes, és un llibre objecte, està ple de fotografies i ple d’il·lustracions i, a mi, m’ha semblat molt curiós perquè agafa indrets que no t’esperes i veure’ls des d’aquest cantó i te’ls descriu d’una altra manera. Un llibre molt segle xx, molt culturalista, de senyor erudit que t’explica les seves coses, però esclar descobreixes moltíssimes coses sobre Venècia, o sigui que si aneu a la ciutat sens dubte.” Marina Porras
de l’entrevista a Joan Vigó LES PLATGES DEL CLATELL al Més324 de Xavier Graset
“és un llibre polifònic i metaliterari que ressegueix la vida i obra de la poeta avantguardista Berta Epstein, que ara mirarem des saber si va existir, o no, o qui va ser… et mantens fidel a aquesta ambició rupturista, l’afany d’experimentar com als llibres anteriors… en les figures de Benet Rossell i Picabia comparteixen la celebració constant de la individualitat, la llibertat, la consciència d’una vida pròpia i , oberta a tot… surt un Nova York no tant tematitzat com ara era un NY duríssim el dels setant, de plom i de cavall… i parles també l’amistat de Josep Palau i Fabre i de Picasso… els lectors descobriran personatges d’altres novel·les seves com l’advocat Epstein, un dels secundaris de HAIKU A BROOKLYN que compares a Danny de Vito, i encara més referències cinematogràfiques com “French connection” i literàries com “Il Gatopardo”… obrir un Vigó és com obrir una caixa d’eines perquè estem convençuts que anar obrint els seus llibres els farà viatjar i anar cap a altres móns, una feinada fantàstica la que fa el Joan” Xavier Graset
“és un dipòsit de veus diverses que expliquen una cosa i es complementen entre elles. una mica un atzar perquè es parla d’una investigació atzarosa aplicant el principi de Marcel Duchamp que és l’atzar objectiu… m’agrada posar-me en el carro de la tradició i agafar recursos que que altres escriptors han fet molt abans i jo m’hi apunto també… es tracta d’anar evolucionant, i vulgues que no, després d’haver fet dues obres, encara que hi havia salts temporals, eren un continum temporal en aquest cas sí que les veus narratives són diverses, els enfocaments són en una amplitud de 108 anys, i la importància d’aquestes veus esclar… sobre Berta Espstein he estat investigant tres anys, quanta gent, creadors i creadores s’ha endut la història! les guerres, la misèria, les malalties, la pròpia cobdícia del món que només busca l’enriquir-se… he inclòs una bibliografia extensa sobre el llibre per si algú s’hi vol perdre, per si algú té curiositat per ampliar… un llibre m’ha dut a un altre, crec que hi ha gent que també tindrà aquesta pulsió, i llavors em semblava que en aquest cas concret incloure la bibliografia que jo havia fet servir d’una manera o d’una altra li podia anar bé per aprofundir amb temes que jo només aquí apunto, això ho agafa un altre tipus d’escriptor i en fa vuit-centes planes i es queda tan ample… Benet i Picabia representen l’antigregarisme, és a dir ser conscient de la pròpia identitat no per ser egoista si no per desnvolupar-te i ser tu mateix, tant Picabia i Benet Rossell van fer l’art que consideraven que tenien que fer… ” Joan Vigó
dins la programació del Festival Poesia i +, recital de Martí Berlanga QUADRUPÈDIA amb Laia M. Llobera i Jun Komura. al Bar del Cafè Nou de Mataró (06.07.24)
“Nit de contes 2024″ amb Cristina Garcia Molina ELS IRREDEMPTS a Ateneu Candela de Terrassa Organitzada per Paper de vidre i Llibreria Synusia (05.07.24)
L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejević a l’Illa de Maians, el podcast d’Ona Llibres
“Matvejević va acostant-se als paisatges menys coneguts de la ciutat, a les escultures derruïdes que s’amaguen als cantonals dels seus barris … tot dignificant-ne els barbers, les osteries… i fent que la sonoritat que brolla al caminar pels ponts esdevingui alta literatura. La gràcia d’aquest text és descobrir-nos coses que no sabíem, però també regalar-nos fragments breus substanciosos sobre la ciutat, d’un autor que gasta una retina cultural més que considerable. Aquest és un llibre antiturístic literàriament metafísica i una apologia extraordinària dels detalls” Bernat Dedéu
Cristina Garcia Molina llegeix “Moll” el darrer relat d’ELS IRREDEMPTS a la “25 nit de narradors” al Claustre del Monestir de Banyoles amb Josep Maria Fonolleras, i els traductors Jordi Martín i Marta Pera. Organitzat per la Llibreria L’Altell. (04.07.24)
Joan Vigó LES PLATGES DEL CLATELL entrevistat a Ràdio4
“Vigó suggereix una actitud que jo trobo molt suggerent, la curiositat com a motor de la nostra vida… té una de les condicions bàsiques per ser un gran autor que és un gran lector, no només un gran lector si no que té una gran visió sobre el món de l’art, és un expert en temes de gastronomia, que és un factor que ajuda bastant a la creativitat… podríem parlar d’una novel·la d’investigació, la lectura de les novel·les del Joan és molt agradable per començar, és una escriptura complicada i una lectura senzilla, per tant aconsegueix el factor fonamental de la bona literatura que és que sembli que allà no hi ha passat rs i en canvi hi ha la mà d’un escriptor amb un treball sobre el llenguatge important, però que té un motor principal que apareix en tota l’obra del Joan, diria que també a la poesia, que és el motor de la curiositat, el saber i l’investigar…quan acabes de llegir un llibre del Joan et dona la impressió d’haver après moltes coses, algunes seran falses, i què?! ” Xavier Vidal
“a una de les cites inicials del llibre, d’un artista d’aquells que fan art en el paisatge, que es diu Robert Smithson que diu ” la verdadera ficció acaba amb la falsa realitat” i una mica la cosa va per aquí… així com VIDES POTSER i fins i tot HAIKU A BROOKLYN eren una narració més seguida en el temps, amb una cronologia bastant lògica, bastant no, del tot, en aquest cas el que volia era experimentar amb diverses veus narratives, per això un dels capítols té guió de cinema, un altre capítolté forma de diari personal, altres tenen forma d’entrevista o de gravació d’unes declaracions d’algú… vaig intentar d’oferir des d’una perspectiva múltiple que al final et fas una idea de qui era Berta Epstein. És atemporal i té diverses capes de lectura, no exigeix que el lector estigui al cas de tot… no cal entendre-ho tot” Joan Vigó
Sortegem un lot de llibres de LaBreu per celebrar l’estiu! #llibresLaBreu
Què cal fer?
Subscriure’t al butlletí!
Convida a dues persones als comentaris!
Ves-hi amb l’enllaç a la descripció.
BASES LEGALS
El guanyador l’escollirem el 15 de juliol mitjançant l’aplicatiu Simplers. Caldrà complir tots els requisits. Els exemplars a sorteig són les novetats publicades aquest 2024.
de l’entrevista a Lluis Maria Todó, en ocasió de la traducció de RECORDS D’EGOTISME d’Stendhal, al Més324 de can Xavier Graset (25.06.24)
“Stendhal és extraordinàriament modern. A la seva època no va ser llegit ni publicat. La gran part de les seves obres les tenim ara, són pòstumes. Va ser un autor molt secret, ell era diplomàtic, més o menys, però s’hauria mort de gana amb l’escriptura.
Escriu un estil molt diferent dels seus contemporanis que no té res a veure amb el codi civil napoleònic. Stendhal era molt mentider en tot cas el seu estil era molt viu, hereu en certa manera de Rousseau. És com un bolet, tot el que fa és nou, és diferent.
Per començar la paraula “Egotisme” que no existeix en francès la va agafar de l’anglès que tampoc és molt usada, però no sé perquè li va agradar. Si busques al Larousse “Egotisme” diu “la paralaula que usa Stendhal” perquè és l’únic que la fa servir i és aquesta manera tan particular que té ell de parlar d’ell mateix. S’inventa l’autoficció, aquest llibre se suposa que és una autobiografia però hi ha coses que són veritat i coses que són mentida, les dues novel·les que escriu tenen també una part autobiogràfica. Fa una cosa una mica metadiscursiva, de tant en tant diu “això que escric és molt avorrit”, aquest llibre fanstàstic s’acaba d’aquesta manera, diu: fa massa calor per tenir idees, plego! i així s’acaba! és molt estrany i molt interessant.
Sentia realment un menyspreu pels borbons “per a mi eren llavors un fang pudent”. Va ser primer molt napoleònic, molt bonapartista, fins al punt d’acompanyar a Napoleó a batalles importants de l’expedició a Rússia, i després es va desenganyar quan Napoleó es va fer més autoritari. És antireligiós, anticatòlic, “antimolt”. El seu ídol era Rossini i la seva activitat principal era la caça de la felicitat”
presentació de L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejevic publicat per LaBreu Edicions COM EM VAIG ESCAPAR DE LA PRESÓ DE VENÈCIA de Giacomo Casanova publicat per Edicions del Cràter amb Ester Andorrà, Mariona Bosch i Anton Not a La Irreductible (13.06.24)
Aquest “altra” del títol no es refereix en aquella manera de dir, ai ves, mira, “un altre” llibre sobre Venecia, amb la quantitat de tinta que s’ha fet correr sobre l’antiga i escrostonada República, i ara n’arriba un altre per afegir a la col·lecció. No, res d’això. En aquest llibre cal aturar-s’hi. Prestar-hi atenció. Aquest “altra” del títol, ens està dient que estem a punt d’obrir una finestra per intentar “veure” una Venècia amb la que mai hem parat atenció, que potser ni tan sols ens ha passat per la imaginació que pogués existir i que s’escapa de la mirada de la mateixa manera que se’ns escola l’aigua que raja d’una font entre els dits de les mans. El problema es que l’aigua la veiem, la toquem, en notem la frescor, el sabor (perdó l’aigua es inodora, incolora i sense sabor, almenys abans) en canvi l'”altra” Venècia que ens proposa Predrag Matvejevic és gairebé invisible, per no dir que del tot, pels apressats visitants de la ciutat dels canals –amb perdó per a la resta de ciutats que també en tenen. Aquest llibre és una lliçó de com aprendre a mirar. Fins i tot allò que ens pensem que estem mirant i que potser no veiem ben bé del tot.
Confeso que, durant una època em va perseguir la dèria o la mania de llegir tot el que em queia a les mans, o feia que em caigués, dedicat a la ciutat. De l’experiència en vaig quedar ben enfitat. Se’m van començar a aclarir les idees amb la lectura que vaig fer d’una obra que li era dedicada. Em refereixo a la “Venècia” de Jan Morris. Un llibre amb què, m’arrisco a dir, tot i ser diametralment diferents, guarda alguna semblança amb el de Predrag Matvejevic. Vull dir en la manera d’observar. En els objectius que es persegueixen. En la forma de mirar i d’aproximar-s’hi. És a dir, la manera com apropar-se a la ciutat i, en cosneqüència, de narrar-la.
La lectura d’aquest breu llibre que té, per enèsima vegada, Venècia com a protagonista, encara que hi hagi a qui li pogui semblar el contrari, suggereix algunes reflexions que transcendeixen la pròpia ciutat. Hi ha un fragment, perquè aquest llibre està construït a força d’ajuntar fragments en una mena d’exercici arquològic, que em sembla ens dona la clau de volta per entendre’l. L’autor ens porta fins a un “campo” de la ciutat, i allà es troba amb un personatge ja gran, xacrós i mig cec, fins el punt que no pot distingir les cares de les persones ni els objectes, només els seus contorns. Li diuen Vida i va acompanyat de la seva neta, Patrizia, a qui demana que el deixi allí sol, en un racó del “campo”, per saludar la gent que passa quan en sent les passes i explicar històries de Venècia que no coneixen ni arribaran mai a conèixer, potser. Aquest Vida ve a ser una mena d’aede o cantor. L’autor hi parla, i pren nota del que li explica. En llegim algunes, no sense sorpresa. Un dia pregunta a la neta si les escriu per tal de conservar-ne la memòria. La resposta és desconcertant: no són seves, li diu la Patrizia. Més encara: la neta, a la nit, li llegeix poetes desconeguts. El vell les memoritza, se’ls fa seus (els completa!, explica), se’ls repeteix per a ell i l’endemà els recita a tothom que passa pel seu davant, assegut a una raconada del “campo”. Però la frase amb que acaba el fragment de la conversa amb la neta, és el que sintetitza allò que persegueix el llibre: “Així és com vol conservar la singularitat de la seva ciutat, per tal que la ciutat no s’oblidi de si mateixa”.
No voldria acabar sense deixar d’esmentar un aspecte que sempre m’ha semblat important si no decisiu: la manera com s’arriba o es marxa de Venècia. Vull dir, pel lloc on s'”abordi” o la deixes ancorada. Passa amb totes les ciutats, la que sigui, però en el cas de Venècia, encara més. Vegis si no el que explica Matvejevic sobre la seva sortida cap a Chioggia. De descobertes n’hi ha un munt: des dels vents, la història de pa venecià (un apartat que va donar peu perquè l’autor acabés escrivint “Nuestro pan de cada día”) fins arribar al llenguatge i un llarg etcètera. Gaudeixin de la lectura i les sorpreses. I ja posats, qui serà l’audaciós editor que reediti el “Breviari mediterrani”? Hi ha algú? M’avisin, si us plau.
Jordi Valls: “Tot el que fem conté gotes elementals de poesia”
Jordi Valls: “Tot el que fem conté gotes elementals de poesia”.
Jordi Valls (1970), de Santa Coloma de Gramenet, publica un nou llibre de poemes: Tractatus de la mort de la poesia catalana (La Breu, 2023), amb un pròleg aclaridor de Lluís Calvo. Ha publicat més de quinze llibres de poesia, un fet que demostra la seva capacitat creadora. Va obtenir el premi Jocs Florals de l’any 2006 per la seva obra: Violència gratuïta (Edicions 62, 2006). Va treballar durant un temps a la mítica llibreria Catalònia i actualment treballa de bibliotecari. També parlarem del seu llibre, Pla 10 de l’espai exterior (Edicions 3 i 4, 2021), que va rebre el premi Vicent Andrés Estellés 2020. Jordi Valls és un poeta de fons amb un gran discurs narratiu. Va basculant entre diverses conceptes, entre referències literàries, arestes d’humor i una dosi experimental, mantenint la formalitat del poema.
El títol del llibre no és gaire encoratjador. O potser és una provocació, amb un cert grau d’humor, o no?
El títol és el poema central del llibre, imito les proposicions de Wittgenstein del seu Tractatus logico-philosoficus. Un dels llibres més influents en el pensament del segle XX. Sempre he pensat que la poesia no ha de tenir barreres. I em permeto la llibertat absoluta de fer servir la tradició, que respecto i segueixo, però des del meu punt de vista. La bona poesia ha de ser sorprenent, aprofundir en el llot del llenguatge i de vegades pot ser hilarant. El treball a partir de certs nivells va més enllà de les intencions del poeta i del que es pot esperar d’allò que entenem per poesia. El poeta senzillament uneix els fils invisibles entre les paraules i els conceptes en el fang primigeni del subconscient.
El primer vers ja és demolidor. “Si la poesia és el tanatori de la paraula, llavors quin sentit té…”.
De vegades s’acusa la poesia de respondre a sensibilitats allunyades d’una realitat reconeixible per la majoria. La poesia és un “rotllo”. Un gènere literari per a minories. Jo em revolto contra aquesta concepció de la poesia, creada pel mercantilisme del llibre. Col·leccions concretes de poesia en la lleixa concreta de poesia. Un cadàver exquisit. I una merda! Poesia és abans de tot escriptura i mare de tots els gèneres literaris. La poesia no és un gènere més, respira inserida en moltes novel·les, en l’assaig, fins i tot en l’escepticisme demolidor d’un Josep Pla podem trobar poesia. És la mare dels ous de la llengua. Si mor la poesia, mor la llengua. I jo em revolto. No ho puc consentir.
Et planteges el sentit d’escriure poesia. A quina dilació has arribat?
Cada dia, a cada moment. Em demano si és certa l’afirmació que la poesia no existeix, de Francis Picabia. Cada cop que enceto un escrit em demano què és la poesia. I no ho sé. No tinc manera de saber-ho, és un misteri. I per què, escriure? Quin sentit? Al final he arribat a la conclusió que escriure poesia és una qüestió de fe. Escric perquè en el fons hi ha una fe íntima, potser absurda, en la poesia.
El poema “Teatre” és una demostració de la teva tècnica més sòlida, concisa, cap a l’acció poètica.
És molt difícil definir on roman el rastre poètic. De vegades funciona com un truc de màgia, però hi ha d’haver una atmosfera que l’acompanyi. Un teatre previ, un relat preparatori. La poesia és com el llençol d’un fantasma que es desplega en una acció concreta. Hi és i ja no hi és. De vegades passa que és tan subtil que no trobes l’àngel del poema fins a una segona o tercera lectura.
Ens parles de vivències, del dia a dia, d’imatges on es concentra la rutina, d’una discussió, de la plaça de Singuerlín, d’un vol en parapent o d’una gavina amb referències a Sorolla.
Cert. La lliçó dels poetes com Joan Salvat-Papasseit o Vicent-Andrés Estellés o Miquel Martí i Pol, per exemple, és recordar-nos que la poesia ha d’estar unida a la vida. Nosaltres no som més que vida, de vegades no massa conscient. I tot el que fem conté gotes elementals de poesia. La bellesa és profunda i imperfecta, de vegades exasperant, i és davant dels nostres ulls. Crec que una de les funcions de l’escriptura poètica és emmirallar-nos en la cinètica dels objectes, de les persones, de les seves relacions i com construeixen la realitat a través de la nostra interpretació.
Jordi Valls, Tractatus de la mort de la poesia catalana, La Breu (2023)
Com caces els poemes?
Vivint conscientment, atent al que ens passa. Amb la sensació que en qualsevol moment això de la vida s’acaba i cada instant pot ser l’últim i per tant, aquest últim és l’únic que ho ha de condensar tot. La intensitat de cada experiència que és la suma de totes les que ens van definint la persona que som i la realitat que tenim davant. L’emoció viscuda amb intensitat però serenament com si fos per primer i últim cop.
Desprens lucidesa, mestratge de captació d’imatges, un enginy a l’hora d’interpretar-les.
Les imatges són fora i dins de la meva ment. Quan captem una realitat hem de relacionar els elements que la determinen. Els elements visibles i els invisibles. S’hi barregen les vivències i les converses de vegades aparentment intranscendents que deixen una petja més profunda de la que en el moment desapareix i torna al cap quan menys m’ho espero. Una de les coses que més m’interessen és saber com discorre la ment.
Tens diverses registres d’escriptura. Hi ha una estructura fonda i travada en algunes de les teves marques lingüístiques: “en el nudisme dels camps sembrats amb les granges disperses i les carreteres com intestins envoltant el mapa de les formigues, pobles com pinyes tancades”.
“Queralt” és un poema que té més d’un nivell de lectura. La literal i la metafòrica, hi ha el treball d’enfocament de la realitat. També és el marc d’una poètica. Hem de crear la nostra particular atmosfera. Cal entomar la descripció des d’altres estratègies i angles. No seria honest escriure exactament com Salvador Espriu, Carles Riba o Joan Vinyoli. La tradició és el punt de partida, no d’arribada.
Tot i els teus principis poètics, clàssics, formals, mantens una pulsió, amb versos directes, amb un cert humor de tristesa.
La vida em sembla en molts moments una tragicomèdia. Hi ha situacions ben insòlites. Pensem sovint que la repetició no aporta variants d’interès, però hi ha diferències en cada interacció de la vida, hi ha petits elements que equilibren una acció. I les situacions de sorpresa o directament hilarants són a l’ordre del dia. L’escriptura ha de prendre distància amb les accions i les coses, i en última instància fer aparèixer el cor del poeta, que és la darrera bufera que decanta el castell de cartes a una proposta d’interpretació sobre allò que ha passat.
Com es resol l’existència?
És un misteri. Podem palpar la pell del misteri, moure a un costat o a un altre el seu poder d’atenció, però en definitiva, no està a les nostres mans resoldre o desvetllar el bé més preuat. Viure ja és prou.
També fas radiografies socials, sobre tot el que veus pels carrers.
L’experiència amb el tracte de les persones, els fracassos, les frustracions, les alegries. El comerç de la carn humana: tant tens, tant vals. I tots els camuflatges i màscares que inventem per justificar les nostres accions. En el fons volem sobreviure, no estem autoritzats per més. Hi ha un pacte no escrit enlloc on tots i cadascú de nosaltres té una funció social. Som com formigues o abelles, una societat organitzada, complexa, però clarament organitzada. L’únic element disruptiu és la consciència individual. Això trenca la baralla. El factor humà és influent i el poder –aquella entitat que ens ofereix refugi a canvi de seguretat– fa tots els possibles per eliminar el factor no controlable de l’individu. La lluita és contradictòria i infinita.
En la teva poesia hi percebo una música lenta, que va llaurant lentament la realitat.
Hi ha una dictadura de la rapidesa i l’eficàcia que malmet una observació atenta de la realitat. La música l’hem de posar nosaltres, si alentim el ritme, els matisos es despleguen i la realitat no és la mateixa que ens volem imposar, i parlo en plural perquè tots contribuïm a la visió productiva de la vida. Una vida té sentit perquè haguem produït molt? La música marca la cadència d’una estètica pròpia, la paraula és música i el món es desplega davant dels nostres ulls, només cal preparar el terreny. La simfonia que acompanya aquest tot el creem cadascú de nosaltres.
Jordi Valls
Com construïm el temps?
El temps és un dels marcs, l’altre és l’espai. El temps resta en funció de com vivim en un espai determinat. I la vida no és gens fàcil. La tristesa, l’alegria, la por, la ràbia, el desig, conformen el nostre pas. A mesura que despleguem els sentiments, els nostres raonaments són més ajustats a la saviesa d’evitar molts conflictes emocionals. En bona part funcionem com autos de xoc. El temps és el compàs de la música que som capaços de construir.
Fas ús de metàfores, i també d’un plantejament metafísic de l’existència.
A la tradició de la poesia hi ha com un haver d’escollir una forma o una altra. És un absurd. La cuina de la poesia és un bon grapat de recursos retòrics, de vegades imaginistes, de vegades retòrics, però el que realment importa és expressar-se. Pensament filosòfic i poesia estan entrellaçats des dels orígens. Llegir des dels presocràtics a Paul Celan, posem per cas. I adonar-te que la poesia navega dins del pensament. Com expressar l’inexpressable? Aquesta és la tasca del poeta, de la persona que pensa i construeix una manera d’aproximació als fantasmes que hi són però que no es poden definir.
El poema “Malgrat Freud” està escrit sense context, a partir de reflexions simbolitzades amb les parets, sobre construccions i vivències que transporten biografies i temples personals. És un poema que s’ha de llegir unes quantes vegades.
Freud és un dels cims d’una certa conclusió del pensament occidental. Aporta una comprensió del comportament humà i això eixampla el camp de la tolerància. El segle XX ha desinhibit les accions i l’expressió dels humans. Potser a partir de Freud tenim consciència de ser constructors no només del present sinó també del passat. Hi ha la necessitat de saber que mou el subconscient, allò incontrolat de cada persona, però també dels col·lectius, que mouen els fets a ser com són, molts cops inexplicables des d’un angle racional. En el camp de la literatura, l’aportació de Freud és de vital importància, tant que fins i tot Harold Bloom es preguntava si seriem capaços de superar la influència de Freud en l’evolució de la literatura.
“Només són poetes catalans els poetes conscients que són poetes catalans”.
Els catalans ens juguem la supervivència com a poble. No podem jugar contínuament el joc de justificar la identitat catalana. Ser català és manifestar-se català. O hi ha la voluntat o no n’hi ha. Les mitges tintes es dilueixen a la pàgina de la revista Destino. Si desapareix la catalanitat, desapareixerà el sentit d’Europa. La crisi deriva del relat de la substitució cultural del català pel castellà. La paradoxa és que si la catalanitat es domestica, Espanya amputa la riquesa que pretén tenir. Un laberint tràgic.
En alguns aforismes que dediques a la poesia catalana ens parles de la tradició. Creus que encara no s’ha superat la qüestió? De fet, Lluís Calvo, que et fa el pròleg, en un dels seus llibres d’assaig ens parla fondament sobre la tradició?
Trobo a la nostra literatura molta covardia. La tradició és la suma de tot allò que anem sumant com a cultura i, en el cas que ens ocupa, com a literatura. Hi ha lectures poc aprofundides i potser interessades dels nostres autors. Un dels poetes més valents de la nostra literatura és Josep Carner, a “Poètica de l’enclaustrament” lamento que a Carner se’l reclogui, molts cops, en un àmbit domèstic, anecdòtic. També lamento la mirada prima a Jacint Verdaguer, o a Joan Maragall. Aquestes són columnes imprescindibles de la nostra tradició que caldria posar al dia.
Admiro la capacitat de la literatura anglosaxona de reinventar els seus clàssics. Nosaltres encara els estem descobrint. D’altra banda, en sabem tan poc que contínuament hem d’anar a revisitar-los i no tenim massa temps per mantenir atenció al que s’està fent ara. Tres-cents anys de repressió i dues dictadures de genocidi cultural al català no han facilitat la nostra normalitat. Aportacions com les de Lluís Calvo ens fan entendre la fondària de la nostra tradició.
Creus que qüestionar la tradició és un tabú?
Qüestionar la tradició és donar-li valor. No parlar-ne és desar-la a la cambra dels malendreços. Sense baules de la tradició nosaltres, com a cultura, no tenim sentit.
Quants tabús hi ha en la poesia catalana?
El primer de tots és la rigidesa mental. Haver de copiar una poètica per agradar, per ser reconegut. Això em recorda a Maria Mercè Marçal, o això a Casasses, o Carner, Sampere, Vinyoli, Martí i Pol, Estellés, Miquel o Calvo. No sortir-se de l’estela marcada, una estela segura, eficaç, transitada. Aquests autors citats són meravellosos, però el poeta ha de construir a partir de les propostes, no en funció d’una lògica d’un patró ofert. I a ser possible ampliar el camp de lectura a totes les cultures possibles. Trobar la pròpia veu o manera de fer sense límits. També hem de ser capaços de moure’ns pel món. La poesia també és carta de presentació d’una cultura. La poesia és un element diplomàtic de primer nivell de la catalanitat. S’ha de sortir al món sense prejudicis.
Parlar de premis també és un tabú?
El premi és tenir lectors i no deixar-los indiferents. El reconeixement del premi pot ser important en una primera fase de donar-se a conèixer. Calen avaladors. El problema és la vanitat i com certes circumstàncies poden fer pujar els fums d’alguns premiats. El premi sol ser la conjunció de molts factors, i molts d’ells de caràcter humà. Les simpaties o fòbies compten entre els jurats de premi, en alguns casos els interessos editorials de promoció d’algun autor. És difícil distingir negoci de literatura.
En el cas de la poesia passarà com amb els càtars sacrificats, Déu distingirà els seus. Mentre el poeta autèntic visqui viurà envoltat d’una gran indiferència social i mediàtica, cosa que va bé per guarir la vanitat. D’altra banda bona part dels escriptors i especialment els poetes són perillosos perquè qüestionen l’estat de les coses. Els poetes són els enemics número u d’un sistema polític, ara i sempre.
I la gran qüestió: els lectors. La part més oblidada de les queixes i del sistema. Quina estratègia hi ha per buscar més lectors?
Poques coses queden, a no ser fer el ximple a Tik Tok, Instagram o a les altres xarxes. No existeixen mitjans de comunicació afins a la creació literària; sí, al negoci literari. I aquest és un món que es mou per favors i amistat. Si no pots fer vida literària, anar als actes, fer amistat amb els programadors, activar la bona voluntat o simpatia del sistema literari, és difícil que et cedeixin llocs a festivals de poesia catalans, a formar part del sistema literari nostre. Ha tingut més atenció la meva poesia fora del país que aquí: Mèxic, Colòmbia, Argentina, Medana, Bucarest, Nàpols… És paradoxal.
En general, com està la situació de la poesia catalana?
Endogàmica.
Creus que es pot millorar la situació amb criteris i actuacions clares?
Caldria tenir unes institucions fortes que donessin un suport real més que simbòlic. Un mapa de la literatura catalana pel territori, facilitar que els autors ens puguem trobar. Això és feina de qui mana. Nosaltres podem moure petites coses, una lectura en algun bar. Un festival si hi ha algun ajut per part d’alguna entitat privada o algun ajuntament i fent molts esforços personals. Però és difícil i s’ha de tenir molt de temps.
Sorolla, Schubert, Salvador Espriu, Samuel Beckett, Los Chichos, Pere Portabella, Lucian Freud, Carles Hac Mor, Ester Xargay, Vicenç Altaió, Joan Brossa, Sylvia Plath, Philip Larkin… Les referències són abismals.
Tot és material poètic. No puc diferenciar poesia, lectura i vida, temps passat de temps present. Quan es tracta de literatura, la mixtura és diferent que en el món real. Tot es confon i conforma una nova proposta. En el moment que llegeixo i visc aquests autors conviuen amb mi, em són coetanis.
Ens parla d’observacions diàries, sobre els treballs, sobre els actes humans, sobre la memòria. La teva poesia és la teva experiència exacta?
No. La poesia que intento és una gran barreja on el pensament, o el transitar del pensament, acaba donant forma. La ment la componen impressions immediates que remeten a experiències passades i a situacions actuals. També hi ha la suma de coneixements. Em considero persona lectora i vaig col·leccionant diferents enfocaments i vivències prestades. No he estat mai a l’Infern de Dante, ni a l’Elisi de Virgili, ni a Nàrnia, però haver llegit aquestes experiències imaginades m’han tramés un coneixement que aplico al meu transcórrer. Tot això ho transformo en la meva particular mirada.
“Escollim la memòria que més ens convé”. Creus que manipulem la memòria?
Inconscientment, sí. La memòria negativa l’acabem oblidant a no ser que ens hagi causat algun trauma. Tendeixo a recordar les coses bones del passat. El passat com que ja no existeix no pot corregir-nos. Te n’adones, de la manipulació, quan contrastes amb altres persones que han viscut la mateixa experiència. Els oblits són importants per entomar el futur sense excessius deutes.
També hi ha una tendència clara en alguns poemes cap a l’humor, càustic o sarcàstic.
L’humor és una vàlvula d’escapament. O potser és l’essència de la humanitat. La vida molts cops és absurda i ridícula. L’humor està inserit a la les nostres vides. I suposo que és una fórmula humana de supervivència. Sembla que a certes persones de la literatura catalana els molesta cert humor per considerar-lo vulgar. És una qüestió d’educació. Al meu barri l’educació és tota una altra cosa.
Sobre la mort escrius: “No la busquis, car ella roman al lloc on sempre t’ha esperat”.
Convivim amb la mort. I exactament convivim amb la nostra mort. La mort és tràgica perquè se’ns endú la gent que estimem. Però quan nosaltres marxem, no és tràgica perquè ja no és res. És a dir, ja no som res. I què puc fer sinó exorcitzar-la amb l’únic mitjà que tinc, l’escriptura.
La part central del llibre són proses poètiques molt netes que segueixen el to del llibre.
M’agrada fer servir diferents estratègies que serveixin per emmarcar una poètica. Penso que les proses complementen la dimensió lírica del llibre.
“En una caixa de sabates tinc el cordó umbilical i una veu prima que crida “pare” amb la insistència de la metralladora”.
Hi ha ressons dels records evocats i alhora una mirada d’infant d’uns orígens que de forma inevitable per mi són mítics.
Ens parles de la infecció urbana com una realitat, com un laberint.
Visc en una ciutat, Santa Coloma de Gramenet, conurbada amb les ciutats veïnes, Barcelona, Sant Adrià de Besòs i Badalona. Una realitat oprimida, sense possibilitat de respiració visual. Un laberint que és una presó de prejudicis i pobresa. Però alhora és el meu món. L’escenari d’una bellesa que es desplega als meus ulls.
“Els pitjors anys de la vida són els que millor es recorden”. Per què?
Són els que et marquen el caràcter. Encara que oblidis els detalls, l’essència dels canvis que t’han marcat romanen ben endins i de tant en tant fan acte de presència. Els límits d’aquells moments crítics se’t queden marcats com amb un ferro roent.
Hi ha demolicions obscures en els teus poemes. “Així comencem altre cop de nou, encara que el món s’acabi”.
Entenc que estem condemnats a ser, encara que hi hagi les pitjors condicions. I malgrat tot tirem endavant. És paradoxal, però en les pitjors circumstàncies traiem les forces d’on no n’hi ha quan la conseqüència lògica és acceptar la mort. La dificultat ens esperona. I no hi ha cap sentit racional per continuar.
“L’infinit neteja els vidres de la finestra”. És un vers meravellós. Hi percebo, també, tristesa.
La finestra. La presa de consciència que una altra vida podria haver estat possible. L’infinit, com a símbol també d’aquella alternativa que mai no serà, però que podem imaginar.
En el pròleg, Lluís Calvo escriu i afirma que aquest llibre és una obra que perdurarà.
En Lluís Calvo és molt amable. En el moment que el llibre surt editat són els lectors els que han d’opinar. No depèn de l’autor la pervivència d’una obra. Però ho diu en Calvo, ep!
“La poesia no sempre juga net, de vegades, fum un cop baix als ronyons de la realitat”.
Hi ha qui aposta per una poesia adaptada a la realitat, el realisme, i hi ha qui aposta per una poesia que s’envola a partir de la realitat o directament emprèn un viatge abstracte. Totes les possibilitats són bones i com va deixar escrit Màrius Sampere “Tot camí és llum.” I no me n’estic d’afirmar-me en totes sense menystenir cap proposta. Arribar a aquest nivell de desinhibició m’ha portat a diverses crisis creatives. En poesia només es creix saltant-se les normes i no menystenint cap camí. Tan gran poeta és Joan Brossa com Narcís Comadira. Els dos m’enriqueixen com a lector. Negar una poètica és negar travessar una porta d’autenticitat. En aquest vers volia deixar clar que no sempre és la realitat la que imposa les circumstàncies de la vida. L’art, la poesia, també condiciona i té els seus cops amagats.
En el poema “Una nació ocupada” planteges les dificultats per extingir-nos.
Hi ha aquest pessimisme inherent als catalans. Som una nació ocupada des de fa tres segles i no ens hem extingit. Tampoc no tenim una protecció massa clara de la nostra cultura. Hi ha organismes que l’han de garantir, però ho fan a mitges i és per la mancança institucional d’un estat implicat no només en la protecció de la llengua i la cultura catalana, sinó en la seva difusió. Els mitjans de comunicació espanyols es dediquen a implementar la idea de la desprotecció del castellà a Catalunya, les Illes i el País Valencià. És una perversió informativa com la negació dels actes criminals del franquisme o l’existència dels camps de concentració nazis. Hi ha qui acusa al President Companys de nazi. L’únic president d’un país europeu afusellat durant el conflicte Mundial sota jurisdicció franquista i amb la necessària col·laboració del feixisme alemany que va ocupar França. El meu avi és viu perquè Franco és viu. El meu compromís és que mentre jo existeixi existirà la cultura catalana. El poema és un crit a la resiliència dels catalans. No ens hem de rendir.
Parlarem del teu anterior llibre: Pla 10 de l’espai exterior (Tres i Quatre, 2021). Vas rebre tot un premi Vicent Andrés Estellés.
Em va fer molta il·lusió. Vicent Andrés Estellés és el poeta que més m’ha influït, sobretot en els anys d’aprenentatge. Als anys noranta vaig tenir molt contacte amb el País Valencià, vaig ser President de l’AJELC (Associació de Joves Escriptors en Llengua Catalana) i vaig fer diversos viatges culturals d’aproximació a la cultura valenciana. Estellés era pertot arreu. Els companys del País Valencià em van fer de guies i dec gràcies a aquesta oportunitat el meu amor a València. El que més m’interessa d’Estellés és com la vida queda completament unida a la poesia. En Estellés és indestriable.
Hi ha moments que t’inclines per la metapoesia, per parlar del poema, de la funció poètica.
Em plantejo a cada llibre que començo la mateixa pregunta. Què és poesia? I trobo en els marges d’allò que se sobreentén però que mai queda massa clar els fils que m’impulsen a una nova mirada poètica. No puc afirmar que allò que estic escrivint sigui poesia, algú podrà objectar sàviament que s’escapa o que no arriba als conceptes preconcebuts. Això no m’amoïna el més mínim. Miro d’explicar el meu camí. No puc afirmar-te si faig poesia, però sí que puc garantir que estàs llegint un Jordi Valls autèntic. No fujo d’estudi.
“Tots esperem una carícia comprensiva”.
No som millors que el bestiar que sacrifiquem. Els símils que fa servir Jesús als evangelis ja ens tracten de ramat i ell es posa en la situació de pastor. En aquesta relació, potser la més sorprenent, és que el sacrifici canvia de bàndol, el pastor se sacrifica pel seu ramat. Un Déu es sacrificat pel ramat. Un Déu exigeix la reciprocitat de l’acció, una carícia comprensiva, morir per ell.
El poema sobre la ruleta russa és molt dur.
Entre nosaltres –sé que m’entendràs– la poesia és una cabrona de primer nivell. T’ho exigeix tot. De vegades les relacions es malmeten per culpa de les obsessions produïdes pel fantasma d’allò anomenat inspiració. De vegades el poeta també voldria agafar la poesia i fotre-li un parell d’hòsties, posar-se a una mateixa alçada de l’exigència de la creació, de tu a tu.
“La foscor no és absoluta”.
En un llibre anterior, L’illa misteriosa, en una descripció exhaustiva de la llum filtrada per una persiana de finestra –torna a sortir la finestra– recordo que la llum és fosca. Però alhora, com diré més endavant la foscor tampoc és absoluta. No tenim capacitat d’entendre res que sigui absolut, ja sigui l’infinit o el no-res. El nostre lloc és un altre. No podem arribar a desxifrar el que no podem comprendre. Només sentir la fascinació de ser una raresa entre absoluts.
També ens parles de l’amor i del seu oblit.
Oblit o substitució, és pertorbador pensar que l’amor és un ancoratge que mai és igual. Sempre canvia com l’aigua d’un riu. Mai no és el mateix amor, però l’amor ens transforma perquè siguem uns estranys i alhora reconeixibles al mirall de les aigües de l’amor sempre en moviment.
També fas poemes en prosa.
Els poemes en prosa crec que són petits films o, potser més exactament, una poesia cinètica. El moviment dels poemes en prosa posa en qüestió la quietud de la imatge estàtica, fora del temps, la meva funció és situar la poesia en plena transformació d’unes sèries d’interaccions sorprenents.
Un dels teus poemes destacats del llibre és “Film”. És un poema tendre, evocatiu, amb diversos nivells narratius.
És un poema que tracta del punt de vista, com altera la realitat i com fins i tot pot alterar l’evolució d’una història explicada. L’atzar de cada interacció. El cinema és una de les formes de la poesia, no tot, però hi ha moments en cert cinema que em fan pensar que no hi ha límit entre els diferents arts o gèneres. La poesia és pertot.
Hi ha una certa crispació cap als que es queixen. “El present no s’atura per res del món”.
La queixa no serveix de res. Serveix la feina que fas. Ningú no està pendent de ningú. Has de fer la teva. No pots viure de vells èxits, la vida és present continu. Si no et mous i no t’adaptes a la realitat canviant et momifiques en vida.
Hi ha un cert desencant en alguns fets viscuts i superats.
Quan fas balanç t’adones dels fracassos personals. Totes les persones en tenim un armari ple. El més important és no rendir-se mai, sota cap circumstància. La vida empeny cap endavant, és inútil deixar-se endur per la nostàlgia. Però cal recórrer de tant en tant les cicatrius per saber on ets ara.
També ens parles de situacions d’angoixa, potser de la feina o d’altres situacions personals. Pateixes angoixa, sovint?
El món laboral és un subministrador d’angoixa. He tingut la sort de tenir feina sempre. Des de 1992. Primer a la Llibreria Catalònia, on cada any no sabíem si seria l’últim, la crisi era perpètua. I ara, des de 2010, treballo en una biblioteca de Santa Coloma de Gramenet. Les biblioteques són equipaments als quatre vents, desprotegides, has de tenir molta mà esquerra per superar situacions difícils. El carrer és dur. I això es trasllada inevitablement a la poesia, on els sentiments deixen pòsit.
“Un cor que batega resisteix en algun lloc. És una bomba de rellotgeria”.
No sabem mai la força inerta que hi ha en un mateix. Soc una persona tranquil·la, però com tothom de vegades exploto. Em sembla que això ens passa a totes les persones. No tot ho podem controlar.
Descrius de forma bella les lletres que s’escapen d’un quadern. “Això no té sentit. Això és el llenguatge”.
El llenguatge no el controlem. De vegades va a la seva i molts cops ens obre portes insospitades de creació. Cal estar obert a l’atzar que els significants soterrats del llenguatge ens va regalant. Escrivim el que volem escriure o allò que viu amagat dins nostre, però que no sabem desxifrar si no és per una troballa atzarosa que ens obliga a parar atenció en el que sembla que no té sentit.
Quins llibres està llegint?
Molts. No discrimino cap lectura. A la tauleta de nit, Radar americà de Vicenç Altaió. Betúlia de Maria Aurèlia Capmany. Les cendres de Pasolini de Jaume C. Pons Alorda. Nessum dorma d’Eu Manzanares. La llum i la mort. En la poesia de Carles Duarte i Joan Vinyoli de Jat Hatem. Si una emergència de Mireia Calafell.
Leslie Pericot, Josefina Maymó, Núria Mirabet i Lalo Ruiz, presentats per Sam Abrams a la Sala d’actes de Biblioteca Guinardó-Mercè Rodoreda de Barcelona.
presentació i recital del poemari ESTAMPIDA de Jorie Graham amb la traductora Núria Busquet i Molist i l’editora Ester Andorrà a Cal Llibreter (01.06.24)
presentació i recital del poemari ESTAMPIDA de Jorie Graham amb Núria Busquet i Molist, Sam Abrams i Cristina Garcia Molina, a la Llibreria Documenta (30.05.24)
Avançament editorial: ‘Records d’egotisme’, de Stendhal
LaBreu Edicions publica aquesta obra amb una traducció i pròleg de Lluís Maria Todó
Stendhal.
Aquesta setmana entrant arribarà a les llibreries Records d’egotisme, de Stendhal, traduït per Lluís M. Todó, que també signa la introducció. L’any 1832, Stendhal, destinat com a cònsol francès a Civitavecchia, es proposa d’escriure els seus records i resseguir els fets que van marcar la seva vida a partir del juny del 1821, data del seu retorn a París després d’una llarga estada a Itàlia, fins al novembre del 1830, data del seu nomenament a Trieste. L’obra comença quan Stendhal abandona Milà acusat de donar suport al moviment independentista italià pel govern austríac i decidit a oblidar el seu enamorament platònic per Métilde. El llibre es presentarà a la llibreria la Central del carrer de Mallorca de Barcelona dimarts, dia 4.Llegiu un fragment de Records d’egotisme, de Stendhal(LaBreu Edicions).Els editors de LaBreu Ester Andorrà i Ignasi Pàmiesens parlen a bastament de l’obra:“Records d’egotisme és la primera història autobiogràfica d’Henri Beyle (Stendhal). Hi relata amb detall la seva vida a París després de la caiguda de Napoleó, del 1821 al 1830. La història, que va quedar inacabada, va ser publicada l’any 1892 per Casimir Stryienski. El terme egotisme del títol va ser encunyat per Stendhal per designar dues actituds: allò que s’assembla a l’egoisme i el desig d’estar al capdavant, i allò que és un refugi dins d’un mateix per entendre els moviments de l’ànima. Trobem rastres d’aquesta segona actitud en molts dels seus escrits (contes de viatges i novel·les). Aquell que es resistia a utilitzar el jo camufla la seva vida darrere de noms assumits com el d’Henry Brulard.
Records d’egotisme va ser inicialment un passatemps d’un exiliat que quedà inacabat en fer massa calor per agafar la ploma i acabar el manuscrit. Fent-se fonedís en el seu càrrec de cònsol francès a Civitavecchia, una gran ciutat sense encant ni societat, Stendhal, el 1832, va començar a endinsar-se en la seva memòria i a resseguir els fets que van marcar la seva vida a partir del juny del 1821 (data del seu retorn a París, després d’una llarga estada a Itàlia) fins al novembre del 1830 (data del seu nomenament a Trieste). L’obra s’obre en el moment en què Stendhal, que ha marxat de Milà i s’ha d’allunyar de la bella i indiferent Métilde, un dolor que li fa tocar fons i fugir de la seva estimada Itàlia.
El llibre és la crònica d’una convalescència sentimental, on es mostra un home deixant-se anar al vaivé de les onades de la vida i de la societat. Amb nombroses digressions i anècdotes (sobre el seu físic poc atractiu, la mala sort i la desídia en fer contactes per prosperar entre les forces vives de l’època, i el fiasco de les seves aventures d’una nit, en particular), amb un intent d’introspecció que té com a objectiu la sinceritat, i indirectament el retrat d’una societat de salons, duels, amants, confabulacions polítiques i il·lusions perdudes.
L’escriptura es desenvolupa d’una manera lliure, abocant-se en calent fora de tots els estàndards de composició de la seva època, sense revisió de proves, ni un endolciment artificial dels fets, tal com raja. Una delícia entre salons daurats, agudes reflexions sobre l’ambició i la naturalesa humana i imperis que es desballesten. Segons s’explica, Stendhal és dels primers autors a jugar amb el jo a partir d’un concepte anglès: egotist. L’egotisme és una forma de sublimar l’egoisme tradicional del jo autobiogràfic. L’escriptor egotista, doncs, ha de mostrar-se amb certa distància d’un relat autobiogràfic, exigeix una nova formulació del jo. Stendhal vol explorar-se a si mateix i intentar conèixer-se. Per tant, l’egotisme no és sinònim d’egoisme; més aviat, l’egoisme constitueix un perill d’autoconeixement. Un fet que no ens és pas estrany si ho comparem amb la majoria d’escrits que podem llegir avui dia.
Segurament, per aquest motiu, Lluís Maria Todó, traductor i professor de literatura francesa, va pensar que LaBreu, i concretament, la col·lecció la Intrusa, era el lloc idoni per publicar un text tan singular de Stendhal. El volum, que serà el número quaranta de la col·lecció, serà el text escrit per un autor que fa més temps que és mort (1783-1842). Això exemplifica la modernitat dels textos de la Intrusa: Serguei Dovlàtov, Marguerite Duras, Anaïs Nin, Zbigniew Herbert o Muriel Spark, entre més, acompanyen a Stendhal, que inaugura una tradició moderna de lluitar contra l’imperialisme de l’autoficció, una tradició de llarga durada.”
Emocions i literatura formen un tàndem inqüestionable que ens ha acompanyat d’ençà que vam començar a escriure literatura. I si hi ha una expressió literària que vehicle amb més facilitat els sentiments aquesta és la poesia. No per es, les primeres representacions literàries que podem anomenar així són els poemes èpics que lloaven les aventures dels grans herois de cada cultura. La poesia és una mena d’eina que permet als autors donar forma mitjançant la representació textual, als seus sentiments que impacten directament tant a l’autor com al lector.
Després d’un llarg període d’injust oblit, als darrers anys estem assistint a un ressorgir dels sentiments, els afectes i les emocions, una tornada a valorar la seua importància en totes les esferes de la vida, no només en la literatura, sinó en camps com la psicologia, la filosofia, la lingüística o la sociologia, entre altres. La poesia porta al seu si una dimensió transformadora que ofereix possibilitat d’interpretar el món des d’una perspectiva afectiva que ens torna una visió del món més humana, més enriquidor.
Des de «Letras en vena» ens estimen força la poesia i les veus que ens donen l’oportunitat de gaudir d’aquesta. Avui us presentem el nou poemari d’Anna Enrich «Paüra», que ja des del seu títol ens anuncia poesia. Anna Enrich no és nova en aquest món de la poesia, ja que porta escrivint d’ençà que era estudiant a l’institut – hi ha vocacions primerenques que anuncien el naixement d’autores consolidades – i des de llavors, ha anat consolidant el seu nom com a poetessa, consolidant la seua presència en l’escena literària poètica de parla catalana, en un moment molt particular en el que la poesia i l’oralitat que porta, gairebé una cançó, ha tornat per a reclamar el seu joc en l’àmbit cultural.
La poesia d’Anna Enrich dona forma a una veu molt personal i particular, de difícil classificació, que no admet cap etiqueta ni classificació literària. Estem davant una poesia experimental, molt particular que juga sense por amb el llenguatge i que demana una lectura atenta per banda del lector, a canvi de tornar-nos el plaer d’una poesia plena de referències artístiques, a través de les quals tracta de reflectir el caos que suposa viure, sentir emocions positives que ens porten al cel i de vegades negatives, que ens fan sentir que estem en el nostre infern personal.
El llibre està travessat per fortes imatges que vertebren les tres parts que formen el poemari. La imatge, ja siga en forma de quadre, fotografia o record agafa vida a través de les paraules que conformen els versos dels poemes d’aquest poemari evocant tota una plèiade d’emocions que abraça al lector.
Inaugurem el poemari amb una al·lusió poderosa al quadre de Pieter Brueghel, Dulle Griet (La boja Griet), un personatge folklòric del qual es diu que podia saquejar el mateix Infern i tornar il·lesa de la seua aventura, amb el primer capítol, anomenat Dulle Griet saqueja l’infern, en el que Anna Enrich es transforma en la nostra particular guia per aquest Infern poètic, ple de poemes que evoquen uns dels episodis més tràgics de l’Europa Medieval, l’epidèmia de la banya de ségol, un fong que va tornar tòxic el pa i que va provocar episodis de deliris i al·lucinacions entre la població, immortalitzat per Pieter Brueghel en el quadre que ja hem esmentat i que serveixen de reflex per a convidar-nos a passejar pel seu particular infern personal, ple de paisatges inhòspits.
El nus del poemari ens rep sota el títol de Another self-portrait, un recull de poemes que dona pas als records, la nostàlgia, la melancolia que dona girar la mirada cap arrere, escorcollar en l’aplec d’imatges que ens criden en un avalot de memòries, embastats per la distància i el temps. Potser és un dels capítols més personals del poemari on ens endinsem en el passat d’Anna Enrich, distorsionat pel temps que ens torna una visió distorsionada dels fets, com quan mirem a través d’una cascada.
Posem fi al llibre amb Canícula di Anna, últim capítol del poemari, que tanca aquesta travessia personal des de l’Infern, passant pel purgatori dels records i el renaixement que suposa tornar a ser un mateix, tornar al present. En aquests poemes ens endinsem en una poesia més experimental que desitja representar-la llibertar respecte als successos del passat, avançar cap endavant sense obviar els records que hem deixat darrere, sense oblidar el que vam viure i ens va fer el que som ara.
«Paüra» és una invitació a embarcar-nos en un viatge profund i íntim a la cerca de la nostra pròpia Ítaca, un viatge per l’odissea particular de l’ànima humana que tos fent al llarg de la nostra vida. En aquest grapat de poemes, Anna Enrich ens puja a la seua nau i ens convida a viure la seua particular odissea travessant el mar d’emocions, sentiments i pensaments més íntims que componen aquesta obra, fent port en temes com l’amor, la pèrdua i el perdó. Amb una poesia sincera, personal, experimental i molt evocadora, l’autora ens convida a reflexionar sobre la nostra existència i la relació que mantenim amb el món que ens envolta.
Anna Enrich es va donar a conèixer l’any 2003 com a participant dels recitals del Solstici d’Estiu, organitzats per la Fundació ACA de Búger a diferents indrets dels Països Catalans. Més endavant va ser una de les autores destacades de l’antologia Pedra Foguera (Documenta Balear, 2008). El seu debut en solitari arribaria una dècada més tard amb El cos del camí (Terrícola, 2018). Ara, la seva obra es perpetua i s’expandeix amb un llibre singularíssim que es pot devorar a la manera d’un sortilegi o d’un encantament. Porta per títol Paüra (LaBreu Edicions, 2024) i és un cant al foc i a les profunditats més pregones que s’amaguen dintre dels nostres inconscients, tant individuals com col·lectius.
Amb aquest llibre, la poeta basteix un veritable retaule cosmogònic, un conjur, un encís, un exorcisme. Es podria afirmar que entén la poesia talment un portal que s’obre de bat a bat a les forces ocultes, també com un alliberament de les energies secretes que rauen dins nostre a partir de l’acte de bruixeria primordial del llenguatge. A partir d’un ús de projecció oracular del nostre vehicle comunicatiu, Anna Enrich dibuixa una mitologia pròpia, sincrètica i hermètica que combina diferents elements en un mateix flux visionari i esotèric. Les influències són clares i marquen l’esperit de cada pàgina: les imatges inquietants i enigmàtiques de Leonora Carrington, les flames de David Lynch, la deessa blanca de Robert Graves, el gos geomètric d’Agustí Bartra o els viatges infernals de Louise Glück i Arthur Rimbaud, entre molts altres actants i plànols multidimensionals. Sense cap mena de dubte, Carl Gustav Jung veuria en aquestes composicions un símbol d’extrema coneixença, un esbós d’un tarot personalíssim, una altra fecunda mostra del camí alquímic, de transformació i de meravellament que pot arribar a ser l’escriptura quan aquesta s’amara de les fondàries de la nostra interioritat més autèntica, genuïna.
Els recursos expressius que predominen són els hipèrbatons, que aconsegueixen un poderós efecte d’estranyament del llenguatge; les homofonies, que embolcallen en un devessall de musicalitats carregades de ressonàncies reiteratives; o els paral·lelismes i les repeticions conceptuals, que atorguen al conjunt un caràcter simfònic perfecte per ser convertit en un veritable espectacle sonor o, més ben dit, en un ritual. Més que por veig foc en aquestes pàgines: l’incendi de l’acceptació de les particularitats pròpies o dels somnis més rars, la conflagració de l’artista que es consagra al seu art havent superat temors castradors. Anna Enrich veu la pira de ser com un animal que tostemps mostra les entranyes. Es podria dir el mateix de la seva fascinant i hipnòtica poesia.
Títol_ Records d’egotisme
Autor_ Stendhal
Traducció i pròleg_ Lluís Maria Todó
Col·lecció_ Intrusa, 40
Pàgs_ 156
Preu_ 17€
ISBN_ 978-84-128291-3-6
L’any 1832 Stendhal, destinat com a cònsol francès a Civitavecchia, es proposa escriure els seus records i resseguir els fets que van marcar la seva vida a partir del juny de 1821, data del seu retorn a París després d’una llarga estada a Itàlia, fins al novembre de 1830, data del seu nomenament a Trieste. L’obra comença en el moment en què Stendhal abandona Milà acusat de recolzar el moviment independentista italià pel govern austríac i decidit a oblidar el seu enamorament platònic per Métilde.
Records d’egotisme és una crònica inacabada d’una convalescència. Amb escenes divertides i emotives, per on desfilen homes i dones refinats, bons, depravats, enginyosos i estúpids sota la càustica mirada de l’escriptor, conformen un document de gran valor sobre la readaptació de Stendhal al París de Lluís XVIII, on un jove Henri Beyle intenta trobar el seu lloc com a amant i com a artista abans de ser Stendhal i on l’autor ja madur escriu no per exhibir-se sinó per comprendre la seva naturalesa, la seva vida i la seva concepció de l’art. Stendhal va interrompre les seves notes l’estiu de 1822 perquè la calor «li treu les idees a quarts de dues».
Stendhal, pseudònim d’Henri Beyle (Grenoble, 1783 – París, 1842), va viatjar a París, amb 17 anys, deixant enrere la seva formació, una barreja de col·legi religiós i institucions laiques, on va acabar allistant-se a l’exèrcit. Acabades les guerres napoleòniques, va viatjar per Europa, sobretot per Itàlia, on va escriure diversos assajos sobre història de l’art i part de les seves memòries (Roma, Nàpols i Florència). De tornada a París es va convertir en una reconeguda figura dins dels cercles intel·lectuals i va desenvolupar les seves avançades, per a l’època, idees sobre l’amor i la política. És conegut sobretot per les novel·les El roig i el negre (1830) i La cartoixa de Parma (1839). Stendhal era un apassionat de la música, especialment de les obres de Mozart i Rossini, del qual va ser el primer biògraf amb Vie de Rossini (1824).
A ‘Les platges del clatell’, Joan Vigó juga amb les convencions de gènere i esborra fronteres entre realitat i ficció enllaçant dos avantguardistes i indagant en la vida de l’enigmàtica Berta Epstein
Un autoretrat de Benet Rossell en un dels característics ‘glaçons’ de l’artistaPERE VIRGILI
‘Les platges del clatell’
Joan Vigó
LaBreu Edicions
206 pàgines / 17 euros
D’una banda, tenim Antoni Miralda i Benet Rossell dalt d’un avió de dos pisos, amb barra de bar i permís per fumar, volant cap al Nova York dels anys 70. D’una altra, som en plena època d’avantguardes i assistim a una conversa entre Francis Picabia i Pablo Picasso sobre dones joves, una de les passions que comparteixen. A la intersecció entre aquestes dues històries, la feina de detectiu privat que ja fa tres llibres que exerceix el poeta Joan Vigó (Barcelona, 1964) hi ha col·locat una perla: la vida breu i intensa de Berta Epstein, una poeta que es va suïcidar tirant-se al riu Sena l’any 1924, quan era amant de Picabia.
Molts anys després, l’artista lleidatà Benet Rossell va sol·licitar al Centre Georges Pompidou una còpia d’uns dibuixos que Francis Picabia havia fet per a la revista Littérature. La tramesa li va arribar amb tota professionalitat i amb un afegit: tot de poemes d’una tal Berta Epstein que Picabia havia enviat a André Breton, confiant que el poeta i líder dels surrealistes sabria què fer-ne. Quan, el 2019, poc després de la mort de Rossell, Joan Vigó pot entrar al seu taller i obrir una capsa metàl·lica on diu “Picabia”, on hi ha aquest mateix sobre amb els poemes, la troballa doblega algun replec del temps i acaba generant un llibre com Les platges al clatell, que és a la vegada un tractat d’art, un poemari, un cant d’amor a Rossell i Picabia i a la força de l’atzar i la ficció: “Es tractava, potser, de trobar la verdadera ficció que dispara a les platges del clatell de la falsa realitat. No cal entendre-ho tot”.
Amb les mateixes cartes que fan anar els realitzadors de falsos documentals, Vigó juga al gat i a la rata amb el lector: ara et col·loco un peu de pàgina amb una referència a una exposició de la Sala Dalmau dels anys 80, ara una foto de Picabia, Picasso i companyia, ara una foto d’una noia que es diu que és l’única de la jueva morfinòmana que es prostituïa als urinaris de París, ara incloc un número més de la col·lecció de poesia Alabatre amb poemes de Berta Epstein… Tot per fer-li ballar el cap sobre el concepte de versemblança i sobre el que està llegint: va existir una noia com Berta Epstein, poeta oblidada i maltractada per un món eminentment masculí? O és un producte de la ploma de Vigó, que homenatja aquesta i tantes altres artistes que van patir un destí semblant, el de l’oblit?
Amb aquest títol, Joan Vigó tanca una sèrie de tres llibres que obren moltíssimes possibilitats a la narrativa tradicional, perquè juguen amb les convencions de gènere i esborren fronteres entre realitat i ficció. Són llibres fidels a una concepció lúdica de la literatura, d’esperit oulipià, que reivindiquen una altra manera de concebre la literatura, lluny de la majoria de produccions adotzenades que ens deparen la majoria d’escriptors d’avui.
LES PLATGES DEL CLATELL de Joan Vigó a El Suplement de Catalunya Ràdio recomanat per Marina Porras, a partir del vuitè minut.
” Joan Vigó és novel·lista però també és poeta, de fet podríem dir que és investigador cultural, els seus llibres sempre són la destil·lació de les seves obsessions, que jo sempre trobo molt interessants de seguir. Aquest novel·la, LES PLATGES DEL CLATELL, té una protagonista Berta Epstein que va ser una poeta avantguardista que va morir a París el 1923, amb només vint-i-quatre anys, a la novel·la s’especula molt sobre que la seva mort va ser un suïcidi… a partir d’aquesta poeta desapareguda explora el París d’aquells anys, principis del segle XX, on cada artista que et trobes és un món enorme per descobrir… llavors aquí els protagonistes són: Francis Picabia i Benet Rossell que són personatges reals que es van moure al voltant d’aquesta poeta i que ens expliquen la seva figura i ens decobreixen els seus poemes. Per cert aquesta novel·la té un llibre de poemes a dintre i també és un llibre ple de documents gràfics i amb una última part fantàstica. És un llibre molt culturalista però la gràcia de Vigó és que sempre ho explica tot sense cap pedanteria, amb una prosa que es mou per la curiositat i per les ganes enormes d’explicar-nos coses… un món on la veritat i la ficció es troben de ple” Marina Porras
L’Estrany reuneix tres llibres de versos: un llibre inèdit titulat Ara li és igual ser qui és (2024), i dos títols més —Ulls al bosc (2019) i Com si tinguessis temps (2014)—, que completen un cicle tancat de deu anys de creació poètica. Esteve Miralles (1964) va començar a publicar els seus primers poemes, en revistes i antologies, a l’entorn de 1984, i no en va fer llibres fins arribar a la cinquantena, amb aquest cicle i aquestes tres peces.
Formalment, el llibre conté una àmplia diversitat estilística, que va des del poema en prosa, i passant pels versos despoetitzats, fins a la recomposició de referents clàssics com les villanelle: o la invenció de l’onzet, una nova estrofa d’onze hendecasíl·labs rimats, que mostra la versalitat d’aquest vers tan infreqüent en català al damunt de l’estructura d’un sonet precipitat (amb dues quartetes, però amb un sol tercet final). (de la web de LABREU Edicions)
La villanella ,o “villanella francesa”, està formada per 19 versos d’art menor, heptasíl·labs, de rima consonant. Els 19 versos es distribueixen en cinc tercets i una estrofa de quatre versos de tancament. En el seu desenvolupament cal utilitzar el primer i tercer vers del tercet d’obertura en les estrofes següents; cal fer-ho de manera alterna per a tancar els quatre tercets restants i aquests dos versos formaran, al seu torn, el tancament de la la última estrofa formant un apariat. Esteve Miralles escriu la villanella en decasíl·labs, en art major, seguint el patró anglès posterior al francés (segle XIX).
Jorie Graham (Nova York, 1950) és una coneguda poeta nord-americana. És l’autora de catorze llibres. Ha estat àmpliament traduïda i ha rebut nombrosos premis, com ara el Forward Prize, el Los Angeles Times Book Award i l’International Nonino Prize. Viu a Massachusetts i ha estat professora d’Oratòria i Retòrica al Departament de Llengua i Literatura Anglesa i Nord-americana de la Universitat de Harvard des de 1999. Va ser la primera dona a ocupar aquest lloc. Enguany, ha estat finalista del Premi Pulitzer 2024 amb To 2040.
Estampida es va publicar el 2008. Seguint el ritme de la fuga desesperada del canvi climàtic, la disrupció social, les nostres noves migracions massives, lluita per reimaginar un present habitable, un ara, en què podríem aguantar, cautelosos, impertinents, sempre inventius, «comptant en silenci cap a l’infinit». La veu essencial de Graham ens guia amb fluïdesa “a mesura que passem aquí ara al món proper”, quin futur tenim sorgint poderosament a través d’aquestes pàgines, on el poeta ens implora “fins a l’últim siguem humans”.
La inusual xarxa d’al·lusions de la poesia de Jorie Graham uneix les tècniques del Modernisme anglosaxó i la poesia del llenguatge amb desplegaments narratius hereus del monòleg interior de James Joyce i Virginia Woolf, ha adjudicat a Graham certa reputació de poeta difícil i intel·lectual. James Longenbach diu de Graham: «Durant 30 anys, Jorie Graham s’ha ocupat de la baluerna humana en la seva totalitat […] en lloc de limitar-se a l’estreta porció emocional reservada amb més freqüència als poemes. Com Rilke o Yeats, imagina el poeta hermètic com una figura pública, algú que aborda les qüestions filosòfiques i polítiques més urgents de l’època simplement escrivint poemes».
espre venecià a la Llibreria Documental al voltant dels llibres L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejević (LaBreu Edicions) i COM EM VAIG ESCAPAR DE LA PRESIÓ DE VENÈCIA de Giacomo Casanova (Edicions del Cràter) amb Rossend Arqués, Fèlix Pons, Jaume Prat, Bernat Reher i Mariona Bosch a la Llibreria Documenta (16.05.24)
Un poeta virtuós i inclassificable anomenat Esteve Miralles
LaBreu reuneix els tres llibres de versos de l’autor –un d’ells inèdit– al volum ‘L’Estrany’
Esteve Miralles.ICUB
En la poesia inicial del tercer dels llibres aplegats aquí –que va ser, de fet, el primer a aparèixer: Com si tinguessis temps (2014)–, hi llegim: “Despara taula, i enfarcella engrunes, / surt amb les estovalles al terrat / i les espolsa en l’aire, flopp”. Un pretext d’allò més quotidià serveix eficaçment per presentar una poètica personal. “Tot aquell pa desestimat” –les molles–, l’aprofitarà un “pardalet esporuguit”. El poeta –l’amo de les estovalles– és qui enfarcella engrunes (bellíssima imatge!) i qui, finalment, avia aquell aliment esmicolat perquè el llegidor, tal com fa l’ocell ganut, li retorni “ben plena i buida, / eixuta, / una mirada llarga”.
L’Estrany –així, amb majúscula, com també hi anava el substantiu del títol de la seva novel·la El meu Amic, i, encara, tota la colla de personatges-arquetipus que hi formiguejaven– recull l’obra poètica completa de l’autor. A banda el llibre ja consignat, inclou Ara li és igual ser qui és (2024), inèdit fins ara, i Ulls al bosc (2019). Aquest darrer havia aparegut en una bella edició d’autor, una autèntica raresa per a bibliòfils. El que he esmentat més amunt es va distribuir com a llibre electrònic, dins la Biblioteca del Núvol. Per tant, l’esforç d’aplegar tota l’obra lírica mirallesiana en una edició convencional, a l’abast de tothom, tenia tot el sentit del món.
Paradoxa, pietat i molta vida
Miralles és un escriptor, per sort, inclassificable. En compondre un dietari, sembla que hi hagi un esperit líric que l’animi des de la primera ratlla. Si es proposa d’assajar la novel·la, alguna cosa de representació dramatúrgica ens hi acull. Quan escriu versos, n’hi ha –com la secció “Puta innocència” del llibre més recent– que conformen una història, una breu narració. Transcendeix els gèneres tradicionals perquè tota aquesta literatura es posa al servei d’una intel·ligència compositiva que indaga en els replecs de la psicologia i del llenguatge. Ell mateix ho suggereix en l’epíleg: “En un món desliteraturitzat –i en una literatura / desliteraturitzada–, tot llenguatge és amenaça, / intimidació”. La figura de l’Estrany de seguida hi fa acte de presència. És, potser, aquella part del jo que ens costa de sotmetre, que no podem dominar mai del tot: “L’Estrany vol robar-te la llum a què aspires, / la veu, la dolcesa”. No és exactament un estranger, sinó un estrany que conviu, tan conflictivament com es vulgui, amb el jo.
Aquest llibre és, de mig a mig, un exercici de virtuosisme: entre altres raons, per la creació d’una forma nova, l’onzet, formada per poesies d’onze versos d’onze síl·labes cadascun; i per la recreació d’una de ja coneguda, la villanella, que segueix una distribució de rimes i un rigor mètric força complexos: dinou villanelles que mostren la cara més lúdica del poeta. La idea de progressió narrativa anima la suite –magnífica– “El foc crema”: “T’he vist com te’l miraves, el paleta / que tancava la làpida amb ciment. / Has vist les roses, i el manat d’espígol. / He vist com te’l miraves. I un mar blau”. També enfila el sentit de l’al·legoria del bosc, del llibre del 2019: “L’art, l’ha inventat la / geologia, que ha anat / deixant coses en llocs // on no havien de ser”.
Miralles omple els seus versos de personatges (també ho feia Walt Whitman, el fundador de la poesia nord-americana moderna, i T.S. Eliot, un dels refundadors). I d’objectes, també, i d’animals. Com aquella merla enjogassada que “ens emmerla el terra net” (el poeta sempre crea llenguatge) i que, al capdavall, convida a l’amor com el rossinyol trobadoresc. El jo dels seus poemes resulta sovint excèntric (Ortega y Gasset feia servir aquest adjectiu, i el sintagma centauro ontológico, per definir l’essència de l’humà). Hi ha, en els seus versos, paradoxa i pietat, com assegura en l’epíleg. I vida, molta vida, ben païda en la reflexió.
En la desena edició de Literal, de divendres 24 a diumenge 26 de maig, trobareu els llibres de LaBreu Edicions a la parada de la lliberia Mala Peça, la número 22!
a les 19 h, “LLÀGRIMA, OLI, SAL” Pregó inaugural del Barcelona Poesia 2024 a càrrec d’Antònia Vicens a Paral·lel 62 (Av. del Paral·lel, 62, Ciutat Vella)
“BARCELONA RATAFIA” Inauguració del Barcelona Poesia 2024
Barcelona Ratafia és l’espectacle que dona el tret de sortida al Barcelona Poesia d’enguany, i aquesta festa inaugural conté una mort i un naixement, un recital poètic i un accident de trànsit, un duel i un gat. Barcelona Ratafia és uns Pastorets abstractes, ressituats al malson de vellut de la nostra ciutat-teatre en què sona Schubert tothora. La direcció artística i la dramatúrgia són del poeta Eduard Olesti, i sobre l’escenari la pregonera Antònia Vicens, cinc actors i set autors guardonats amb alguns dels premis de poesia més importants del país, ens faran tastar una ratafia poètica que obre la porta a una setmana completa de recitals, concerts i propostes artístiques diverses en què el que ens embriagarà seran els versos.
Direcció i dramatúrgia: Eduard Olesti
Assistència dramatúrgica: Núria Corominas
Vestuari i escenografia: Helena Calafell
Intèrprets: Núria Corominas, Núria Martínez-Vernis, Quimet Pla, Frances Ribes Renshaw i Oriol Sauleda
Pregonera: Antònia Vicens
Poetes: Mireia Calafell, Hug Casals, Marina de Cabo, Joan Tomàs Martínez, Jordi Solà i Irene Tarrés
Dijous 16,
a les 19.30 h “GRANS DAMES DE LA POESIA CATALANA” Recital d’Antònia Vicens i Teresa Pascual a l’Ateneu Barcelonès Carrer de la Canuda, 6, Ciutat Vella
Aquest recital aplega dues veus imprescindibles de la poesia catalana: la mallorquina Antònia Vicens i la valenciana Teresa Pascual. Són dues poetes de llarga trajectòria i amb un pes i una influència notòria per a les generacions de poetes que les segueixen, i el Barcelona Poesia no es vol estar de retre’ls homenatge cedint-los la veu perquè, amb la seva força serena i sàvia, ens enlluernin i ens posin contra les cordes com només la bona poesia sap fer.
Dissabte 18,
a les 19 h, UNA REFLEXIÓ POÈTICA AL “PER QUÈ LA GUERRA” Recital i debat de Teresa Pascual i Jordi Llavina El Born CCM – Sala Moragues Plaça Comercial, 12, Ciutat Vella
Diumenge 19,
a les 18 h, “NOVES FORNADES” Recital de joves poetes amb Jun Komura, Jèssica Ferrer i Martí Berlanga Jardins de la Casa de la Misericòrdia Carrer d’Elisabets, 8-10, Ciutat Vella
Des del festival Barcelona Poesia procurem estar atents a les noves veus que van apareixent a la poesia en català i procurem acostar al públic algunes de les propostes més interessants. Enguany apostem per una selecció eclèctica que ens durà les veus de Jun Komura, Martí Berlanga i Jèssica Ferrer, tres poetes guanyadors del VII Premi Francesc Garriga i del Certamen Art Jove de Poesia 2023 i 2022, respectivament.
a les 19 h, “CREMAVEN RUSCOS”Recital de Maria Isern i Chantal Poch Jardins de la Casa de la Misericòrdia Carrer d’Elisabets, 8-10, Ciutat Vella
Maria Isern i Chantal Poch són dues poetes catalanes que han publicat dos dels llibres més destacats del 2023, tots dos a l’editorial LaBreu: Rusc i Cremaven, respectivament. Les convoquem de nou al Barcelona Poesia, on ja han participat en ocasions anteriors, per sentir-les recitar els seus versos. En el cas d’Isern, ens endinsarem en l’exploració d’un cos mutant que ja ens presentava a Sostre de carn (Premi Francesc Garriga 2017) i que ara s’obre a la interacció amb moviments i paisatges. En el cas de Poch, gaudirem dels buits curulls de significat que la poeta sap crear amb els seus poemes breus, de només dos versos, en què les absències canten tan bé com les presències. Un recital de volada filosòfica, servit per dues de les veus més suggeridores de les últimes generacions de poetes catalans.
Dilluns 20,
a les 20 h, “Elles, Música i poesia”amb Glòria Coll Domingo, Rosalía Gómez Lasheras i Carolina Bartumeu Rocamora al Verger del Museu Frederic Marès Plaça Sant Iu, 5 Ciutat Vella
Una conversa entre música i literatura creada únicament per dones. Dues joves músiques i una poeta ens acosten la música i les paraules de grans creadores d’ara i sempre. Carolina Bartumeu Rocamora (violoncel) i Rosalía Gómez-Lasheras (piano) són dues músiques d’una mateixa generació que fa anys que comparteixen escenaris i una forta relació d’amistat.Es van conèixer el 2009 al Conservatori d’Utrecht, als Països Baixos, on les dues es van formar com a violoncel·lista i pianista professionals, respectivament. Allà també van coincidir amb Glòria Coll Domingo, que, a part de violoncel·lista, també és poeta. Molt actives en l’àmbit de la música de cambra, busquen acostar la música clàssica a un públic més ampli, fugint dels estigmes elitistes i patriarcals que sovint van lligats a aquest tipus de música.
L’espectacle intercala diferents peces de música (interpretades per la Carolina i la Rosalía) amb poemes (recitats per la Glòria). Hi sentirem Ingeborg Bachmann, Emily Dickinson, Mary Oliver, Felícia Fuster i Maria Mercè Marçal, entre altres noms d’aquest interessantíssim elenc de veus poètiques femenines. Que parlin i que toquin elles, doncs.
L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejevic al Ciutat Maragda de Predrag Matvejevic,
Avui viatgem a una de les ciutats més escrites i representades de la història de l’art, Venècia, de la mà d’un intel·lectual que va assumir el repte de dir alguna cosa nova sobre la Llacuna: Predrag Matvejevic, amb un llibre, “L’altra Venècia”, que il·lumina espais ignots de la ciutat i que ara ens arriba en català a l’editorial Labreu amb traducció de Pau Sanchis Ferrer. En parlem amb l’editora Ester Andorrà, amb el traductor Pau Sanchis, amb el periodista i curador Bernat Reher, amb l’escriptora i estudiosa Tamara Djermanovic, amb Borja Bagunyà i Adolf Beltran, que també ens portarà la peripècia de Casanova al llibre “Com em vaig escapar de la presó de Venècia” (ed. Cràter).
“la mirada amable i humanista i també diferent que fa Matvejevic en aquest llibre és una meravella, i és una invitació a tornar a Venècia i fer un recorregut completament diferent. No és un llibre només sense Venècia és també la mirada universal a tot tipus de temes humans… darrere d’un gran escriptor hi ha una gran persona… va continuar la seva ètica des de l’escriptura… hi ha una trobada entre el món eslau i el món llatí, el paganisme i el cristianisme que a una ciutat com a Venècia han estat presents a la seva història i si fem un recorregut per Venècia una mica diferent del típic turista és el que ofereix aquest text… obre un microcosmos on proposa una mirada molt diferent que troba aquests llocs secrets que són l’ànima de la ciutat… si tu t’hi endinses una mica pots recrear la història d’Europa durant molts segles, i més enllà, és exactament l’esperit de Magris, fins i tot el comparo amb Goethe o amb Stefan Zweig i realment és una cosa fantàstica. A través d’una petita cosa recrea un món sencer, com en l’eposodi del pa, explica com a llarg dels segles venia gent de molts llocs i cultures, alguns es quedaven i deixaven una tradició i una herència” Tamara Djermanovic
“a mi em va recordar l’operació que fa Magris amb l’operació de minimalisme amb un grau de detall exquisit, amb aquest diàleg orient / occident en un sol lloc a la llacuna…en el que en altres mans hagués sigut una temeritat i un lloc comú en mans de Matvejevic és una obra mestra ” David Guzman
“ho fa d’una ciutat que visita diverses vegades, ciutat que desapareix sota un munt de tinta, d’escriptures… ell aconseguix pràcticament no citar ni passar pels llocs comuns…. es fixa en un detall a partir del qual reconstruir tota la ciutat. LaCapria al pròleg subratlla que és fàcil fer-ho potser amb la mar -que tampoc ho és de fet- però molt més complicat fixar-se en una brossa anònima quan tens un Tiziano davant. Sobre la traducció hi hagut moments de recerca detectivesca, calia confrontar molts textos, l’aventura filològica ha sigut envitricollada com la mateixa Venècia, i la part lingüística és la d’un escriptor croat a un lloc on hi ha el venecià que està en retrocés, mirar de salvar les paraules que estan desapereixent siga perquè anomenen estris que ja no es fan servir o siga perquè formen part del venecià” Pau Sif
” una fascinació cap a la modèstia de les coses, cap aquestes rutes paral·leles però també cap a una mirada que trobo que és molt coherent perquè de ben jove el que havia vist eren les cartografies i les pintures, aquests pintors del Venetto, i aquesta imatge plasmada, impresa, el devia fascinar i disparar la seva imaginació i llavors quan hi va convidat, la trepitja, la investiga, la viu i va als detalls, després va a buscar una altra vegada aquestes cartografies que reafirmen les seves sensacions i les seves observacions. No és tan confiat com per tirar pel dret d’una manera desaforada … tota va a gratar el que hi havia sota les rajoles o a dins de les biblioteques o dins d’aquests documents. Trobàvem que era molt important tota aquesta part gràfica antiga que hem combinat amb fotografies fetes fa pocs mesos expressament pel llibre absolutament contemporànies per dialogar d’un passat i aquest futur… assenyala que allò que ja s’ha perdut, incideix en el moment que escriu el llibre que diu ara mateix també està desapereixent la última taberna que feia aquell peix fregit i estan desapareixent les paraules… el valor del moment ” Ester Andorrà
Conéixer una ciutat és entrellaçar-se íntimament amb els seus racons, escletxes, corredors secrets i llocs foscos per on flueix la seua sang vital. I quina ciutat en té més venes que Venècia? Aquest títol s’aventura pels canals que s’allunyen del sorollós i bulliciós exèrcit de turistes que envaeixen com hordes invasores la ciutat any rere any, desvelant-nos una Venècia que, pot ser, ni tan sols alguns venecians coneguen. De la seua mà ens deixen lliscar suaument pels canals menys turístics i ens passegem pels carrers empedrats d’una Venècia turística en una aventura literària que ens portarà fins al cor de la històrica ciutat italiana.
Tothom creu que coneix Venècia, però en aquest llibre l’autor revela aspectes amagats de la ciutat, des de jardins amagats fins a pous a les places de la ciutat, amarratges de vaixells, fondes i fàbriques de pa.
Aquest llibre és una reimaginació lícia de la ciutat italiana, una obra que reconfigura completament el paisatge venecià, ja que Matvejevic segueix mapes tant reals com imaginaris, contemporanis i històrics, per traçar amb tot detall el perfil d’aquesta ciutat tan sensual. Apropar-se a la seua lectura és enfonsar-se en un laboriós treball d’investigació sobre que significa l’antiga ciutat de Venècia per a la seua gent, la nació italiana i la cultura global en general que l’ha fet un símbol de ciutat universal i coneguda per tothom. Però aquesta obra també suposa una mirada detallada des de la perspectiva de Matvejevic que dissecciona amb minuciositat els indicis de vida en els detalls més petits i mundans d’aquesta ciutat: ponts, vaixells tacats d’òxid, escultures murals, maons i teules artesanals, rius i places repartides per tota la ciutat. Cada ciutat té una història desconeguda i amb Matvejevic com a guia descobrirem les històries que hi ha darrere de Venècia.
El llibre porta als lectors que s’apropen a ell a una Venècia desconeguda, que s’ha escapat dels ulls d’escriptors, artistes i fotògrafs al llarg dels segles. Matvejevic, per torns, es va vestint d’historiador, cartògraf, antropòleg i filòleg a la vegada que ens descobreix artefactes i racons esquius del temps passat, amagats fins que l’autor ens els ha presentat. Les fotografies en blanc i negre que acompanyen el text, ofereixen un testimoni silenciós del pelegrinatge de Matvejevic per una ciutat plena d’història. «L’altra Venècia» és una guia fascinant i ben escrita, un plaer per als lectors més puntimirats que ens recorda que sempre hi ha un altre misteri per descobrir a la ciutat de l’aigua i la pedra.
Estem davant una obra imprescindible per a tots aquells que vulguen conéixer Venècia en profunditat, més enllà dels tòpics i els llocs comuns. Un llibre que ens convida a perdre’ns pels seus carrers, a sentir-la amb tots els sentits i a descobrir la seua veritable essència. Un llibre que és un cant d’amor de Matvejević a la ciutat que li va obrir els braços i el va acollir, una ciutat que és més que una postal, que una imatge idealitzada d’una pel·lícula, una ciutat marcada pel pas del temps i la història. Des dels canals més amagats i pudents fins als palaus més senyorials, Matvejević explora els diversos racons de la ciutat, revelant la seua bellesa i els seus secrets.
«L’altra Venècia» és un llibre que es llegeix amb plaer, tant si s’ha estat a Venècia com si no. La prosa de Matvejević és rica i poètica, plena de descripcions evocadores i reflexions profundes. A més, el llibre està il·lustrat amb fotografies que complementen perfectament el text i ens permeten apropar-nos encara més a la ciutat.
Anna Enrich recita ‘Paüra’ amb la música d’Adrià González a la Calders
Joan Mateu Parra / Shooting
Dijous reincidim amb els poemes, ara a la llibreria Calders, on és Lluís Calvo qui presenta el llibre d’Anna Enrich Paüra (LaBreu), que els recita acompanyat a la guitarra elèctrica d’Adrià González. Calvo parla d’àngels i fades, la dislocació del llenguatge, el mite, l’èpica, la màgia, les serps i les aranyes i com “la realitat pura i dura és un misteri”. Com diumenge passat, també hi ha l’editora Ester Andorrà i els fans poètics totals Núria Isanda i Ferran Garcia. Enrich llegeix i també sentim els àngels i la por, la paüra, que hi és perquè potser no en tinguem. Perquè potser cal, com diu la poeta, “acceptar el misteri”.
Joan Vigó publica ‘Les platges del clatell’ (LaBreu), un llibre polifònic i metaliterari que ressegueix la vida i obra de la poeta avantguardista Berta Epstein.
Haiku a Brooklyn, el primer llibre d’aquesta mena de tríptic que tenim entre mans, explica la història de Russell (nascut [ru’seʎ], com el Benet o el Sandrusco), un català del barri xino autoexiliat als Estats Units, a Nova York. Primer viu una temporada amb una parella que recorden els protagonistes de Bitter Moon, de Polanski —però que realment s’estimen i estimen el protagonista. Després fa una vida prou normal, amb algunes escenes interessants, i sobretot prepara el seu enterrament en un Lincoln-Mercury Continental SS X-100 de 1961 amb ell a dins, despullat i envoltat dels objectes que l’han acompanyat al llarg de la seva vida.
A Vides potser, Vigó hi torna a fer aparèixer el Lincoln presidencial (en una tele, en un regateig, també) i la idea de fer-lo servir com a taüt. Curiosament, no sembla que sigui un tema privatiu de la ficció de Joan Vigó: John Wilson, a la seva sèrie documental sobre Nova York How to with John Wilson, visita un fabricant de taüts en forma de cotxe. Sigui com sigui, és el primer motiu que es repeteix explícitament i relliga aquests dos primers llibres que, d’altra banda, són ben diferents. A Vides potser el protagonista, que fa de detectiu privat, s’inventa una identitat que consisteix a ser un becari de la Poetry Foundation de Chicago que ha de fer recerca sobre Berta Epstein, una poeta inventada que el narrador situa a principis de segle XX, que era amant de Francis Picabia i que va desaparèixer, segurament per haver-se suïcidat llençant-se al Sena.
A Les platges del clatell, l’estructura narrativa més o menys estable que hi havia en els dos llibres anteriors es desfà i l’obra es presenta gairebé com una carpeta —blava— amb diversos papers (dietaris de diferents persones, poemes traduïts, fotografies, etc.) que tracten algunes qüestions comunes. Sembla més aviat la documentació preparatòria que no pas un llibre acabat. A més a més, els diversos fragments se superposen i passem de la narració d’algun episodi de la vida de Picabia a les aventures de Benet Rossell i Antoni Miralda per Nova York (on es troben un moment el barceloní Russell de Haiku a Brooklyn). De tot plegat en surt un llibre coral i polifònic que no es dedica a explicar una història concreta des d’un sol punt de vista, sinó que, des de diverses perspectives, presenta diverses situacions que tenen uns lligams diguem que dinàmics, però sempre amb el cas Bepsta de fons —que es presenta amb més o menys intensitat depenent del moment del llibre.
«El llibre actua com una mena de laboratori en què l’objecte d’investigació són les possibilitats expressives de l’atzar objectiu»
Un dels trets més rellevants de Les platges del clatell és la tensió en la qual posa el text —i, de retruc, el lector— pel que fa a la versemblança. El fet que hi apareguin personatges reals, fotografies, notes a peu de pàgina amb referències reals, que es reconegui l’autor de les dues novel·les anteriors i que s’expliqui el mecanisme pel qual en un llibre Bepsta és una ficció i en l’altre es diu que no; tot plegat fa que el lector caigui inevitablement en la temptació de preguntar-se si és veritat —i la seva consciència lectora li contesta: «si és veritat, elquè, sòmines? Però com en un fals documental, la tensió entre la realitat, la ficció i els diferents nivells de representació juguen amb les expectatives del lector i fan que es qüestioni constantment què està llegint.
Les platges del clatell apel·la a la consciència del lector i intenta provocar-li reflexions sobre la naturalesa textual i els diferents nivells de representació; apel·la, en definitiva, a la intel·ligència i li fa fer ni que sigui una mica d’exercici. Des d’aquí agraïm que Joan Vigó pensi que el públic és intel·ligent: és un punt de partida noble i generós. El lector ha de respondre a aquest esperit de manera semblant. Com diu ell mateix, «no cal entendre-ho tot». El llibre actua com una mena de laboratori en què l’objecte d’investigació són les possibilitats expressives de l’atzar objectiu.
Com la música en el teatre o en el cinema, a l’obra narrativa de Joan Vigó la poesia actua de manera diegètica o extradiegètica. A Haiku a Brooklyn la poesia és extradiegètica: resumeix la tensió emocional o argumental d’un passatge, en condensa l’expressió i la vivifica d’una manera semblant a com fan els haikus de Basho a L’estret camí de l’interior o, com fa Ponç Pons als seus dietaris, per dir-ne dos a l’atzar. En canvi, a Vides potser hi ha menys poemes, però formen part de l’argument: la poesia és diegètica. El narrador crea els suposats poemes de Bepsta (Berta Epstein) que han sobreviscut a través d’un periple que implica Picabia, Breton, Picasso i Palau i Fabre.
Aquest caràcter diegètic s’extrema a la novel·la de Joan Vigó. En un accés de metaliteratura, Vigó inclou un llibre dins del llibre que conté tots els poemes de Berta Epstein que han sobreviscut fins als nostres dies. Les platges del clatell, de Joan Vigó, de la col·lecció «Cicuta» de narrativa a LaBreu Edicions, conté Les platges del clatell, de Berta Epstein, de la col·lecció «Alabatre» de la mateixa editorial, amb edició del mateix Vigó, que esdevé personatge del llibre que firma. El caràcter diegètic de la poesia de Bepsta va lligat al seu caràcter ficcional o d’element constitutiu d’una ficció, però el joc que han fet autor i editors també permet observar-lo com el nucli al voltant del qual s’han aplegat una sèrie de materials que han de servir per, algun dia, fer un llibre sobre els poemes. La presència de la poesia en aquest volum fa que, com un test de Rorschach, la figura canviï segons com focalitzem la mirada.
Tot plegat és un joc molt gros que fa pensar en els experiments oulipians i que les referències contínues a Carles Hac Mor i Ester Xargay (i, evidentment la presència multiplicada de Benet Rossell) situen en un àmbit plenament artístic, entre el joc i la investigació.
Retrat de Jordi Valls Pozo, un poeta radicalment colomenc
Lectura un pèl provocadora d’un llibre prou provocatiu: ‘Tractatus de la mort de la poesia catalana’
Eric del Arco, Lluís Calvo, Jordi Valls Pozo i Carles Duarte, a la presentació del llibro a la llibreria Documenta (A. Rico)
Posada a ser provocadora, per què no publicar la crítica d’un llibre de poesia després del clímax de Sant Jordi? Potser ara ja no el comprarà ningú. Ningú no el llegirà. O sí? Aquest és el repte: despertar l’interès cap a l’obra més visceral, més reflexiva d’un dels nostres col·laboradors: Jordi Valls. El seu últim llibre de poesia. Tanmateix, a veure, recapitulem, encara algú llegeix poesia? Aquestes són les notes elaborades a partir de la presentació del Tractatus de la mort de la poesia catalana —títol explícitament grandiloqüent—, que vam celebrar a principis d’abril al CEP.
I començaré per esbossar un retrat personal d’en Jordi Valls. En Jordi va néixer el 1970, a Barcelona. Com jo, a la Clínica Sant Jordi de Sant Andreu del Palomar, perquè a la nostra ciutat —encara ara—, hi havia mancança d’hospitals obstètrics. Té 54 anys, pel seu aspecte potser el faríem més jove. És de família xarnega, com gairebé tots nosaltres: la mare era d’un poble andalús que es diu La Campana i el seu pare de Roquetes, de Tortosa. Aquest deix occidental que té quan parla li ve per tant del seu pare. De nen va estudiar a l’Escola Manent i allà es va definir el seu caràcter introspectiu i fantasiós, que ha estimulat i que ha anat alimentant i que retrobem en els seus versos. La seva formació no és universitària sinó autodidacta, com Joan Salvat-Papasseit, com Joan Brossa, referents seus. Tal com deia Brossa: “Les coses importants s’aprenen però no s’ensenyen”.
Per tant, la seva formació prové de la lectura àvida, additiva, de dieta molt variada. I per això, va tendir a dedicar-se, a treballar, en llocs on hi havia llibres, per tocar-los i per consumir-los. D’una banda, fent de venedor a la Llibreria Catalònia: a la plaça de Catalunya, que enguany celebraria el seu centenari, però ja fa temps que es va convertir en un McDonald’s, plena metàfora de la nostra societat abaratida, consumista i globalitzada. I ara podem trobar en Jordi a la Biblioteca de Singuerlín, on ens regalarà amb una conversa o amb un llibre, informat totalment del fons que conserva l’edifici i de les seves novetats.
De què ens coneixem en Jordi i jo? Conservo una reminiscència antiga de quan en Valls adolescent militava en un partit polític de Santa Coloma. Crec que ell no es recorda d’aquella situació. Després ho va deixar i ara té una visió molt escèptica de la política. Més endavant vam coincidir a les festes infantils dels fills. Del seu fill i de la meva filla, perquè eren alumnes de l’escola de Les Palmeres i anaven a la mateixa classe. Però llavors teníem converses banals, només érem pare i mare dels nostres descendents, que eren els protagonistes. Sortosament, més endavant, hem parlat de literatura.
Jordi Valls és un poeta radicalment colomenc. S’estima profundament la seva ciutat, la seva arrel ciutadana, ja ho sabeu. El seu amic Lluís Calvo, a la introducció, explica una anècdota que ho defineix perfectament. Els dos van pujar un dia a la carena de Baró de Viver, on hi ha les ruïnes de la mansió, que ara es troba en un parc, i a Valls l’experiència el va commocionar, perquè va veure Gramenet des d’una altra perspectiva, des de l’altra banda. A més a més, Valls és un caminador impenitent dels nostres topants: Turó del Pollo, Sant Jeroni, el Fondo, la Serra d’en Mena, el riu Besòs. Estima tots els seus referents, que enalteix i reivindica, precisament per la seva constitució de perifèria, per la seva essència de classes populars. Coneix profundament i ha ajudat a defensar l’obra de dos escriptors colomencs, com Màrius Sampere i Josep Sol. N’ha fet rutes solitàries resseguint els seus textos damunt la superfície de la ciutat. Després les ha transcendides a través de rutes literàries per a nosaltres.
Aquest volum que avui comento és el tretzè de la seva trajectòria de molts anys, des del 1995. Ha estat diverses vegades premiat. Destacaré els Jocs Florals de Barcelona i el Vicent Andrés i Estellés dels premis Octubre, de València. Part de la seva obra s’ha traduït al castellà, a l’italià, a l’anglès, a l’eslovè.
El títol d’aquest darrer llibre comença pel mot Tractatus: paraula pomposa llatina, en sentit irònic aquí, tractat com a argumentació sobre un tema. I el tema intens és la mort de la poesia catalana. Efectivament, perquè el motiu central del l’obra és la tradició de la nostra poesia en el curs del temps: el seu passat, que considera un cementiri. El seu present, la seva proposta, i el futur que li espera, com el poema dedicat a un noi jove que vol escriure poemes, i allí van els seus consells, com a creador experimentat. El motiu central de l’argumentari de l’obra és que la poesia és caduca, mor com tot. De fet, un llibre també podria ser considerat com l’espai d’un cementiri i cada poema un nínxol, des d’aquest punt de vista necrològic de Valls, però sempre hi ha un breu motiu d’esperança: la mostra és la resurrecció en el primer poema de l’obra, on Jordi Valls, com Llàtzer, camina renascut, perquè torna a sentir la força creativa. Com nosaltres ressuscitem els seus textos i també els del passat, tot llegint-los o sentir-los recitar.
El llibre inclou com a introducció un petit tractatus sobre la seva poesia, escrit pel seu amic i còmplice poeta Lluís Calvo. És una obertura excel·lent, que ofereix molta llum sobre els textos, la trajectòria i els estils de Valls, i que jo vaig agrair de llegir-lo. És com una mena de codi que ajuda a saber entendre l’obra d’en Jordi. M’ha orientat per fer una lectura més aprofundida del Tractatus.
Us he dit que el tema principal del llibre era la poesia, però inclou molts més aspectes. Un segon recurrent aquí i en tota la seva obra és Santa Coloma i la seva comarca, a qui guarda un amor profund, una fidelitat. Potser les pàgines més líriques provenen d’aquest assumpte, de l’enaltiment i de la reivindicació de la ciutat, que pot ser el nucli, l’ull de la nostra galàxia, perquè és el nostre cor.
Un tercer tema pertany a la tradició clàssica poètica: són les reflexions del jo, com una mena de dietari, on Valls aboca la multitud de reminiscències personals, percepcions, sensacions, pensaments, estats d’ànim, comentaris sobre lectures. Atenció: nosaltres també podríem sortir en el proper volum. En Jordi sempre va proveït d’un paper i un bolígraf a la butxaca, per anotar qualsevol cosa fulgurant que li passi pel cap i que pugui ser estímul d’un nou text. Vigileu de no ser massa singulars, perquè podríeu ser la llavor d’un poema!
D’altra banda, la gamma d’autors i llibres que cita en l’obra reflecteixen la seva curiositat polifacètica: sobre matemàtiques, física, filosofia, religió —Valls és un gran coneixedor de la Bíblia i en el Tractatus no hi podia faltar. També és cinèfil, i un parell de poemes són dedicats a pel·lícules —de Truffaut i de Pere Portabella.
I és clar, també hi observem els seus estats d’ànim. I aquesta obra segrega sobretot mal humor, pessimisme i escepticisme. Mala llet. Però atenció: això és bo; segons el seu amic Lluís Calvo és llavors quan Valls destil·la els seus millors poemes: quan està emprenyat. Perquè en aquest llibre hi ha poc espai a l’esperança.
Hi ha, per exemple, molta crítica sobre la nostra societat actual: la denúncia del cinisme polític; de la conxorxa entre tirans i nosaltres, els sotmesos; de la manipulació, de la burocràcia. I la nostra pàtria és en un vers tal qual: “una colla de cucs”, i es queda tan ample. Pessimisme. Tot i que també hi ha la vena humorística, una de les característiques de la poesia de Valls, però sobretot aquí és, precisament, humor negre.
Hi ha més temes, qualsevol situació quotidiana pot servir per crear un poema: la descripció d’un foc en una llar, l’evocació d’un mercat, els llençols en un llit quan es desperta, tot pot ser motiu de suggestió quan la seva creativitat s’encén. Però gairebé sempre la descripció li mena a l’especulació, a la reflexió moral. Valls és un moralista. De l’anècdota a la categoria, com deia Eugeni d’Ors, encara que crec aquest escriptor no li agradi a en Jordi.
Passem ara a comentar una mica l’estil de l’obra. El Tractatus, tal i com la temàtica, té registres variats, és eclèctic. A Valls, aquí li agrada barrejar els registres del llenguatge i així pot passar, fins i tot en un mateix poema, del llenguatge elaborat, culte, o científic, al vulgar i escatològic. Per exemple el poema Radar, que comença: “Esbandir la pell del mar” d’ alta volada lírica, però dues línies més avall escriu: “La tèbia humitat dels calçotets”, contrast provocatiu. Fins al “M’estic cagant i ningú no se n’adona”, punki total. Perquè tot té lloc a la poesia, també allò repulsiu. Perquè la realitat té moltes facetes, i un poema no té per què ser bonic o bell. La lletjor, les ombres, també hi són incloses, perquè Valls vol abraçar les diverses gammes de la realitat. Tot i que en aquest llibre, insisteixo, Valls tendeixi cap a les fosques. A més, Jordi Valls vol atiar l’escàndol, perquè aquesta és una de les missions de l’art: remoure, somoure l’esperit acomodatici de la societat.
Els gèneres que hi empra també són diversos. Per això podem dir que el Tractatus és un tractat de com fer poesia, i de totes les que fins ara ha emprat: el vers lliure, el decasíl·lab blanc, el sonet, la sextina, l’aforisme o les proses poètiques. Aquests gèneres diversos representen també la perspectiva múltiple d’acostar-se a la realitat, com la realitat és expressada. Pot ser una realitat transparent, d’interpretació diàfana, de lectura fàcil. Sobretot els primers poemes i potser alguns últims.
I uns altres, els del cos central, tiren cap a allò que s’anomena experimentació, és a dir, s’acosten a les avantguardes, al dadaisme, al surrealisme, són de de lectura difícil i poden semblar absurds perquè no són explícitament racionals. En aquests poemes Valls es deixa portar per les associacions espontànies de la seva imaginació. Pot escriure per exemple “com tremola el sexe (…) de les verdures.” Per tant, us aviso. Perquè no hem de buscar una interpretació lògica, racional. Com tampoc no ho fem quan mirem un quadre de Miró, de Dalí o d’Antoni Tàpies. Però atenció, aquests poemes “absurds” d’en Jordi estan refets, modelats, tenen una sonoritat, un ritme, hi ha un contrast especial, una imatgeria treballada. Com les pintures de Dalí surrealistes dels anys vint o trenta. Dalí somniava o tenia paranoies, tanmateix quan les traslladava al llenç les estudiava, en feia una pintura detallista i minuciosa. Els poemes absurds surrealistes de Valls també són minuciosos, treballats. Només cal que, encara que no els entenguem, provem de llegir-los en veu alta, veurem quin ritme més elaborat, com sona, quina tria del lèxic i dels seus efectes.
Però com que en Jordi escriu sobre el jo personal, alguns dels seus poemes més foscos, que Lluís Calvo considera críptics, poden ser, per a nosaltres colomencs com ell, més clars, perquè en compartim alguna experiència: per exemple el poema Escola Manent, o el poema Madrigal que comença: “La credibilitat del miracle ha baixat als peus de Josep Oriol: ‘Es com creuar el Nus de la Trinitat i arribar a la llera del Besòs (…).’” Algú coneix la llegenda de Sant Josep Oriol i el riu Besòs? Efectivament, ha restat com a tradició oral, potser ara ja perduda, que el personatge va creuar el nostre riu i no es va enfonsar, com el seu guia Jesús, d’aquí el nom de la parròquia del Riu Nord.
De fet, els poemes són realitats del jo recòndites, els escriu sobretot per ell mateix, i els lectors, pobres mortals, fem el que podem, atabalats buscant-hi pistes, una mica a les palpentes. Perquè en Jordi Valls ja no farà mai un poema ensucrat, fàcil, pensant en una bona acollida d’un públic majoritari. No, és valent. És tenaç, és perseverant, ell té unes idees al cap i una poètica personal, que potser no entenem com ell però al poeta no li importa. Perquè en aquest punt discrepem. En Jordi és fill de la postmodernitat i creu que un poema vola una vegada escrit i qui li dona valor és el lector. Jo soc més clàssica i crec que el que a mi m’agrada de la composició és com l’autor expressa els seus replecs més privats. Com deia Carles Riba a Per comprendre: m’agrada entendre el jo tot aprofundint en els textos, que són part de la seva intimitat.
En fi, ja hem arribat al cap del carrer. Opino que, com alguna crítica ha valorat, el Tractatus de la mort de la poesia catalana és un dels millors llibres d’en Jordi Valls, perquè és el més complet, el que inclou una gamma temàtica i de registres més àmplia. El Tractatus és com una culminació de tota la seva trajectòria poètica i expressada en una absoluta coherència. És un llibre de maduresa personal i creativa.
Hem visitat Venècia abans de visitar Venècia, tal com l’escriptor i professor de la Universitat de Zagreb, Predrag Matvejević (1932-2017) i autor de L’altra Venècia (LaBreu edicions), havia vist Venècia abans d’anar-hi en un llibre d’imatges que li van quedar impreses a la retina. Venècia forma part del nostre imaginari col·lectiu, tenim la ciutat dels canals incorporada a la memòria visual amb la mateixa precisió d’una vedute de Guardi, Tintoretto, Carpacció o Canaletto.
De Venècia s’ha dit tot, o s’ha dit tant que parlar-ne, escriure-la o fotografiar-la és difícil sense caure en els llocs comuns. És des d’aquesta premissa: fugir dels llocs comuns, que Predrag Matvejević acara l’escriptura d’aquesta obra mestra que és L’altra Venècia: la Venècia que emergeix a la vista quan s’agusa una mirada que va al detall, a la sorpresa i al misteri que neix del que podria semblar intranscendent i que a través de l’art de la paraula de Matvejević adquireix una personalitat ‘altra’, destacada de la Venècia que portem incorporada en el nostre àlbum de ciutats i monuments icònics com, posem per cas, París, Nova York o el Taj Mahal. M’aturo un moment en el Taj Mahal perquè en el meu record es juxtaposa la imatge flotant del Taj Mahal amb la imatge flotant de Venècia quan s’hi arriba amb el vaporetto, en un i altre cas fent una abstracció visual de la gentada que distreu de la contemplació de la bellesa més enllà de la fastuosa estètica monumental. En el cas de Venècia potser és la bellesa andrògina que tan bé es reflecteix al film Mort a Venècia, que tant es pot percebre en l’atractiu del jove Tazio com en la mateixa Venècia en què hi va cristal·litzar l’art d’Orient i d’Occident de l’època. Venècia com una encarnació, doncs, de l’androgin que de la mateixa manera que casa aigua i pedra, marida el somni i la realitat del quotidià.
Com un Virgili o una Beatriu (manllevo una comparació del mateix Matvejević), a L’altra Venècia l’autor ens invita a no passar de llarg de la màgia de les flors i herbes menudes que creixen entre les pedres rovellades per la humida intempèrie de la ciutat, que mirem els tons que aquest rovell adquireix també en ferros i fustes treballades, que ens aturem a observar els paviments antics i conèixer l’art dels seus artesans, que admirem el traçat dels carrerons i ponts de Venècia i les perspectives que componen, com també va observar el fotògraf Toni Catany al seu magnífic llibre d’imatges Venesia (Lunwerg, 2006).
Un vespre Toni Catany em va mostrar les imatges que havia fet amb la seva primera càmera digital. Encara no estava segur del resultat que volia, ja que amb la nova tècnica aspirava també a fer un llibre on no hi hagués la Venècia prototípica, sinó, com el mateix Matvejević, que Catany havia llegit, captar una Venècia altra, no pas aliena, sinó al contrari: la Venècia fonamental que Matvejević narra presentant-nos els seus forns i forners, les seves tavernes i taverners, artesans del pa i de la vida menestral que ja no en queden i que ja només podem trobar a L’altra Venècia.
Llegir bona literatura provoca el desig de diàleg amb el text. A desgrat de la impressió de les llums i ombres dels sols ponents i sols ixents sobre l’aigua i les velles pedres, combinació que abraça l’esplendor de sedes i domassos amb les carícies de les aus, dels cristalls transparents i la carnositat dels seus colors vius, dels cels escombrats del migdia i les bromes matinals, en el meu primer viatge a Venècia a penes vaig poder escriure un poema… Venècia, la de les vedute i l’altra, l’amagada, havia sobrepassat els meus sentits i em va deixar en un estat flotant com l’amor a primera vista: a dosis homeopàtiques s’ha de digerir la rara bellesa de Venècia, l’espectacle de la seva decadència trenada als tornassols que imanten l’atenció amb el mateix atractiu que tenen, i tant, les velles llambordes que et fan seguir el fil de la fantasia que viatja per les esquerdes, i, encara, embadalir-se posant la mirada en l’encant dels gravats anònims amb què Predrag Matvejević il·lustra el seu llibre L’altra Venècia: un cant a la Venècia que poc hem sabut veure i que l’escriptor també mostra esplèndida davant dels nostres ulls en la natura dels petits jardins, o en la bellesa minimal dels cocci, sobrants ceràmics, fragments de qui sap el temps que en la seva utilitat ajuden a reomplir les fondamente, els terrenys que Venècia i les seves illes han guanyat al mar.
Lleons de Venècia, gats literaris i la torre de Babel
►Els lleons de Venècia, segons André Suarès i Predrag Matvejević
Un lleó de Venècia exposat al palau Ca d’Oro | Àlex Milian
Els lleons de Venècia, segons André Suarès i Predrag Matvejević
L’altra Venècia (LaBreu, 2024) és un bellíssim retrat literari del croat Matvejević i Viatge del condottiero (Quid pro Quo), una preciosa ruta des de Basilea fins a la ciutat italiana, del francès André Suarès.
A L’altra Venècia (LaBreu Edicions, 2024), el croat Predrag Matvejević fa un bellíssim retrat d’aquesta ciutat, descrivint —amb poesia i rigor— des de les plantes que creixen a les parets fins als lleons que vigilen la ciutat i els seus visitants:
“Hi ha molts lleons de Sant Marc per tot arreu: n’hi ha d’alats, asseguts (in moleca), triomfants. Els historiadors ens recorden que l’exèrcit comandat pel general Bonaparte, quan va arribar a Venècia i va suprimir-ne la independència, va intentar prohibir-los per decret: el 30 de floreal de 1797, el general de divisió Victor Perrin es va oposar a aquest símbol (…) El general no sabia que sant Marc, a diferència de Pere i Pau, no havia estat mai a Roma i que el seu exemple significava una mena d’oposició tranquil·la al poder papal. Aquest jacobí ignorava en què consistia realment la religiositat dels venecians. Els lleons de sant Marc van continuar essent, i encara ho són, els protectors de la ciutat i de les seves possessions, els guardians de l’Adriàtic —el golf de Venècia— i els garants del poder en ell”·
Ja són aquí! El panorama poètic batega i es renova
Aquest país segueix descobrint la majoria de nous poetes gràcies als premis i, a més de l’Art Jove de Poesia Salvador Iborra, cal parlar del planter que has anat distingint els premis Francesc Garriga, Martí Dot o Amadeu Oller
D’esquerra a dreta, Laia Pujol, Pol Vouillamoz, Eloi Creus , Chantal Poch, Guillem Pérez, Oriol Saluleda, Maria Isern, Jun KomuraMASSIMILIANO MINOCRI
Per a qui no estigui al cas de com batega i es renova el panorama poètic del país, aquí us oferim una petita mostra amb els noms i els quefers d’algunes veus joves interessants. Ho fem basant-nos en diverses novetats editorials relativament recents i amb la pretensió d’ajudar a fer-nos una idea dels nous plançons que creixen en aquest opulent paisatge. Però no volem, només, mostrar la vitalitat i renovació d’aquest sector de la literatura catalana amb cofoisme barat, sinó, sobretot, constatar la naturalitat amb què es va actualitzant i es remou amb autors de totes les edats i de tot arreu, i comprovar com aquesta nova tanda és alegrement diversa i abundant, rica i atractiva. Tampoc no es tracta d’un rànquing dels millors, ni d’una llista exhaustiva. Temps al temps.
Com que voldríem, això sí, parlar realment de joventut i fer-ho amb propietat, ens hem proposat un topall en l’edat dels poetes que esmentarem, de manera que no trobareu ningú nascut abans de l’any 1990. Ens ha semblat un número prou rodó i significatiu: els més grans van fer-se majors d’edat amb la gran recessió i la crisi financera del 2008.
Una de les principals figures d’aquesta fornada és la badalonina Maria Sevilla Paris, que acaba de publicar La nit ovípara (Documents Documenta, 2024), un llibre bell i dolorós, farcit d’un joguineig amb el vocabulari científic i fruit d’un treball estètic interessantíssim que certifica que la via poètica per on fa recerca (llegiu ‘Plastilina’) serà un camí fecund i profund. Sevilla és una de les ànimes actuals (amb Laia Carbonell i Raquel Santanera) del cicle de l’Horinal (Obrador de Recitacions I Noves Actituds Literàries), que fa de centre neuràlgic i de llar de la poesia en veu alta (des de la Deskomunal, a Sants), i també és una intèrpret singular per la manera com diu i acompanya els seus versos.
Fedals de Sevilla, tenim el menorquí Guillem Benejam, autor de Fondària (Adia Edicions, 2023), una obra que torna a demostrar-nos la seguretat versificadora d’un home que estima la seva illa perquè la coneix i la treballa, i el sabadellenc Gerard Ballester, que ha guanyat el premi Terra de Fang de Deltebre amb Les contractures (Onada Edicions, 2024), un artista plàstic de sensibilitat desperta que observa i descriu la vida amb una imatgeria molt ben retallada.
Per una altra banda, tenim el primer llibre de poesia d’Eloi Creus, de qui ja sabíem que és un traductor excel·lent (del llatí, del grec i de l’italià), i que ara, amb Com una mosca enganxada a la mel (Godall Edicions, 2024), ens demostra que també té l’estre esmolat i que, gràcies a ell, la llengua catalana seguirà navegant, de tant en tant, en els ritmes hel·lènics, per cantar tant les ambigüitats com les exactituds de la realitat i de l’amor; una peça important perquè compon els poemes des d’una estètica que beu de la tradició moderna amarada de classicisme.
És destacable, també, El vast domini (Bromera Edicions, 2024), de la castellonenca Aina Garcia-Carbó, una poeta plena de força combativa i rebel, que clama des d’una set de justícia arravatada.
En un espai estranyament compartit entre elles, podríem situar-hi Chantal Poch, autora de Cremaven (LaBreu Edicions, 2023), i Laia Pujol Abizanda, autora de Les bèsties mudes (Editorial Fonoll, 2023), ambdues grans coneixedores del món del cinema, i prudentment tímides, però que per escrit esclaten, l’una cap al desig mesurat amb comptagotes i l’altra cap a l’èpica de la confessió, per demostrar-nos que la poesia no és feta de sucre i silenci, sinó d’una necessitat (sovint insatisfeta o impossible de satisfer) de comunicació lacerant.
A l’altra banda, en una extroversió espaterrant, hi ha el santpolenc Oriol Sauleda, que amb I llavors em va dir (Poncianes, 2023), llibre dialogat amb la mèdium Amor Estadella, ha fet un exercici de renovació del tarot. La seva gosadia també es pot viure en directe gràcies a l’espectacle que té girant ara mateix amunt i avall, basat en el seu darrer poemari, Llumeneres (Documents Documenta, 2021), en el qual fa participar el públic en el simulacre d’una rave. I és que, en el cas de Sauleda, parlem d’un autor que viu en el doble vessant d’escriure i de recitar, amb un peu al llibre i l’altre a l’escenari, però que ha portat aquesta faceta del xou en viu a l’extrem de la improvisació i, com una mena de guru, executa cerimònies d’invenció sobtada i agermanament.
Hereu, precisament, de la tradició nostrada del cant improvisat, és a dir, criat en el grup de Glosadors de Mallorca, hi trobem una altra de les primeres espases d’aquesta generació, el campaner Miquel Àngel Adrover, autor de Les cares de la cugula (Adia Edicions, 2023), una obra que rellegeix i replica una tradició literària escollida amb el cor i la pensa, feta de llibres i de veus, i participada amb fervor. El llibre, en aquest cas, porta un codi QR per poder sentir els poemes recitats per l’autor, que treballa aquesta faceta de la rapsòdia amb destresa.
És precisament per portar enfora la veu dels versos, que l’eivissenca Jèssica Ferrer Escandell, autora de Fissures (Editorial Fonoll, 2023), ha muntat una mínima companyia joglaresca, Ses Honorables Virtuts Il·lògiques, per teatralitzar i desempaperar poemes.
En una altra longitud d’ona, hi tenim un altre personatge important en aquest retrat de grup: l’osonenca Maria Isern, que al llibre Rusc (Labreu edicions, 2023) hi treballa una escriptura hipnòtica i màgica, quasi sensitiva, que trasllada la poètica a un estadi semioníric però que remou la pell. I, en un lloc també singular, podem descobrir el primer llibre del llançanenc Guillem Pérez, Mon cor a l’illa d’O (Llibres del Segle, 2024), que sembla successor del món somniós d’aquells estiuejants de l’Alt Empordà (Foix, Garcés… fins i tot Vicenç Altaió) i, amb cants ritualístics, basteix una mena de gran sortilegi. En aquest grup, encara hi podríem incloure els ressons orientalitzants de l’olivera Esther Climent Gort, autora de Getabako (Bromera Edicions, 2023), no perquè tingui l’aire irreal o fantasiós, sinó per la delicadesa.
Tancant el grup de poetes que ja comencen a tenir una edat (i, alguns, una trajectòria), tenim els dos últims guanyadors del premi Ausiàs March de Gandia, el navassenc Xavier Mas Craviotto, autor de La llum subterrània (Edicions 62, 2023), i el barceloní Eduard Olesti, autor d’Un cowboy crepuscular (Edicions 62, 2023). Mas Craviotto és una figura fulgurant per l’excel·lència amb què ha conreat la prosa i la poesia i, segurament, l’autor més guardonat d’aquesta selecció, però ho és per mèrits ben guanyats. Olesti, per la seva banda, és un home que s’ha mogut pel món del teatre i és el més irònic i incisiu dels aquí citats, perquè s’enfronta al joc poètic des del descarament amb l’artifici, amb la consciència sempre activa i el revòlver sempre a punt per fotre un tret on calgui.
D’entre els més joves que tot just comencen a despuntar, trobem l’igualadí Albert Rabell, autor de Fora de la nosa (Viena Edicions, 2023), un llibre molt ben construït i de versos impecables, o el poblatà Hug Casals Rotllant, autor d’Un cos que bull (Galerada, 2023), un seguit d’apunts dispersos de diari, moments de vida i viatges.
Hi ha un parell de casos intel·lectualment estimulants. En primer lloc, la vendrellenca Laia M. Llobera, que, amb Altres plagues (Edicions de 1984, 2023), fa un exercici de reflexió vital i artística que porta cap a l’ebullició verbal el que en el seu primer poemari semblava fet encara amb esquadra i cartabó. I hi ha la vasta cultura que manega amb traça el santcugatenc Pol Vouillamoz, autor de Proses del caient (Edicions de 1984, 2023), que ens ha plantat una obra complexa amb un caire teatral i un to elegíac.
Provinent també del món de la dramatúrgia, tenim el barceloní Martí Berlanga, autor de Quadrupèdia (Labreu Edicions, 2023), un poemari d’amors i desamors, sexe i passió, que ha guanyat el darrer premi Francesc Garriga. I, finalment, el barceloní Jun Komura, autor d’Els enyoooors (Viena Edicions, 2024), una veu clara i directa, amb una desimboltura envejable, que desfà tòpics i escriu amb una energia destra i ben travada, que ha guanyat el Salvador Iborra.
La majoria d’aquests darrers autors han passat (i alguns guanyat) pel certamen Art Jove de Poesia Salvador Iborra, una proposta de l’AELC, l’Agència Catalana de la Joventut i l’Institut Balear de la Joventut. Es tracta d’un concurs important perquè ha servit de plataforma i de punt de trobada per a les darreres promocions, i no sols els ha donat l’opció de trobar-se i confraternitzar, sinó que els ha mostrat eines que poden ajudar a aplanar-los el camí cap a un treball poètic més sòlid. Perquè la gràcia està en el fet que l’organització del concurs reuneix una bona colla de finalistes en un parell d’estades de treball de dos o tres dies i, d’aquesta manera, genera complicitat i dona un valor afegit a la convocatòria.
Certament, aquest país segueix descobrint la majoria de nous poetes gràcies als premis i, a més de l’Iborra, cal parlar del planter que ha anat distingint el premi Francesc Garriga (organitzat per un conglomerat editorial de luxe: LaBreu, Adia, Edicions del Buc i Cafè Central), que potser ha tendit més a premiar les “poètiques del cos” (una estètica que encaixa molt bé per descriure l’estil de Pol Guasch o Guillem Gavaldà), o el premi Martí Dot (convocat per l’Ajuntament de Sant Feliu de Llobregat), que ha anat cap a un art un punt més estripat (penso en Guim Valls o Carla Fajardo). Sense oblidar la gran font de poetes del país, el premi Amadeu Oller (convocat per la parròquia de Sant Medir, a La Bordeta), que darrerament ens ha dut noms tan pesants en la cultura actual com Irene Solà o Juana Dolores Romero.
Una altra característica important que ha canviat en el context poètic és el caràcter d’exhibició pública, els “recitals”, que cada vegada és més present com una necessitat imperiosa per mostrar i demostrar els talents. Tots els festivals i cicles, slams i tallers que s’han anat escampant per la catalanofonia han fet que la poesia ja no sigui només una cosa llibresca, sinó que han convertit aquest art en una qüestió social i socialitzada. Això, per si mateix, no és ni bo ni dolent, pot contribuir a una millora de l’escriptura o no, pot suposar un llast per a les arts de l’oratòria o no, però és un fet indiscutible que, avui per avui, la poesia dita, a Catalunya, terra de trobadors, ja forma part de la concepció d’aquest gènere.
Els llibres recomanats per Sant Jordi 2024, narrativa catalana
Les platges del clatell de Joan Vigó
LaBreu. 197 pàgines. 17 euros
Per Ponç Puigdevall
Contínuament ha mirat de no repetir cap fórmula, van dir Carles Hac Mor i Ester Xargay de l’obra de Benet Rossell, un dels personatges reals que protagonitzen Les platges del clatell. És una asseveració que el lector està en condicions d’aplicar també al seu autor, Joan Vigó, fidel sempre a l’ambició rupturista i a l’afany experimentador, com si en tot moment busqués simular un contingut per a la novel·la que ofereix al públic i, en el fons, es reclogués en unes formes autosuficients que res no signifiquessin més enllà de l’opacitat del seguit d’enigmes que planteja a la manera d’un deliri mecànic resolts amb els artificis d’una perfecció enlluernadora. A Haiku a Brooklyn es reconstruïen les diverses etapes vitals del protagonista a través dels objectes personals que havia anat col·leccionant i guardant al llarg dels anys; a Vides potser —en un principi, un relat detectivesc—, importaven menys les seductores ziga-zagues de la trama que l’elogi fresc i descarat de la mecànica de la ficció, dels artificis de la imaginació, de la realitat vista com una màquina de fabricar literatura; ara, a Les platges del clatell, Joan Vigó encara complica més els procediments narratius, com si dugués a la pràctica les paraules de l’artista nord-americà Robert Smithson que figuren com a cita a l’obertura del llibre: “La verdadera ficció acaba amb la falsa realitat”.
Les platges del clatell és una novel·la múltiple. D’una banda, s’acosta a una investigació biogràfica al voltant d’una poeta avantguardista de vint-i-quatre anys, amant de Francis Picabia i desapareguda misteriosament a París l’any 1923: és Berta Epstein, prostituta i morfinòmana, els poemes de la qual —un altre llibre dins del llibre— es rescaten traduïts i editats pel mateix Joan Vigó, que també hi apareix com a autor dels llibres que ha escrit. Encara que a l’apèndix hi surt una fotografia anònima de l’autora, l’única que s’ha conservat, és lícit que el lector es pregunti si la seva existència és real o tan sols un producte de la fantasia de l’autor. D’un altre costat, Les platges del clatell és un joc eufòric que exalta les concomitàncies estètiques i vitals de dos artistes de dues èpoques diferents, Francis Picabia i Benet Rossell, que comparteixen “la celebració constant de la individualitat, la llibertat, la consciència d’una vida pròpia i segellada, oberta a tot i tancada a la pertinença d’entendre l’agrupació de res”, uns atributs que segurament es poden concedir a l’autor mateix. Però la novel·la és també un inventari dels atzars favorables que possibiliten, a través d’un cúmul de casualitats molt propers a la inversemblança, o molt propers a la literatura, que l’obra de Berta Epstein no s’estigui abandonada eternament enmig d’altres papers perduts en un despatx, al cap i a la fi com si la realitat fos alguna cosa semblant a un passadís sense fi que cal recórrer “amb l’entusiasme d’anar obrint les portes que em duran a altres passatges, gabinets i galeries”. O com si dins dels plans de Joan Vigó no hi figurés de cap manera la necessitat de mostrar ni un sol respecte pel relat convencional i la seva estructurada trama d’esdeveniments: es diria que una novel·la com Les platges del clatell no tracta de res més que d’ella mateixa, de la imatge contradictòria de la veritat, de la seva fondària poètica inexplicable i apassionada.
Dijous 25 d’abril, a les 19 h, Taula Redona de Revistes Literàries amb recital deMartí Berlanga QUADRUPÈDIAguanyador del Premi Francesc Garriga 2023a Ca Revolta (c/Santa Teresa, 10 València)
LaBreu publica en edició bilingüe ‘Salvatge i freda’, una selecció de la poesia de Katherine Mansfield triada i traduïda per primer cop al català per Marcel Riera.
Coneixem Katherine Mansfield pels contes –gènere en què excel·leix–i també pels diaris i les cartes. Escriptora incansable, tot i que de vida breu, també és autora d’un bon nombre d’articles i ressenyes literàries, però la seva poesia és menys coneguda. Kathleen Beauchamp –el nom de l’escriptora abans d’adoptar el que l’ha fet famosa– va intentar publicar un recull de poesia infantil amb il·lustracions de la seva amiga Edith Bendall quan tenia disset anys i encara vivia a Nova Zelanda, i un parell d’anys després, el 1910, ja a Londres, va provar de publicar-ne un altre, totes dues vegades sense èxit. De jove era una poeta prolífica, però va anar escrivint cada vegada menys poesia i els últims temps va centrar tota l’energia –la poca que li quedava a causa de la malaltia–en els contes.
Nascuda el 1882 a Nova Zelanda, Katherine Mansfield escrivia poemes des que era una nena. Diu John Middleton Murry, marit, marmessor i editor de la poeta, a la introducció del llibre de poemes que va publicar el 1924, poc després de la mort de l’autora: «Potser la seva poesia no és ben bé poesia, de la mateixa manera que la seva prosa no és ben bé prosa […] Tant en l’una com en l’altra hi ha la mateixa bellesa simple i misteriosa.» També diu Murry que Katherine Mansfield escrivia poesia a ratxes, potser uns quants dies seguits, i que després podia estar dies i mesos sense escriure’n. Però, ben mirat, també podríem dir que n’escrivia sempre. «Té més afinitats amb els poetes anglesos que amb els escriptors en prosa», diu Murry a la presentació dels Diaris.
Quan Katherine Mansfield va morir, a trenta-quatre anys, va deixar molts papers escrits: contes a mig fer, diaris, esbossos i poemes. Al testament demanava a John Middleton Murry que destruís tot el pogués i que fes net –Mansfield era molt endreçada i la preocupava deixar coses a mitges–, però en una carta posterior, escrita poc abans de morir, li deia que en fes el que volgués, de tot allò. Murry en va fer el que va voler, és a dir, ho va publicar tot, després de posar-hi ordre, transcriure-ho i editar-ho. I van anar sortint reculls de contes, diaris i cartes. Quan encara no feia un any de la mort de l’escriptora, va publicar la poesia reunida. D’aquest poesia, escrita entre el 1903 i el 1922, ara en tenim una selecció en català, bilingüe, triada i traduïda per Marcel Riera i publicada a LaBreu amb el títol Salvatge i freda, amb un pròleg de Marina Porras.
On és el llindar entre prosa i poesia? La prosa de Katherine Mansfield és d’aquelles que, quan la llegim i, per descomptat, quan la traduïm –com passa sovint amb la de Virginia Woolf, amiga i rival literària de Mansfield, de qui Woolf deia que tenien alguna cosa en comú que no trobaria mai en ningú més–, exigeix una disposició, o una energia, semblant a la de llegir o traduir poesia. En una entrada al diari del gener del 1916 escrita al sud de França, on havia anat a buscar uns aires més benignes per a la tuberculosi que patia, poc després de la mort del seu germà Leslie –durant la Primera Guerra Mundial, a Bèlgica, per una explosió de granada–que la va afectar molt i va condicionar la seva actitud de cara a l’obra que volia escriure, diu que té «un deute sagrat» i un «deute d’amor» amb el país on s’havien criat, Nova Zelanda, i apunta: «…vull escriure poesia. Sempre em poso a tremolar al caire de la poesia. L’ametller, els ocells, el petit bosc on ets, les flors que no veus […] Però especialment vull escriure una mena de llarga elegia a tu… potser no en poesia. Ni tampoc en prosa. Segurament en una mena de prosa especial.»
La poesia permet a Mansfield tensar el llenguatge encara més que els contes, i als poemes es pot permetre prescindir de l’argument i centrar-se en les impressions, que és on troba la seva màxima força expressiva.
És en aquesta mena de prosa especial que llegim els contes i és en un to entre elegíac i celebrador que podem llegir bona part dels poemes que va escriure després de la mort del germà amb la intenció de recuperar aquell món vell, desconegut, màgic i bellíssim de la infantesa a Nova Zelanda i «portar-lo als ulls del nou món», del món occidental. «Però tot s’ha d’explicar amb una sensació de misteri, un fulgor, una resplendor crepuscular, perquè tu, el meu petit sol, t’has post.» I aquesta sensació misteriosa, volàtil i original, aquesta resplendor crepuscular, en un to que tan pot ser eteri com col·loquial, impregnen tant els contes com la poesia.
Al poema «A L.H. B.», dedicat a Leslie Heron Beauchamp, el germà mort, expressa la intensa unió mística que tenia amb el germà amb una atmosfera onírica i un recurs molt potent de l’imaginari cristià: «A prop del recordat rierol / el meu germà espera que jo arribi amb baies a les mans. / “Aquest és el meu cos. Germana, agafa-les i menja.”». I a l’antologia hi ha tota una sèrie de poemes com «El golf», «Vil·la Pauline», «Te de camamilla»… amarats del dol per l’absència del germà. Alguns altres responen a aquest «deute sagrat» amb el germà i el món que havien compartit, com «A la vall del Rangitaiki», fruit del viatge que va fer Mansfield de molt jove per explorar zones ignotes i paisatges verges de Nova Zelanda. I en molts altres poemes evoca la vida i la natura dels entorns de Karori, on va viure de petita, primer a partir de vivències i, més endavant, de records d’escenes i sobretot de persones estimades com l’àvia i el germà, com a «Foc d’hivern», «Papallones», «L’home amb la cama de fusta», «L’espelma», «Quan vaig ser un ocell».
Katherine Mansfield. Foto NVNUI Museum of New Zealand Te Papa Tongarewa.
Com que els poemes estan en ordre cronològic, podem seguir l’evolució de la poeta: als primers, escrits per una adolescent més aviat mística i nostàlgica, amb sensacions i sentiments intensos que ha d’expressar, ja hi trobem bona part dels elements que configuraran tota la seva obra posterior: la presència de la natura (flors, ocells, el vent, la nit, els núvols, el mar), les estacions, la ironia, un esperit lúdic, una fredor inquietant, cruesa, aïllament, desolació, una sensació de cosa trencada irreparablement… I també podem resseguir els temes que trobem als contes: la infantesa –amb la gent i els escenaris de Nova Zelanda–, el pas del temps, la solitud –desitjada i alhora dolorosa–, el rebuig de les convencions, la incomunicació, el dolor de la separació, la malaltia, el desarrelament, l’ànsia de llibertat, la lluita per viure i, ja des del principi, la mort. I podem veure com la poeta experimenta amb diferents formes, des de les cançonetes amb repeticions i rimes, on el ritme és primordial, versos breus i juganers, fins a poemes més narratius o simbòlics, de vegades una mica críptics, plens de delícies i de misteri, que poden evocar els de William Blake, en vers lliure, sovint irònics, sempre jugant amb la sonoritat del llenguatge. També n’hi ha que destil·len dolor adult i, sobretot, rebel·lia i anhel de llibertat.
Sovint, després d’assajar una idea o anotar una vivència al diari, la trobem transformada en poema o en conte, de manera que es pot establir un diàleg entre els poemes i els relats o els diaris. En una entrada al diari del juny del 1918 hi ha un fragment en prosa titulat «Pícnic», per exemple, i també trobem «Pícnic» en forma de poema, sobre un dia a la platja amb l’amiga i pintora Anne Estelle Rice, una de les principals il·lustradores de la revista Rhythm, editada per John Middleton Murry, que va fer el famós retrat de Katherine Mansfield vestida de vermell. Igualment, del poema «Malade» en tenim una versió en prosa al diari sota el títol «Tuberculosi pulmonar» o del poema «Arrivée», que al diari és una prosa titulada «Hotels». També la idea del poema «Vides com troncs a la deriva» la trobem al conte «Je ne parle pas français», sinó que allà les persones, en comptes de troncs, som baguls que anem d’un cantó a l’altre, sempre a la deriva. En alguns poemes, com a «Foc d’hivern», trobem el tema de la dona jove independent que s’ha d’obrir pas en un món hostil que Mansfield tracta en tants contes. I podríem fer-ne una llarga llista, de temes esbossats al banc de proves que són els diaris, i després més elaborats com a relat o en forma de poema. La poesia permet a Mansfield tensar el llenguatge encara més que els contes, i als poemes es pot permetre prescindir de l’argument, que sovint procurava esquivar, i centrar-se en les impressions, que és on troba la seva màxima força expressiva.
El monstre de Katherine Mansfield
Katherine Mansfield es debat contínuament amb la necessitat de donar una forma especial i original al que escriu, i la seva constància és infatigable des que és adolescent: «Ha de ser misteriós, com flotant. Ha de tallar l’alè», escriu al diari. I sí que tots els poemes tenen una qualitat etèria, una mena de lleugeresa de plomes surant en l’aire. En una carta a Lady Ottoline Morrell, parlant d’Emily Dickinson, Mansfield escriu: «Diria que la bellesa del poema rau en el fet que no és l’Emily disfressada la que escriu, sinó l’Emily. Avui dia, un dels motius principals del descontentament de la poesia moderna és que no se sap del cert si de debò té a veure amb la persona que l’escriu. Cansa tant, oi?, no abandonar mai, mai, el ball de màscares.» Per a Mansfield, tant la narrativa com la poesia ha d’apuntar a la veritat, i sovint hi ha una identificació entre el jo poètic i l’autora, però no fa pas la sensació que sempre parli d’ella mateixa perquè s’expressen els seus múltiples jos, sovint en primera persona, però també en tercera, i parlen moltes veus: la veu de l’herba, dels arbres, del germà mort, la veu de la conquilla irisada i de les criatures de la natura, les veus del passat.
Amb la imaginació, la recreació i l’humor que li permet la poesia troba sortides al desesper i a la impotència a causa de la malaltia, cada vegada més incapacitant.
Cap al final de la vida, malalta i sola, la poesia és de les poques coses a què es pot aferrar: «Encara estic dividida. Soc dolenta. A la vida privada no me’n surto. Caic en la impaciència, el mal geni, la vanitat… Potser la poesia m’ajudarà», escriu al diari poc abans de morir. I, efectivament, amb la imaginació, la recreació i l’humor que li permet la poesia troba sortides al desesper i a la impotència a causa de la malaltia, cada vegada més incapacitant. En molts poemes s’hi veu el dolor de no poder estimar ni sentir-se estimada com voldria, ja que té el marit lluny i la relació és complicada i plena d’alts i baixos –més baixos que alts–: «¿És el meu amor una estrella? / Pobra de mi, tan enlaire, quina freda brillantor!» La poesia, però, li permet anar-se’n amb un altre home, ja que el seu és «la pedra» i si ella desapareix, a ell només se li acudirà que es deu haver mort: a «El nou marit», es casa de nou amb un estrany i viuen, ara sí, cada moment com si fos l’últim.
Com les flors, els ocells –ocells que volen alt, ocells d’ombra–, aletegen per bona part dels poemes. La imatge recurrent de l’ocell, amb tota la càrrega simbòlica, plana pels versos, i hi ha una identificació de la poeta amb l’ocell ja des del principi, «Quan vaig ser un ocell» parla d’un record d’infantesa a Karori, a «A KM», escrit quan tenia vint-i-un anys, la poeta torna a ser un ocell lliure, però ja apunta el tema del malestar corporal, «El seu cos crida de cansament, però les ales mai no es cansen» i el del desig de llibertat: «Allibereu-me, deixeu-me estar», i la tensió de sempre entre la mort i la vida: «”Un moment, un moment…, que em moro.” / Amunt i més amunt li baten les ales.» I cap al final de la vida, quan la poeta ja està molt malalta, trobem «L’ocell hivernal» i «L’ocell ferit»: en aquest poema el jo poètic és un ocell ferit que no pot volar i exclama: «Oh, ales meves, alceu-me, alceu-me, / no estic ferida de mort!». Tot i la malaltia i la falta de forces, l’ànsia de remuntar, sempre, fins a l’últim moment.
Esteve Miralles reuneix la seva poesia a ‘L’Estrany’
Esteve Miralles , en una imatge del 2022, va presentar la seva poesia reunida a la Llibreria 22 de Girona QUIM PUIG.
Com fas de la presentació d’un llibre de poesia una celebració de la literatura i no un intercanvi versallesc d’elogis? Esteve Miralles (Masquefa, 1964), que no venia a Girona a fer-se estimar parlant de L’Estrany (LaBreu), sinó a invitar els altres a estimar alguns dels poemes que hi ha reunit, ni que fos un de sol, va portar a la seva presentació a la Llibreria 22 tres escriptors que professen per cada paraula escrita el mateix respecte que hi posa ell, Cristina Garcia Molina, Josep M. Fonalleras i Narcís Comadira, per tal de defensar (el verb potser és massa bel·licós) el seu llibre com si diguéssim des de dins, a través de la lectura i el comentari del parell de poemes que cada un havia escollit. Miralles, ben mirat, va parlar poc: escoltava, somreia, assentia i abaixava el cap, perquè una mica de broma, una mica com en una trobada d’íntims (i això que la sala era pleníssima i que arribava de fora la veu d’una cantant des del carrer que, a mitja lectura d’un poema festiu, va entonar quasi profèticament l’himne eufòric d’aniversari “Per molts anys”), en aquest acte es va parlar de la pietat, dels monstres, del camp de batalla que és cada poema, de la necessitat d’eixamplar l’ànima amb certa frivolitat de “lírica lleugera”, de cinema, de teatre, de Pasolini, de Carner, de la diferència entre dicció i ficció establerta per Gérard Genette, dels llegats i, amb ells, del record de Josep M. Benet i Jornet, i fins i tot de l’anunci de l’Estrella Damm i si era pertinent o no que Pere Arquillué escatimés la seva nuesa en sortir de la sauna alpina. Tot això en un llibre de poesia? Sí, tot això al voltant de L’Estrany, que en realitat en són tres, de llibres: dos de ja publicats en l’últim decenni en edicions poc convencionals, Com si tinguessis temps (Biblioteca del Núvol, 2014) i Ulls al bosc (2019, L’Anacrònica), més un d’inèdit, Ara li és igual ser qui és, escrit en els últims cinc anys i que inclou, en “Epíleg”, la teoria poètica de Miralles, que és també una posició ètica, com ja va saber veure Antoni Puigverd en disculpar la seva absència a la presentació de Girona amb un correu a Miralles en el qual exaltava la “radicalitat moral” i “l’honestedat intel·lectual” dels seus poemes. Fonalleras, que va escollir aquesta mena de decàleg final sobre la poesia, la pietat i la paradoxa per obrir la seva intervenció, va esbossar el retrat de l’autor mateix mentre provava en realitat de definir la pietat: “Deu ser la voluntat d’intervenir en detriment del jo i a favor de l’altre”, i el poema, aquest poema epilogal que fa explícita una posició davant de la literatura, que és també una manera de ser al món, diu coses com ara que sempre s’escriu després de (d’algú altre, d’haver viscut, d’haver volgut escriure); que fer servir una determinada llengua produeix “assumpcions, esgarrifances, esgarrinxades”; que ser imprecís i temptatiu ben mirat és ser exacte; que “la pietat és una militància civil”; que “la poesia és un vincle”, la possibilitat d’una mena de vincle, i que el jo, en el poema, no existeix, però “paradoxalment la meva pietat sí”, és a dir, el jo moral, o com va referir-s’hi el mateix autor, “aquesta actitud prelingüística”. Cristina Garcia Molina, que va descobrir Miralles amb el dietari Retrobar l’ànima (Empúries, 2013), tenia interès a introduir la ferida i el monstre a la festa, sobretot des de la perspectiva que ja cantava Caetano Veloso: vist de prop, tothom és una mica estrany, raonament que Esteve Miralles va recollir assegurant que “tothom es pensa que la seva família és normal fins que porta gent a casa”. El concepte el desplega sobretot en la seva poesia, en la qual aquest Estrany o Estranya, en majúscula, que encarna l’altre, el que viu fora de tu però més perfecte o més abjecte, és la dona còpia D’entre els morts, de Hitchcock, que surt al poema “La por” (on Comadira veu molts ressons de l’Orgia de Pasolini, de la mateixa manera que considera que “el teatre és la sortida natural dels poetes”), o en el retrat de la Nena Blanca de “1994”, una “prosa despoetitzada” que fa de l’argument de Forrest Gump tota una altra cosa: una descripció de la “bèstia destructora de la innocència”, on el càndid és l’heroi racista, masclista, colonialista i sense intel·ligència que sobreviu a l’amiga fràgil, la de vida equivocada, la que mor, per descomptat. Enfront de la gravetat diríem que política d’aquests poemes, Narcís Comadira va elogiar també l’encantadora frivolitat de les villanelle incloses en el llibre, inspirades formalment en les cançonetes italianes a base de tercets encadenats que Miralles, que les va descriure com floracions d’un pensament obsessiu, adapta al seu gust per desplegar una vena paròdica i satírica que ja li venia de lluny, quan amb vint anys, va recordar Comadira, ja en publicava a la revista de la universitat, Ratlles 4, editada amb els amics Joan Simó i David Vilaseca, emmascarat sota noms de trobadors juganers. Al final, Esteve Miralles, que és d’una integritat tan rocosa que continua dedicant els llibres a l’amic Vicenç Pagès Jordà, només va llegir-ne un, dels seus poemes, la Villanella testamentària que dedica a Benet i Jornet, que parla dels llegats, de la tradició, del compromís, de la llengua i de construir un futur feliç amb aquests deutes, havent baixat a l’infern i havent-ne tornat. Eva Vázquez, ElPuntAvui Girona https://www.elpuntavui.cat/cultura/article/19-cultura/2406277-esteve-miralles-reuneix-la-seva-poesia-a-l-estrany.html
entrevista a Esteve Miralles al Més324 de Xavier Graset en ocasió de la publicació de L’ESTRANY
“la poesia té aquesta cosa que és molt consumida i hi ha molta gent que diu aquesta cosa de “no sé si la poesia m’agrada”… la poesia està lligada a la nostra memòria emocional, sentimental, les cançons de bressol, són poemes i ens arriben a través d’aquí, i les cançons de festa major també tenen aquest element poètic, vull dir que en el fons hi ha més una prevenció imprudent…llegir allà on vagis, on et porti aquell dia l’ull, on et porti aquell dia el dit, i de vegades és una primera impressió…. Jo aquí he fet algunes animalades: hi ha un poema sobre fer l’arròs… perquè en realitat el pretext, l’assumpte sobre el que tractis és una mica indiferent, l’important és què hi passa llegint, i què hi passa parlant-ne.” EM
“Hi ha també darrera de cada poema una esperança, podem dir? ” XG
“A veure, de motius per no escriure n’hi ha molts, aquest és el gran tema, estàs 30 anys sense publicar (potser no cal, tinguem paciència) i aspirem a escriure alguna cosa que pugui haver fet una feina…hi ha alguna cosa on t’estàs agafant, identificar-la i buscar-la em sembla una bona feina. L’Estrany és un personatge que travessa tot el llibre molt camusià, una part de Huxley, cito un poema de Huxley que es “The Alien” L’Estrany, i després també em feia gràcia aquesta cosa que em passa a vegades que hi ha molta gent que sap qui sóc però em trobo una mica estrany… saber que un és poeta però no es decideix a publicar els llibres ” EM
Ens trobareu la diada de Sant Jordi a Passeig de Gràcia, 12-14, a tocar del carrer Casp de Barcelona compartint parada LaBreu Edicions amb Adia Edicions, Lleonard Muntaner, Edicions del Buc.
aquest és el nostre horari de signatures a la parada:
i aquest l’horari de signatures a llibreries:
hi sou tots convidats! tinguem una brillant jornada!
Dimarts 16 d’abril, a les 19 h, tertúlia literària ambCristina Garcia Molina ELS IRREDEMPTSa la Biblioteca Joan Margarit ( Carrer Carles Mercader, 17 Sant Just Desvern)
presentació recital de TRACTATUS DE LA MORT DE LA POESIA CATALANA de Jordi Valls al Centre Excursionista Puigcastellar de Santa Coloma de Gramenet (10.04.24)
“Jornada de la Poesia ” recital Jordi Valls TRACTATUS DE LA MORT DE LA POESIA CATALANA amb Jaume Huch i Quirze Grifell la Llibreria Sense Paraules (06.04.24)
presentació del llibre L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejević amb Marc Giró, Bernat Reher, Enric Bou, el traductor Pau Sanchis, i Tamara Djermanovic. a la Biblioteca Gabriel Garcia Márquez (05.04.24)
Aquesta primavera La Breu Edicions publica els poemaris En la pell de la terra un teler de Núria Mirabet i Paüra d’Anna Enrich. Hem pogut parlar amb les dues autores sobre la gestació de la seva obra.
Núria Mirabet | Imatge cedida per l’autora
Núria Mirabet. En la pell de la terra un teler
Núria Mirabet (Barcelona, 1966) situa el seu interès en la mitologia com a punt de partida del poemari. El vers introductori “l’inici era l’aigua” s’acompanya de “l’expansió en el entre, en els dins, en els solcs”, idees que al·ludeixen al cos i a la intimitat, conceptes enllaçats amb les llegendes de Penèlope, Cassandra i Eco.
Cassandra va ser desposseïda de la seva credibilitat en un càstig de Zeus per no voler allitar-se amb ell una segona vegada. Penèlope, mentre el seu marit Ulisses navegava pels mars, es va veure obligada a quedar-se a casa per mantenir la finca en condicions mentre cuidava del seu fill. I Eco, nimfa que entretenia a Hera, dona de Zeus, mentre aquest mantenia relacions extramatrimonials, va ser condemnada a no tenir veu pròpia i només poder repetir l’última paraula que escoltés. En la pell de la terra un teler s’inspira en aquestes històries de veus femenines històricament silenciades i els atorga un espai per fer-ne brollar paraules que facin pensar-nos des del col·lectiu.
El poemari consta de quatre grans capítols, que Mirabet entén com ‘un poema llarg’, però la seva maquetació també ens anima a llegir-lo com si fos un recull de micropoemes. El disseny i justificació de les pàgines de l’obra són desiguals, com si fossin parts d’una cançó: hi ha cinc versos justificats a l’esquerra de la pàgina per després veure’n 5 de seguits justificats al centre, en ocasions sense una continuació temàtica aparent. “El llibre està construït des del desig”, diu Mirabet i aquesta forma de plasmar-ho en paper fa honor a les fluctuacions pròpies de l’acte de desitjar.
El primer capítol és una introducció a les temàtiques recurrents en el poemari amb repetides referències al cos, als teixits i als òrgans; la segona part narra un viatge de transformació, interior i construït des de la intimitat, comparable a la solitud del rol de Cassandra com a cuidadora; la tercera part se centra en el fenomen del desig i les emocions que se’n deriven, i la quarta i última part ens parla de la intempèrie.
L’anhel i l’esperança tan arrelades en la idea de desig, sumats a la solitud i la intempèrie que s’exploren en els diferents compassos del llibre, es lliga amb la reivindicació principal que vol fer Mirabet: ‘Nosaltres som un un i alhora som un tots’. El títol el deu a la científica Lynn Margulis i els conceptes de simbiosi i associacionisme extrets de la biologia. La terra, el fang, el teler i les arrels, junt amb el significat de la membrana, un teixit translúcid, opac i porós, són el nucli d’una obra composta de petites individualitats que busquen alçar-se en una veu compartida.
En la pell de la terra un teler és la tercera obra publicada de Núria Mirabet, després dels poemaris Lianes o les rates que imiten l’Esther Williams (2021) i Descosir-se l’asfalt en un abric de quadres (2022) amb l’Editorial Trípode.
Anna Enrich | Imatge cedida per l’autora
La Paüra d’Anna Enrich
Dulle Griet saqueja l’infern és el nom del capítol amb el qual arrenca Paüra. El foc és l’element incitador del poemari d’Anna Enrich (Barcelona, 1984) i ens agafa de la mà en la introducció per fer-nos circular per paisatges inhòspits a través d’una flama preciosa i al mateix temps perversa. Enrich il·lustra aquest recorregut evocant l’epidèmia de la banya de sègol, fong que va intoxicar el pa a l’Edat Mitjana, que va causar episodis de deliri en la població i que va ser després representat per pintors renaixentistes, i interioritza el quadre Dulle Griet de Pieter Brueghel com la mera imatge de la transgressió que s’emporta tot allò de valor que hi ha a l’infern.
Enrich està fortament influïda per les imatges. Ens comenta que li agrada mirar fotografies antigues per fer reinterpretacions forçades d’un record a través de les paraules: “És una manera diferent d’experimentar el poema i d’alliberar i trencar amb les estructures antigues del llenguatge: et permet entrar en un estat més inintel·ligible i t’acostes a allò més real. Allò surrealista té una interacció molt profunda amb el sentiment que tinc jo envers la vida”. Cita el director de cinema David Lynch per exemplificar-ho: “Després de la pel·lícula tothom vol fer comentaris i és durant la pel·lícula que es fa la xerrada”. L’autora vol fugir de l’anàlisi al detall del significat d’una peça artística i de la cerca per entendre-la i pensar-la per enfocar-se en l’experiència del moment, que s’acosta més al fenomen vivencial i emocional. La transcripció de la paraula paüra ens remet al seu doble sentit: la u en dièresi forma una cara somrient que per l’autora és una representació de la por una vegada s’aconsegueix domar.
En el nus del poemari, titulat Another self-portrait, l’escenari es refreda i apareixen els conceptes de la distància i del temps: “Recorro a memòries fent aquest joc de reinterpretació forçada per fer un relat de certs episodis de la meva vida. No és un confessionari, és com mirar un àlbum de fotos. Les fotografies mai ensenyen tota la veritat; són perspectives, punts de vista. M’agrada agafar aquestes imatges i recrear-les des d’un altre prisma”.
Canícula di Anna és el tercer i últim capítol del poemari, en un tancament que busca escenificar el sol acte de renéixer. L’autora obre camí cap a un terreny més experimental que desitja representar la seva llibertat respecte als successos del passat, avançant cap endavant sense obviar la inevitable melancolia que hi va associada.
Tot i que Anna Enrich ha publicat poemes des de fa més de vint anys, Paüra és el seu segon recull en solitari després d’El cos del camí (2018), editat per l’Editorial Terrícola. El dijous 2 de maig presentarà el poemari a la Llibreria Calders, en un acte dinamitzat pel poeta Lluís Calvo on els escrits de l’autora estaran acompanyats pel músic Adrià González.
Dimecres 10 d’abril L’Horiginal
Aquest proper dimecres 10 d’abril a les 20h les dues autores participaran d’un recital conjunt i llegiran extractes dels seus poemaris a l’obrador de l’Horiginal, a la sala La Deskomunal del barri de Sants. Per a més informació, podeu consultar la pàgina web de La Breu Edicions i l’Instagram de l’Horiginal.
L’ALTRA VENÈCIA de Predrag Matvejević al Més324 amb Xavier Graset. Entrevista al traductor Pau Sanchis i Enric Bou
“Matvejević era jove quan va esclatar la Segona Guerra Mundial i no va acceptar la dissolució de Iugoslàvia i es va exiliar, no va voler triar si era serbi, si era croat i aleshores es va exiliar a França i Itàlia. Els seus llibres sobre el Mediterrani i sobre Venècia són també una aposta pel diàleg de cultures, per la barreja, per la multiculturitat… El llibre va de com mirem un lloc, i mirar-lo de nou, i de trobar-hi coses que abans no havíem vist. Fer-nos veure que totes aquestes coses petites ens permeten reconstruir una imatge de la ciutat que potser el soroll a la qual està sotmesa actualment no ens permetria veure. Venècia sempre és impressionant però moltes vegades hi ha massa soroll al voltant, si ets capaç de fixar-te en allò que ningú s’hi fixa, a partir d’aquest detall insignificant, pots reconstruir tota la ciutat. És poètic en el sentit de buscar l’exactitud” Pau Sanchis
“Un llibre que recompon el dibuix complet de la ciutat a partir de les mutacions que ha patit en el decurs del temps i de la història… una metàfora de que tot s’acaba. Va visitar Barcelona el 2004 i va manifestar que res li faria més il·lusió que ser traduït al català, una llengua tan eminentment mediterrània com la nostra, finalment aquest desig s’ha complert… Hi ha tot de plànols anònims amb la forma de peix que té Venècia i unes fotografies de Simone Geri di Bardi, fetes expressament pel llibre. El llibre proposa una manera de mirar” Xavier Graset
“té una identitat molt mòbil …. parts del llibre estan escrites en croat però moltes parts estan escrites en italià, hi ha aquest aiguabarreig… Una de les carecterístiques del llibre és que és una “venicopèdia” és a dir són petits capítols de tres o quatre pàgines i es fixa en aspectes concrets de la ciutat, des d’oficis, les formes del pa, les tabernes, els carrers, les pedres sense nom, les herbes en els murs, des d’aquest punt de vista, és una pràctica fantàstica d’allò que Georges Perec en deia l’infraordinari, posar com a extraordinari les coses que no es veuen, les que queden dissimulades sota la realitat. i això, ho fa excepcionalment. És dels grans llibres que s’ha escrit sobre Venècia. Els mapes del llibre són les fonts anònimes perquè estan d’acord amb l’esperit del llibre, aquesta visió, aquesta atenció a la petitesa, a l’infraordinari. És interessant les relacions que estableix i els efectes miralls que desvetlla una ciuta com Venècia, per exemple la relació amb Istambul, Sant Marc té/tenia un equivalent -perquè l’Erdogan ens l’ha transformat- en Sant Sofia… Hi ha la capacitat d’acollir que ha tingut la ciutat, la presència dels grecs expulsats , o poster un dels detalls més forts, més punyents, seria la presència dels armenis, tota una illa que és dels armenis que és on hi ha l’arxiu més important de la diàspora armena després de la massacre, del genocidi del 1915″ Enric Bou
Fragment: ‘L’altra Venècia’, de Predrag Matvejević
Detall rere detall, l’autor recompon el dibuix de la ciutat i les seves mutacions · És un nou títol de la col·lecció la Intrusa, de LaBreu Edicions, en una traducció de Pau Sanchis
Acaba d’arribar a les llibreriesL’altra Venècia(LaBreu Edicions), de l’escriptor Predrag Matvejević, en una traducció de Pau Sanchis. Inclou un pròleg de Raffaele La Capria; una conversa de Giacomo Scotti –el traductor a l’italià del llibre– amb l’autor i una nota de Sanchis, en què explica les vicissituds a l’hora de traduir el text. A L’altra Venècia, Matvejević ens ensenya a apreciar les diverses tonalitats del rovell sobre el ferro, la fusta i la pedra, explora els antics plànols anònims de la ciutat, fa irrompre la magnificència dels crepuscles, escolta la música dels passos sobre els ponts… Detall rere detall, recompon el dibuix complet de la ciutat i de les mutacions que ha patit al llarg del temps i de la història. Tal com ha escrit La Capria: “És a partir de l’observació d’un detall petit però significatiu –més ben dit, de la tria mateixa– que neix la poesia. I així, mentre ens sembla que llegim un assaig, una descripció o un diari, en realitat s’ultrapassen els límits del gènere i s’entra en una altra zona, que és la de la fantasia.”
Predrag Matvejević (1932-2017) va néixer a Mostar (Bòsnia i Hercegovina), de pare rus i mare croata. Va ser professor a la Universitat de Zagreb, la Sorbona, la Sapienza i el Collège de France. Hi va ensenyar literatura francesa, literatura comparada i literatures eslaves. Va mantenir una postura ferma respecte de la guerra a l’ex-Iugoslàvia, i es va exiliar a l’estat francès i a Itàlia. Va viure els darrers anys de la vida a Croàcia. També fou president del Consell de la Fundació Laboratori Mediterrani de Nàpols, vice-president internacional del PEN de Londres, membre del “grup de savis” de la Comissió Europea a Brussel·les i membre fundador de l’Associació Sarajevo de París i de Roma.
Bernat Reher, editor de LaBreu, explica del llibre:
“Començo pel final, perquè la nostra edició acaba amb una cita de Carme Junyent: ‘La vida no és breu.’ Evidentment, feia un joc molt bonic amb el nom de l’editorial. Però hi ha una relació profunda entre el que diu la Carme en aquesta frase i el text de Predrag Matvejević. Per altra banda, l’escriptora Simona Škrabec un dia em va dir que aquest llibre, L’altra Venècia, era el seu llibre preferit. L’autor, Predrag Matvejević va mantenir una posició ferma respecte de la guerra a l’ex-Iugoslàvia, i es va exiliar a França i a Itàlia. I no va ser fins als seus darrers anys de vida que va retornar a Croàcia. Que l’any 2003 Matvejević parlés de la majestuosa Venècia i en croat, una llengua rica, amb tots els conflictes ètnics que recordem d’aquell context als Balcans, va ser el millor antídot per a la imaginació d’una cultura que havia patit molt. Amb aquests termes s’hi refereix Simona Škrabec.
Predrag Matvejević va escriure un cant a la vida, i concretament a la vida dels que vivim a prop del mar Mediterrani. L’edició catalana és ara mateix una edició de referència internacional. Hem recuperat els escanejos originals de les imatges del Museu Correr de Venècia. També hem pogut comparar les diverses versions del text, respectant i partint de l’edició del 2003 escrita en croat. I hem incorporat una entrevista del traductor italià, Giacomo Scotti, amb l’autor. El llibre inclou imatges fetes a partir de capítols del llibre i són obra de Simone Geri di Bardi. La traducció és obra de Pau Sanchis, escriptor i poeta establert a la Pobla de Farnals.”
Insuflar els alès. Recital poètic amb Elvira Espejo, Bernardita Maldonado i Esteve Miralles.
Amb motiu de la visita a Barcelona de la poeta, teixidora, artista plàstica i narradora boliviana Elvira Espejo Ayca, celebrem un recital poètic on la bellesa de l’art verbal aimara estarà acompanyada per altres poètiques andines i mediterrànies a les veus de Bernardita Maldonada (Loja , Equador) i Esteve Miralles (Catalunya). Presenta la sessió la poeta, editora i directora del festival de poesia NUDO, Carmen Berasategui.
de l’entrevista a Anna Enrich PAÜRA al Més324 de Xavier Graset:
“situes els lectors sota una sensació de tempesta, i sí, certifico que la tempesta sacseja,tots els poemes sobreposats conformen un retaule cosmogònic on els somnis es passegen per la casa” Xavier Graset
“què travessava tots aquests poemes i vaig trobar aquesta emoció que era la por que potser era el que feia que tots aquests escrits donessin una sola imatge i per això va quedar aquesta imatge de la “paüra” que al final és una paraula que la coneixia abans de l’italà que del català … vulguis o no la por també pot ser un riure i marcar el camí a seguir que pot ser interessant. allà on hi ha por veus que hi ha una cosa que potser estimes i valores, llavors on hi ha la paüra és un camí… vaig veure el quadre de Bruegel i em va fascinar, vaig pensar que era meravellós, Dulle Griet és un personatge del folklore flamenc, i era una manera despectiva de referir-se a les dones – com malhumorades – que tenien la valentia de fer qualsevol cosa, fins i tot de baixar a l’infern i sacejar-lo. em va sembla molt interessant l’amfitriona de l’infern que fos ella i ens obrís les portes d’aquests inferns per veure què hi ha de valor allà i emportar-t’ho. el foc és com una mirada i d’alguna manera sembla que és viu… la seducció de la por: hi ha moltes maneres de por, hi ha una por que és un atreviment, altres vegades és una por que et frena… la segona part és una mena de retrat, de records passats pel filtre del temps, reinterpretats i revisitats i un viatge continu” Anna Enrich
‘Quadrupèdia’, o cómo la posición física sirve para reflexionar sobre los orígenes y los abusos
Martí Berlanga, ganador del octavo Premi Francesc Garriga, recita este martes
El poeta Martí Berlanga ha ganado el último Premi Francesc Garriga por ‘Quadrupèdia’. | Jaume Morey
La cuadrupedia, la posición a cuatro patas, sirve a Martí Berlanga (Barcelona, 2002) para articular su poemario debut, titulado precisamente Quadrupèdia, que le ha valido el octavo Premi Francesc Garriga, impulsado por el sello mallorquín Adia Edicions junto con LaBreu, Edicions del Buc y Cafè Central. Con motivo de la Diada Mundial de la Poesia –efeméride que se celebra este jueves 21–, Berlanga recitará este martes, a las 19.30 horas, en Agua Bar (Palma) algunos poemas acompañado por la mallorquina Aina Riera. La actividad está organizada por el colectivo Fil de pua con la colaboración del proyecto Poeteca de la Fundació Mallorca Literària.
«Quadrupèdia describe una posición física simple y aquí la rescato para construir un relato no solamente físico, en el espacio, sino también en el tiempo y la antropología», aclara Berlanga. «Me hace remontarme desde mi propia experiencia a antepasados, al origen primitivo, a los primates y a la prehistoria, para ver cuáles son realmente nuestras raíces», explica. «Desde esta posición reflexiono sobre la posición cuadrúpeda que adoptamos en la vida, pues su descripción tiene muchas implicaciones humanas. Es un diálogo que establezco con los antepasados en el que me interrogo por las resonancias que tienen en mí hoy, quería explorar la distancia entre ellos y yo, entre aquellas criaturas que desconocían lo que vendría después. Aúna la parte más animal y los niños», agrega.
Justamente estos dos elementos son recurrentes a lo largo de todo el poemario, muy marcado por los abusos sexuales. «Siento la necesidad de explicar todo esto desde mi propia experiencia, pero sin asociarme directamente como víctima, en un discurso victimista o moralista, sino limitarme a exponer los momentos que he tenido que vivir y, de alguna manera, hacer de ello poesía, para sobrevivir».
Los abusos sexuales en la infancia y la pederastia no son asuntos muy tratados en poesía, algo en lo que el autor coincide. «La poesía es mi canal de expresión más amigo, así que tenía sentido que rescatara las historias desde este lenguaje puramente artístico, sin edulcorar. En la poesía encuentro mi aliado más cercano, desde donde me puedo expresar sin interferencias. Y el resultado estético me interesa; esa poesía de maltrato y de violencia. Todas las heridas tienen una traducción artística interesante y se puede ver como una reivindicación, con un valor artístico puro y limpio que habla justamente sobre la pederastia, el abuso o la violencia sexual».
Por otra parte, el libro recoge otros «relatos de ficción» que funcionan como «cápsulas» que rezuman «magia o fantasía» por las identificaciones que hace el yo poético, que se identifica con diferentes criaturas, con la voluntad de «hacer transformismo con otras formas de vida». «Me gusta que no sea un poemario que se limite a ser una denuncia cruda, sino que también se sujete a otros pequeños relatos», justifica. Así, dentro de Quadrupèdia, conviven los episodios de violencia con estas «pequeñas cápsulas de ficción donde soy un animal o un robot». «Es como si me sintiera incómodo o desposeído con mi cuerpo y por eso me tengo que vampirizar en otros, saltando de alma en alma», razona.
Sobre si sintió o no pudor, Berlanga admite que internet lo puso más fácil a la hora de presentarse al certamen, ya que «me he sentido cómodo al poder dejar mi testimonio sin juicios de por medio». Después, roto el anonimato, celebra que se ha sentido «muy bien acogido» y apoyado, incluso por gente que no esperaba, de todas las edades».
recital “Diada Mundial de la poesia” Martí Berlanga QUADRUPÈDIA Premi Francesc Garriga 2023 (una coedició d’Adia Edicions, Cafè Central, Edicions del Buc i LaBreu Edicions) i Aina Riera A LA TAIGÀ (editorial Fonoll) a Agua Bar de Palma (19.03.24)
presentació recital de SALVATGE I FREDA antologia poètica de Katherine Mansfield amb el traductor Marcel Riera i l’editora Ester Andorrà a la llibreria Mitja Mosca (19.03.24)
by Maica Rafecas, tr. Megan Berkobien
and María Cristina Hall
Fum d’Estampa Press, 2023
In coastal Catalonia’s wine country, families have owned vineyards for centuries. But the land was never completely devoted to grapes. Other crops have long provided sustenance and supplemented family incomes. As the monoculture that came with the twentieth century drove down profits, farmers took second jobs to support their vineyards. The death blow to the region—and the inciting action of September and the Night—is the government’s forcing families to sell their properties, which will be paved over to make way for a large Logistic Centre, a generic identifier for what ultimately means empty warehouses. While the Logistic Centre is an ever-present reminder of the threats that plague the area, the complication driving the novel is sexism of the culture, a force that runs so deep, it overrides the power of family.
For many, the sale of their land was fine. Maintaining a farm, working the vines, harvesting during the season, and fighting disease and climate change—all of these challenges were simply too much, at least for the men. This is certainly the case for the Llobeta Vineyard, owned by Magi since the death of his father, Grandpa Pau. And this is certainly true for his thirty-year-old son, a ne’er-do-well would-be poet named Jan. It is Magi’s daughter, Anaïs, who presents a problem.
Magi has neither the time, nor the interest, nor the commitment to tend to the grapes. What does he want? To go to work and come home without complications. The money from the sale will help.
Jan is unemployed and living with his father. He would like to return to a highly romanticized past, which means Samira, his longtime best friend and sometimes girlfriend. Otherwise, nothing is worth fighting for. Or, rather, it is too hard to fight for anything, even Samira. Samira, who grew up working with them in the vineyard, is off to Montreal on a fellowship to do graduate studies in anthropology.
The women are something else. Even Anaïs’ seven-year-old daughter has more strength than the men in the novel. But are they strong enough to combat the government’s takeover?
When Magi tells his children of the government’s plans, Anaïs commits herself to saving the vineyard. A forty-year-old mother recently separated from a husband who abused her, she owns a successful business, a design studio where she works on wine labels. Like the rest of her grandfather’s descendants, Anaïs sees the vineyard as something from the past. Unlike the men, however, she sees the present as a continuation. Her view embraces the land, the community, the history. Capitalism will destroy that.
One night, she slips from bed and out to the vineyard where she begins pruning the vines. Such is how her “little obsession” begins. She assumes care of the vineyard and takes up residence in a small building in it. In doing so, she begins to undermine the very foundations of her male-dominated world.
She has separated from her husband. But women don’t do that; after all, it was a good marriage. She has her own business designing labels for wine bottles, which she puts on hold while she takes over the care of the vineyard and the fight to keep it in the family. But women aren’t supposed to do that either; instead they are to care for their children. By working in the vineyard, much of the care of her daughter falls to her father and her brother. Her crimes mount. She collects bags of dog poop to spread in the vineyard. She collects the shards of pottery she finds between the vines. She catches glimpses of a mysterious old man in the vineyard.
Anaïs’s father reports her disruptive behaviors to the local authorities who, with bulldozers in the wings, have a psychological profile done on her. Her brother Jan supports his father, but only when it’s easy to. He meets Elisa, the social worker who was handed his sister’s case by the psychologist assigned to Anaïs, and repeats some of his sister’s “transgressions,” but he is busier objectifying Elisa than actually making his case. He complains about his sister in an email to Samira, rambling on about Anaïs’s “strange behavior,” how she must be “emotionally stunted,” abandoned by her mother and “orphaned by the land.” How else could she toss aside a husband?
He receives a 3,500-mile slap from Samira.
‘Stop with your bullshit! You should read over your texts before you hit send!’
‘What’s wrong? What did I say?’
‘Anaïs told you how sexist it was that you asked why she would ever leave a man who had “never abused her.” And you can’t take it. You’re trying to psychologize her.’
Samira tells him to get over his hang-ups and offers a means for doing so, in what amounts to a direct critique of all that Jan has lost. “You could start,” she tells him, “by paying attention to the land.”
His response reiterates the sexist underpinnings of the novel. But it also reveals that his romanticization of the past has nothing to do with the vineyard or the land other than as a means to a less complicated Samira. “Paying attention to the land?” he replies. “You’re crazy.” Later, as he sorts through his worries, he comes to a clearer articulation of the values his sister is challenging: “Family first, that’s right. There was a natural order to things: family before all else.”
The novel’s strength lies in its complexity. As Rafecas unwinds the motivations of her characters, she shows how their moral and cultural philosophies compete. In the series of contests that constitute the novel, there is little negotiation and even less compromise. Sadly, there are only winners and losers.
+++
Maica Rafecas (Llorenç del Penedès, 1987) is a social educator, anthropologist and publishing technician who has won numerous awards for her work. September and Night is her first novel.
+
Writers Megan Berkobien and María Cristina Hall frequently collaborate on translations from Catalan and Spanish.
+
Rick Henry has lived across the United States, but always returns to the sensibilities, landscapes, and histories of upstate New York. This is reflected in a number of novels and short stories including Lucy’s Eggs: Short Stories and a Novella (Syracuse UP), winner of the 2006 Adirondack Literary Award for Best Work of Fiction; Letters (1855) (Ra Press); and Colleen’s Count: Wednesday, August 16th, 1933 (Finishing Line Press). Find him at www.rickhenry.net.
“Vull escriure poesia. Sempre em poso a tremolar al caire de la poesia. L’ametller, els ocells, el petit bosc on ets, les flors que no veus, la finestra on m’aboco i somio que et repenges a la meva espatlla, i les vegades que la teva fotografia «sembla trista». Però especialment vull escriure una mena de llarga elegia a tu… potser no en poesia. Ni tampoc en prosa. Segurament en una mena de prosa especial”, va anotar Katherine Mansfield (1888-1923), el gener del 1916, en una entrada dels seus diaris. Tot i que és coneguda sobretot com una de les grans contistes del modernisme anglès, Mansfield va escriure poesia d’una manera més o menys intermitent, des que era adolescent i encara vivia a Nova Zelanda fins pocs mesos abans de morir a Fontainebleau. Després de la bona rebuda dels Diaris (L’Avenç, 2018) i Tots els contes (Proa, 2018), LaBreu reivindica la faceta més amagada de l’autora amb Salvatge i freda, una antologia de poemes que va escriure entre el 1903 i el 1922, triats i traduïts per Marcel Riera.
És el primer cop que aquests poemes es podran llegir en català. “Ni tan sols els coneixen les fans de Mansfield”, assegura el traductor. De fet, encara romanen inèdits en la majoria de llengües. “Fins i tot al Regne Unit s’han publicat molt poc –diu la crítica literària Marina Porras, que signa el pròleg de l’antologia–. Tant dels contes com dels diaris se n’han fet moltes reedicions. La poesia, en canvi, és la part menys estudiada de l’autora, també perquè és un aspecte menor de la seva obra”.
Segons Riera, Mansfield “no hauria passat a la història com a poeta”, però aquest volum “complementa” la seva narrativa i reflecteix “les cinc característiques que la defineixen més com a escriptora: una sensibilitat afuada, un estranyament físic, una moral laxa, un cor trencat i un esperit lliure”. “La poesia de Mansfield ens descobreix que un univers literari no s’improvisa, sinó que s’ha de treballar molt –afegeix Porras–. Hi ha una conversa continuada entre els contes, els diaris i la poesia. Juga tota l’estona a provar els límits de la prosa i el vers, i barreja temes com la naturalesa, la mística, la mort, la malaltia i el pas de la infantesa a la joventut”.
La poesia, una vocació precoç
Tot i que Mansfield va escriure més de 200 poemes, en vida no va publicar mai cap poemari. “Recorda una mica el cas d’Emily Dickinson”, segons Riera, que va dedicar l’antologia Aquesta és la meva carta al món (Proa, 2017) a la poeta estatunidenca. “Mansfield va tenir una carrera poètica frustrada –diu Porras–. D’adolescent va intentar publicar un llibre il·lustrat de poemes infantils, però no va tenir èxit, i quan ja vivia a Londres va provar sort amb un altre recull, però tampoc ho va aconseguir”. Això no vol dir que es prengués la poesia com un passatemps: “Quan va començar a escriure, volia ser poeta de la mateixa manera que volia ser contista, però en adonar-se que els contes li sortien millor s’hi va concentrar més”. “Quan va veure que amb la narrativa es podia guanyar la vida, va oblidar una mica la poesia”, afegeix Riera.
recital de Raquel Pena LA BREU HISTÒRIA D’ESTATS UNITS i Maria Isern RUSC a Cal Llibreter dins el cicle “Primavera literària” de Sant Just Desvern (16.03.24)
club de lectura deCristina Garcia Molina la seva novel·la ELS IRREDEMPTS al cicle “Terrassa Llegeix…” a la Biblioteca Distrect 5 de Terrassa (14.03.24)
Esteve Miralles ha presentat ‘L’Estrany’ (LaBreu), recull de la seva poesia completa, a la llibreria Laie, acompanyat de Màrius Serra, Míriam Cano i Esteve Plantada.
ve el dia que el poeta té la necessitat de mirar enrere i fer balanç de tots els versos que ha escrit i fins i tot ha publicat (o no). Per això ara Esteve Miralles recull la seva poesia completa a L’estrany (LaBreu) i dedica aquest volum sorprenentment gruixut a l’enyorat amic Vicenç Pagès Jordà i a dos dels seus mestres vius, Feliu Formosa i Narcís Comadira. I com ells, que van reunir la seva poesia a Rere el vidre i a La llibertat i el terror respectivament, Miralles s’ha reconegut en el gest i ha fet endreça de tota una dècada de poesia. Per molts de nosaltres ha estat una sorpresa, perquè fins ara només li coneixíem els reculls Ulls al bosc (una joia secreta autoeditada l’any 2019) i Com si tinguessis temps, esplet digital publicat l’any 2014 a la Biblioteca del Núvol per celebrar els seus cinquanta anys.
Ens ha sorprès perquè aquesta setmana ha reunit amics i amigues a la llibreria Laie, que ha quedat petita per acollir la presentació d’aquest volum recopilatori, on presenta la seva poesia completa en ordre cronològic invers. I la sorpresa és que el volum s’obre amb un bloc contundent i divers de poemes sota el títol Ara li és igual ser qui és, on trobem onzets, villanelles i haikús, entre d’altres formes mètriques.
Un onzet és un sonet mandrós, format per dues quartetes i un tercet. Els onzets tenen onze versos, i els de l’Esteve, que és primmirat, són versos d’onze síl·labes. No us perdeu la lectura que el poeta va fer de l’onzet ‘Elegància’ i la broma que li fa en Màrius Serra en aquesta gravació.
Dimecres a la llibreria Laie els tres presentadors van fer una ronda de lectures comentades. Míriam Cano va saber llegir tots els tons del verd del poema ‘Victòries’, d’Ulls al bosc, un llibre de cobertes verdes i de tiratge limitat que tenim molt poques persones. La Míriam va dir que l’Esteve és el millor regal que li havia fet Vicenç Pagès Jordà i és avui un amic en qui confiar a l’hora de buscar consell: “Mai em fa perdre l’esperança quan li explico els meus daltabaixos”, deia Cano.
Esteve Plantada va apuntar amb bon ull a la tirada que té Miralles a singularitzar certes paraules amb la majúscula. Fa un any publicava la novel·la El meu Amic (Angle, Premi Ciutat de Barcelona) i ara publica L’Estrany. Plantada va confessar que llegint els versos del seu homònim havia tingut aquella sana enveja de dir… ‘Això m’hauria agradat fer-ho jo’. Plantada va llegir l’epíleg del llibre, titulat ‘Poesia, pietat i paradoxa’, on Miralles, parlant de la construcció del poema, hi apunta: «O és paradoxal —irreductiblement irreductible— o és trampa. És pietat, o exhibició. […] O és fort i esbadellat, o és propaganda. […] La poesia és un vincle. La possibilitat d’una mena de vincle: que cada poema ha de construir cada vegada. Cada vegada.»
Màrius Serra va llegir i comentar un haiku de Miralles que diu: “La partitura/ s’adorm sobre el piano / quan improvises”. L’enigmista es va recular als anys universitaris compartits per fer la lectura d’aquests tres versos. “La partitura és el bagatge, la tradició, l’estudi, la teoria. L’Esteve, ja de ben jove, era coneixedor de la tradició i també força teòric, però si no s’hagués posat a improvisar per llançar-se a l’estranyesa avui no tindríem aquest llibre”, va dir Serra. També va recordar l’ambient universitari d’aquella facultat de lletres de la UB, on Miralles, David Vilaseca i altres sospitosos habituals feien una revista literària que es deia Ratlles(Quatre). L’Esteve també va recordar que amb en Màrius tenien una cançó feta a mitges que van arribar a tocar en públic com a teloners de Toti Soler i Pau Riba, però dimecres a La Laie no ens la van cantar.
El que sí que va fer Miralles és recitar un dels poemes més militants del llibre. En un altre exercici d’estranyesa, l’Esteve va recitar ‘Monegros’, escrit en aragonès, avui un idioma qüestionat i amenaçat pels bàrbars de Vox. No us perdeu la gravació i escolteu la seva lectura comentada. Màrius Serra va tancar l’acte amb el crit “Visca l’Estranyesa Lliure”.
Anna Enrich (Barcelona, 1984) és llicenciada en Filosofia per la UB i exerceix de professora de secundària en les deixalles que queden d’aquesta matèria en el nostre deficitari sistema educatiu. També està directament relacionada amb el món del teatre, on, paral·lelament a la docència de la filosofia, experimenta en el camp escènic des de l’escola Tallers de Teatre Silvia Servan, impartint classes des de fa dues dècades.
Els seus inicis en el món de la poesia van arribar aviat, durant els anys d’estudiant de secundària, a l’institut, a finals dels anys noranta, però és durant el tombant de segle que es comença a passejar per l’escena poètica del moment a la ciutat, segueix escrivint i comença a participar d’alguns recitals en un moment en què l’oralitat cobra una importància cabdal com a mitjà de difusió de la poesia al nostre territori.
La seva escriptura diu sentir-se en mig d’una tempesta: antena de llamps fa de transcriptora de sonors estats i estimats malsons. El poemari s’estructura en tres parts que es correspondrien amb «les tres ferides» del poema de Miguel Hernández. Una primera part inspirada en quadres, somnis; Leonora Carrington, Pieter Breugel; una segona que recull experiències autobiogràfiques sota el títol d’un disc de Bob Dylan; i una tercera part, sota el títol d’una tercera part de llibre d’Anne Carson.
La veu poètica d’Anna Enrich és d’una singularitat que no accepta etiquetes ni encasellaments, experimental i amb una construcció de llenguatge que situa el lector sota una sensació de terrabastall, com si els poemes recollissin la força destructora dels llamps d’una tempesta però també aquesta llum que enlluerna i ordena, en una sensació de caos sonor, el malson i les emocions de la condició de viure.
Títol_L’altra Venècia
Autor_ Predrag Matvejević
Traductor_Pau Sanchis
Pròleg_Raffaele La Capria
Postfaci_ Entrevista de Giacomo Scotti a Predrag Matvejević
Col·lecció_ Intrusa, 39
Pàgs_145
Preu_ 17€
ISBN_ 978-84-127601-8-7
2a edició
A L’altra Venècia, Matvejević ens ensenya a apreciar les diverses tonalitats del rovell sobre el ferro, la fusta i la pedra més modestes, explora els antics plànols anònims de la ciutat, fa irrompre la magnificència dels crepuscles, escolta la música dels passos sobre els ponts… Detall rere detall, recompon el dibuix complet de la ciutat i de les mutacions que ha patit amb el pas del temps i de la història. Escriu sobre una ciutat de la qual ja s’ha cantat cada racó; de fet, potser només queda lliscar per les esquerdes com fan les brises d’herba entre els maons.
A més del pròleg de Raffaele La Capria, que acompanya totes les edicions, aquesta inclou una conversa de Giacomo Scotti, traductor italià del llibre, amb l’autor i una nota del traductor al català, Pau Sanchis, en què s’expliquen les vicissituds del text. L’edició catalana recupera la millor qualitat de les imatges escanejades al Museu Correr de Venècia: Plànols, xilografies, estàndards i quadres.
Com ha escrit La Capria: «És a partir de l’observació d’un detall petit però significatiu —més ben dit, de la tria mateixa— que neix la poesia. I així, mentre ens sembla que llegim un assaig, una descripció o un diari, en realitat s’ultrapassen els límits del gènere i s’entra en una altra zona, que és la de la fantasia».
Les imatges de Venècia són de Simone Geri di Bardi, i són fetes expressament per a l’edició del llibre. Hem editat diverses postals i un pòster exclusiu.
Predrag Matvejević (1932-2017) va néixer a Mostar, de pare rus i mare croata. Va ser professor universitari a la Universitat de Zagreb, així com a la Sorbona, a la Sapienza i al Collège de France. Hi va ensenyar literatura francesa, literatura comparada i literatures eslaves. Va mantenir una posició ferma respecte a la guerra a l’ex Iugoslàvia, i es va exiliar a França i a Itàlia. Va viure els darrers anys de la seva vida a Croàcia.
L’any 1991 va publicar el seu llibre més reconegut, Breviari mediterrani. La primera edició de L’altra Venècia en croat es va publicar el 2003 i de seguida va ser traduït a moltes llengües, però no al català. En una visita a Barcelona el 2004, Matvejević va manifestar que res li faria més il·lusió que ser traduït a una llengua tan eminentment mediterrània. Finalment, aquest desig s’ha acomplert.
Dimecres 13, a les 18.00h, club de lectura de poesia sobre RUSC, de Maria Isern a la Biblioteca Joan Vinyoli
Divendres 15, a les 18.30 h, recital tertúlia “El meu Joan Vinyoli”amb Susanna Rafart, Chantal Poch i Gerard Cisneros
Dissabte 16:
a les 16.30 h Cafè-Tertúlia amb Maria Isern, a propòsit del llibre RUSC.
a les 18.30 h Recital de poesia a tres veus amb maridatge de ratafia. Amb Sebastià Alzamora, Maria Isern i Eduard Olesti. Maridatge a càrrec de La Sobirana.
tots tres actes es celebraran a la Casa de la Paraula (Sta. Coloma de Farners)
En els seus Quaderns d’escriptor William Somerset Maugham confessava —expeditiu— que sentia una mena d’aversió cap al cultiu del sofriment literari, una tendència que segons percebia pràcticament s’havia convertit en el gènere de moda en la seua època. Per a refermar aquesta opinió, Maugham deia que no havia entés mai l’actitud extremada de Dostoievski —i dels seus devots deixebles—, la creença que el patiment millora el caràcter dels individus, i remarcava que la seua teòrica capacitat expiatòria i ennoblidora era un mite inconsistent. Muriel Spark, fidel a la tradició britànica d’afrontar temes transcendentals sense descartar l’humor i una visió més terrenal, planteja en L’únic problema la presència del mal i de l’inexorable dolor humà, però sense caure ni en disquisicions filosòfiques ni en discursos admonitoris. L’entramat de personatges —amb un propòsit que s’estén a una bona part de les seues novel·les— estimen i es desenganyen, se sotmeten a les regles inestables de l’amistat, es troben captius dels seus errors, de pretensions il·lusòries i de decisions desafortunades. Però amb una bona dosi d’astúcia l’autora escocesa col·loca la peça central d’aquesta narració com un element menor que —aparentment— no altera el curs dels esdeveniments ni la resolució dels conflictes. Conversa al catolicisme com Chesterton, Muriel Spark creà una obra en què els grans debats morals i religiosos no es poden dissociar —com en molts escrits del creador de L’home que fou dijous— de les inèrcies de la vida quotidiana i de situacions ben poc èpiques, en què l’autoironia i la rialla espontània són indestriables dels drames i de les decepcions que conformen el dia a dia.
Quant als protagonistes de L’únic problema, Edward és un sacerdot anglicà que ha penjat els hàbits i ha decidit convertir-se en actor, tot i que la fama dels seus sermons ha condicionat la seua carrera i tan sols li han oferit en els inicis de la professió papers de predicador. Edward està casat amb Ruth, que junt amb la seua germana Effie es criaren en una rectoria d’un poble menut. Ruth posseeix un caràcter racional i protector amb la gent del seu voltant, mentre que Effie —guapa, capritxosa, altiva i malcriada— té uns objectius més exigents, sobretot pel que fa als recursos econòmics dels amants que captura. En aquest sentit, Effie era fins fa ben poc la dona de Harvey Gotham, un home inquiet i solitari que acaba de rebre una substanciosa herència que li permet dur una vida despreocupada a França —s’ha instal·lat en un casalot desendreçat prop de Nancy— i dedicar-se a les seues aficions intel·lectuals. Entre aquests quatre personatges sorgeixen rivalitats i interessos comuns, i una facilitat notòria per a intercanviar-se les parelles. De fet, tot esclata quan en unes vacances a Itàlia Effie —amb uns principis ideològics infantils i provocadors— decedeix furtar en una gasolinera una tauleta de xocolate amb la justificació que el seu acte era, al cap i a la fi, una protesta contra el capitalisme opressor que s’aprofitava de la indefensió dels dèbils.
A partir d’aquest instant la guerra pel divorci es precipita, amb la implicació dels cunyats que tracten de reconduir —desorientats— la situació. Edward havia conegut Harvey quan estudiava teologia, i entre ells existeix un fort lligam a més d’una evident competència travessada de sarcasmes i retrets sobre antics episodis que no s’han oblidat del tot, d’enveges indissimulades que són el rerefons d’uns diàlegs que semblen, més aviat, un àgil combat d’esgrima. Ara bé, el motiu principal des d’on es projecten totes les seqüències de L’únic problema —de forma més o menys indirecta— és l’estudi que està realitzant Harvey sobre el Llibre de Job. El protagonista escriu un assaig en què explora la natura del sofriment a partir de la figura bíblica de Job, i es pregunta com és possible que l’omnipotència de Déu permeta el patiment i el dolor. Harvey —creient a la seua manera— no acaba d’entendre la permissivitat divina amb el mal, i interpreta la situació de desconsol i d’incomprensió de Job com el producte d’una juguesca —inextricable i gratuïta en la seua virulència— entre Déu i Satanàs.
Com a contrapunt en la seua investigació, Harvey visita el museu d’Epinal —no massa lluny de la casa que té llogada— on es troba el quadre Job visité per sa femme, de George de Latour. Una pintura de mitjans del segle XVII inspirada en l’escola holandesa que desmenteix, en part, el relat sobre Job, ja que mostra com la muller —amb una inclinació maternal i gest d’enamorada— parla amb el seu marit serenament sense advertir-lo, com s’esdevé en els versicles de la Bíblia, de la tragèdia que comporta per a un home degradat i convertit en una autèntica desferra no atrevir-se a impugnar el designi diví. Encara que les elucubracions erudites no van més enllà d’aquestes referències, i Muriel Spark accelera en la novel·la la successió de fets. Effie ha estat detinguda per un robatori en un supermercat de Trieste, i la policia francesa sospita que pertany a un grup armat que amb atemptats i atracaments a sucursals bancàries intenta subvertir l’ordre polític i social.
En diversos interrogatoris els agents de la gendarmeria intenten obtindre alguna informació de Harvey sobre el lloc on pot amagar-se la seua exdona, i també el grau d’implicació d’Effie en la banda terrorista. En un primer instant, Harvey desconfia de les acusacions que llig en els informes i de les preguntes insidioses de la policia. Quan no sap què contestar —i també perquè encara està enamorat d’Effie i intenta protegir-la—, s’enfila en una exposició professoral sobre les condicions en què s’ha d’abordar el Llibre de Job per a desentranyar alguna conclusió, episodis en què Muriel Spark es recrea amb hàbil ironia i amb una sèrie d’escenes grotesques. És per això que l’advocat de Harvey etziba al seu client que, per a ser tan intel·ligent, sovint actua d’una manera ben estúpida. En aquest sentit, la prosa de L’únic problema és directa i concisa —i alhora amb relleu—, amb alguna comparació fulgurant, com el so de la màquina d’escriure que recorda l’activitat frenètica d’un pica-soques a l’arbre del jardí. Tot i que Muriel Spark a voltes hauria d’haver posat el fre de mà amb diàlegs reiteratius, o bé perfilar alguns personatges amb contorns més nítids ja que en el ritme de la trama queden una mica desdibuixats i vaporosos.
Evelyn Waugh assenyalava en les seues memòries de joventut Una educació incompleta que únicament quan ja s’ha perdut la curiositat en el futur s’arriba a l’edat idònia per a escriure una autobiografia. Muriel Spark no es deixa temptar en les seues novel·les pel to desencisat i la insatisfacció vidriosa de Waugh, o pels dilemes morals i les turbulències ideològiques —o, quasi millor, freqüents confusions— d’un altre escriptor catòlic com Graham Greene. La narrativa de Muriel Spark s’emparenta, si de cas, amb la grisor i les renúncies que retratà Barbara Pym —autora de l’excel·lent Quartet de tardor— en les existències d’oficinistes, treballadors i gent anònima, els anhels d’uns personatges que es veuen atrapats en una conspiració de petites derrotes. Al final de L’únic problema Harvey potser puga incrementar els béns materials i espirituals com Job quan rep la indulgència i la recompensa de Déu després de sofrir la pitjor dissort: la del desconcert davant del que sembla la condemna injustificada d’un innocent. Però l’única certesa és la que exclama el mateix Job quan sap que s’ha salvat: “He parlat en la ignorància de coses grans que no puc entendre”.
Marina Porras reivindica la vida d’hotel, SALVATGE I FREDA la poesia de Katherine Mansfield al Suplement de Catalunya Ràdio, a partir del minut 9.47 (03.03.24)
“realment està molt bé acostar-se a la part més desconeguda de Katherine Mansfield, que és bastant famosa pels seus contes però els seus poemes van passar sense pena ni glòria, i ara LaBreu els ha volgut reivindicar. La veritat és que ensenyen molt bé l’univers de Mansfield, llegint-los l’entens molt millor a ella com escriptora i com a senyora en general, i com sempre en Mansfield la vida i obra es barregen. I hi ha una sèrie de poemes que va escriure els darrers anys de la seva vida que parlen d’hotels, perquè Mansfield va estar durant molt de temps malalta de tubercolosi, de fet va morir d’aquesta malaltia, als 34 anys, i aquesta tuberculosi la feia viatjar per llocs de la costa que suposadament anaven millor als seus pulmons que no pas quedar-se a Londres on vivia i quan feia aquests viatges forçats moltes vegades anava d’hotels, però no era una experiència agradable ni luxosa, més aviat estava cansada d’haver de voltar contínuament pel món, com explica aquest poema que és molt breu i que ara llegiré que es diu “Arrivé”… Mansfield va captar molt bé, a la força, la vida d’hotel més trista”
Jordi Valls és un dels poetes més rellevants de la nostra literatura i acaba de publicar un llibre que, en llegir-lo Màrius Sampere, va considerar-lo saludablement impertinent: Tractatus de la mort de la poesia catalana, un títol que ens remet al Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgenstein, que ens convida a qüestionar-nos l’aparença i els límits del llenguatge per representar la realitat. Cal aclarir tot seguit, però, que l’excel·lència del contingut del volum desmenteix la interpretació literal d’un títol que algú podria considerar de mal averany per a l’expressió poètica i que correspon al poema que tanca la primera de les tres parts d’un llibre on Jordi Valls alterna la prosa i el vers. Però és cert que hi ha una manera carrinclona i mel·líflua d’entendre la poesia catalana que no faria pas cap mal que quedés reclosa en el passat i que deixés de reaparèixer amb voluntat d’expressar inútilment la contemporaneïtat: “Que es malmetin doncs els versos amables,/ els poemes encartonats i falsos”. El volum s’obre amb un pròleg, de lectura del tot recomanable, de Lluís Calvo, que ens ofereix pistes ben fonamentades per endinsar-nos en la personalitat i l’obra de Jordi Valls, com el seu arrelament a Santa Coloma de Gramenet o els aspectes que caracteritzen el plantejament literari de Jordi Valls i la seva evolució, des del realisme al textualisme i la descomposició del discurs, passant pel surrealisme. El primer poema del Tractatus comença amb aquest vers: “Si la poesia és el tanatori de la paraula”. I el darrer dels textos s’inicia: “El poema és el cementiri de la paraula.” Jordi Valls sap que l’ésser humà s’ha enlairat des de la paraula i que la poesia n’és un suport primordial en l’esforç tenaç de lucidesa i de dignitat, de construir un sentit per a l’existència. La poesia és l’últim reducte de la paraula humanitzadora. Arrapat a la realitat concreta, Valls l’observa amb esperit crític, ironia i tendresa. Som el que hem viscut i el que anhelem, però Valls ens recorda que “Escollim la memòria/ que més ens convé”. La realitat ens mostra “una veritat a mitges”, sense èmfasi: “La veritat és intranscendent”. Que Jordi Valls és un poeta important ho acrediten els premis obtinguts i els volums editats, la profunditat radical de la seva mirada, però també que hi trobem imatges com “Has escrit un núvol a l’aire”, “El mar d’esquenes amples” o “Que altes són les muralles del temps”. Valls té la saviesa autèntica de l’escèptic, que l’empeny a dir: “L’eternitat no vol perdre el temps amb nosaltres”, però no és un nihilista, perquè no renuncia ni a la tendresa ni a l’esperança. Reprenent el fil de les Cartes a un jove poeta de Rainer M. Rilke, Jordi Valls escriu una Carta a un jove poeta. Hi diu: “el poema exigeix les paraules exactes”. I conclou: “podries fer el poema ara mateix, només/ cal que respiris, que esperis el moment just/ per fer l’abordatge. Persevera. N’ets la llavor”.
presentació recital de l’antologia poètica de Katherine Mansfield SALVATGE I FREDA amb el traductor Marcel Riera i l’editora Ester Andorrà a Cal Llibreter (28.02.24)
presentació recital de l’antologia poètica de Katherine Mansfield SALVATGE I FREDA amb el traductor Marcel Riera, la crítica literària Marina Porras i el recital de Nú Miret a La Documenta (27.02.24)
presentació recital de l’antologia poètica de Katherine Mansfield SALVATGE I FREDA amb el traductor Marcel Riera i l’editora Ester Andorrà a la Llibreria Foster&Wallace de Vic (22.02.24)
Dos artistes encarats en un replec temporal, Francis Picabia i Benet Rossell, reviuen la figura de la poeta Berta Epstein. Berta, tractada com a personatge de ficció en la segona novel·la de Joan Vigó (Vides potser, LaBreu, 2021), va ser una poeta avantguardista desapareguda misteriosament a París l’any 1923 quan només tenia només vint-i-quatre anys. Picabia i Rossell, cartògrafs sentimentals, flâneurs de la vida moderna i afectats per la bohèmia, honoren la presència magnètica de Berta Epstein.
Les platges del clatell explica no només la biografia d’Epstein, sinó també la peripècia de la descoberta dels únics poemes que se’n conserven, presents en aquest volum en forma de poemari insert. Una investigació singular plena de connexions inversemblants i de casualitats inesperades. Un joc de miralls on l’art i la vida s’enllacen en un collage que batega més enllà d’èpoques i distàncies. Vigó ressuscita misteris i encadena episodis viscuts, quasi èpics: un cant a la vida.
Joan Vigó Arnau (Barcelona, 1964). Ha publicat els poemaris Pastor d’antenes (LaBreu, 2017), Cementiri d’avions (Adia Edicions, 2018), Saurí del nom (LaBreu, 2022) i les novel·les Haiku a Brooklyn (LaBreu, 2018) i Vides potser (LaBreu, 2021). Ha fet incursions en el relat a la desapareguda revista Les Males Herbes i en el món de la fotografia, la ràdio, els pòdcasts, les exhumacions poètiques i el cinema. Abomina del gregarisme. El podeu trobar a mafiamental.blogspot.com i a @mafia_mental (Instagram) i a mafia_mental_ (X).
Títol_En la pell de la terra un teler Autora_ Núria Mirabet
Epíleg_ Marina Garcés
Il·lustració_ Pedro Strukelj Elgarte
Col·lecció_ Alabatre, 135
Pàgs_100
Preu_ 14€
ISBN_ 978-84-127601-9-4
Tres personatges femenins sorgits del mite, dues dones i una nimfa, Penélope des de l’espera conflictiva, Cassandra des de la incomprensió i Eco en la seva reducció a veu sense voluntat, encarnen, tres dones, tres personatges que són negats i a qui el desig els hi és cancel·lat per uns herois que potser no ho eren tant. Tot comença per tibar una paraula, articular un so i buscar la vibració, l’eco, el matís, el desig i a l’amor que donen vida i conformen l’edifici que som, allò de què estem fets. Així ens arriben aquests veus negades, veus que ens parlen sense estridències, amb aparença de dolçor, de bell llenguatge poètic, sense cap intenció de reivindicar res, només la necessitat de mostrar-se i ser escoltades des d’aquesta senzillesa que sorgeix de l’experiència, la intel·ligència i una sensibilitat singular. Tot comença, tot s’origina, en la terra. A partir d’aquí, la simbiosi, el verb, la intempèrie, les fronteres per on no cal infiltrar-se, on només cal sembrar-se, escampar-se per donar pas a un món comú que esdevé rizomàtic.
Núria Mirabet (Barcelona, 1966) Ha publicat Lianes o les rates que imiten l’Esther Williams i Descosir-se l’asfalt en un abric de quadres, a l’Editorial Trípode. En la pell de la terra un teler és el seu tercer poemari.
La poesia de Mirabet defuig l’explicació racional, no respon a definicions ni etiquetes, busca teixir entre tradició i modernitat amb els fils, les paraules, les poètiques i, sobretot, les músiques que se li han anat convertint en pell i cicatriu, en veus que rememoren i amb les que ha anat dialogant al llarg dels anys, totes elles apareixent, explícites, en el tapís, en el teler de l’espera on tot, a través de la memòria es fa paraula i s’estén i muda, metamorfosi del verb, tornant-se residus, però també pell en una expressió més pròxima a la contemporaneïtat lírica de veus com Marianne Moore, Louise Glück o, sobretot Jorie Graham.
Tot va començar amb Penélope Cassandra i Eco. Tres dones que van ser negades. Que el seu desig va ser cancel·lat per uns herois que en realitat no ho eren. Tot va començar per tibar una paraula, un so i buscar la vibració, l’eco, el matís, del desig, de l’amor, del de què estem fets. De la veu des d’on elles ens parlen sense cridar ni sense ser estridents, sense interès en reivindicar, sinó en mostrar i ser escoltades des d’aquest “fer” senzill.
Tot va començar des de la terra, des de la Margulis, de la simbiosis, del verb, de la intempèrie, des de les no fronteres per on no cal infiltrar-se només sembrar-se, escampar-se. Un mon comú que es rizomàtic.
Buscar els fils, buscar paraules, buscar poètiques i musiques, que eren pell i feien pell i cicatriu. Veus que em rememoren i rememoro, amb les que he anat dialogant al llarg dels anys, i que van apareixent explícitament al llarg del llibre.
Tot va ser començar, i va estendre’s i a desplaçar-se i va
mudar: metamorfosi:
des-fer-se:
un tornar-se:
residus:
i pell tendra:
L’Estrany reuneix tres llibres de versos: un llibre inèdit titulat Ara li és igual ser qui és (2024), i dos títols més —Ulls al bosc (2019) i Com si tinguessis temps (2014)—, que completen un cicle tancat de deu anys de creació poètica. Esteve Miralles (1964) va començar a publicar els seus primers poemes, en revistes i antologies, a l’entorn de 1984, i no en va fer llibres fins arribar a la cinquantena, amb aquest cicle i aquestes tres peces.
L’Estrany és un volum estrany, d’un poeta estrany, poc classificable, i concentrat —sobretot— a desidentificar-se. Com hi diu una endreça de Wallace Stevens: «He was not man yet he was nothing else.» L’Estrany qüestiona les innocències fabricades i les inflacions banals del jo. A l’epíleg del volum, sobre el poema, Miralles hi apunta: «O és paradoxal —irreductiblement irreductible— o és trampa. És pietat, o exhibició. […] O és fort i esbadellat, o és propaganda. […] La poesia és un vincle. La possibilitat d’una mena de vincle: que cada poema ha de construir cada vegada. Cada vegada.»
Formalment, el llibre conté una àmplia diversitat estilística, que va des del poema en prosa, i passant pels versos despoetitzats, fins a la recomposició de referents clàssics com les villanelle: o la invenció de l’onzet, una nova estrofa d’onze hendecasíl·labs rimats, que mostra la versalitat d’aquest vers tan infreqüent en català al damunt de l’estructura d’un sonet precipitat (amb dues quartetes, però amb un sol tercet final).
Esteve Miralles Torner (1964), escriptor i traductor. A més de la seva poesia, aplegada ara a L’Estrany (2024), Miralles ha publicat les novel·les Núvols com (2001) i El meu Amic (2022, Premi Ciutat de Barcelona de literatura catalana), el dietari narratiu Retrobar l’ànima (2013) i l’estudi Narcís Comadira, per Esteve Miralles: Les ipseïtats poètiques de Narcís Comadira (2021). Ha traduït Molière, Camus, Shakespeare, Jane Austen, Harold Pinter, Aleksandr Blok i Borís Pasternak. Com a crític, ha escrit articles sobre diversos autors catalans contemporanis, o l’assaig «Retòriques de l’ansietat, i de la pietat» (2022). És professor universitari, i imparteix cursos a l’Escola Bloom i a l’Aula d’Escriptura Vicenç Pagès Jordà de Girona. Amb L’Estrany, Miralles completa un cicle literari que destil·la de la quotidianitat –rastres, art, imaginació– allò que ens salva. Poemes de prospecció d’instants narrables: inconsistències autodelatades, desidentificacions ingènues i alguns pedaços (íntims) d’història contemporània.
Amb El desertor en el camp de batalla, Julià de Jòdar va fer veure que s’acomiadava, ja que torna amb la monumental La casa tapiada a Comanegra, a través d’una novel·la escrita per a una època que el mateix autor bateja com “l’Era de la Dislocació”, en què la memòria col·lectiva s’ha fragmentat en experiències individuals divergents i contradictòries. Com Pier Paolo Pasolini, De Jòdar entén que hem entrat de ple en la Posthistòria. Tenint en compte aquest canvi de paradigma, quins versos seran capaços d’immortalitzar el caòtic esperit del temps? Amb contundència afirm que el poeta que millor descriu el nostre ara més immediat, amb tendresa i nostàlgia i mala llet corrosiva, és Jordi Valls. Amb el seu nou títol, el wittgensteinià Tractatus de la mort de la poesia catalana a LaBreu Edicions, fusiona totes i cadascuna de les seves capacitats expressives, la de realisme líric i la surrealista, per fer-nos estremir amb un llibre extraordinari, la seva indubtable obra mestra fins al moment.
Si amb Guillem Tell, que va veure la llum al segell calongí AdiA Edicions, Jordi Valls va perpetrar una sèrie de proses poètiques que acabaven convertint-se en dinamita combinatòria i que desembocarien en el festival delirant de Pollo, amb el Tractatus de la mort de la poesia catalana l’escriptor nuclear de Santa Coloma de Gramenet plasma una escriptura capaç d’executar psicogeografies territorials i literàries des de Cadaqués fins a Bangkok. Sota les influències de Màrius Sampere, Carles Hac Mor o la recentment finada Ester Xargay, l’autor ens proposa una brutal partida d’escacs contra la merda de la mort enmig d’una autèntica i gloriosa dansa escatològica farcida d’humor negre i de refulgències absolutament genials. Perquè Valls aposta per abolir l’estrenyiment textual, el que es prodiga en “versos amables, / els poemes encartonats i falsos”, i arbora una defensa decidida per l’imprevist, per les associacions inesperades, per les conjuncions que fan reverberar els mil i un sentits, tot a favor del fulgor que sorgeix dels racons que ningú no havia considerat dignes de versos. Tot plegat és un projecte estilístic i filosòfic colossal que subverteix les convencions.
El volum s’enceta amb un lúcid i extens pròleg de Lluís Calvo que a partir d’ara serà de referència obligada per comprendre les claus de l’atrevida obra de Jordi Valls, una de les més contundents i ambicioses en llengua catalana però també en el convuls marc comunitari europeu. Perquè, en efecte, aquest Tractatus de la mort de la poesia catalana de Jordi Valls és “una de les propostes més radicals i lluminoses” de l’escriptura actual, un veritable antídot contra la mediocritat i una altra prova que la poesia, en mans adequades com les de Valls, continua essent capaç de reinventar-se malgrat les incerteses del món.
Lluís Calvo signa un pròleg que repassa la trajectòria vital i poètica de l’autor
Tenir força per resistir sens dubte ajuda a sobreviure. Fa tan sols uns anys hem encunyat el terme resi- liència, que suposa saber adaptar-se a les amenaces i adversitats que ens anam trobant pel camí, tant si els problemes sorgeixen des d’àmbits a priori tan di- ferents.com les relacions sentimentals o els neguits de la feina. Resisteix i venceràs, podria ser la màxima minimalista. En el món de la creació, concretament en el vessant del conreu poètic, també podem aplicar aquesta teoria, i sobretot ens compareix de seguida a la ment un nom concret: Jordi Valls. El poeta, que prefereix ser del reducte universal de Santa Coloma més que d’una Barcelona reclosa en ella mateixa, fa molts anys que ens va sorprenent amb una poètica tan hipnòtica com inclassifica- ble. Com diu Lluís Calvo a l’estudi-pròleg d’aquest Trac- tatus de la mort de la poesia catalana (LaBreu Edicions, 2023), molts dels companys d’aventura de Valls han que- dat pel camí, però ell persevera «sense complexos, amb la influència del realisme re- flexiu de Narcís Comadira i el formalisme i l’avantguarda de Joan Brossa». Una vegada més, Jordi Valls ens presenta un llibre arriscat, al marge de modes i mo- distes versaires, que cerca anar més enllà d’una escena quotidiana o de la necessitat fisiològica. De retratar els dinosaures, passa a perfilar la imatge i els vicis de Samuel Beckett. I no mira prim a l’hora d’encabir els més experimentals -Hac Mor, Xargay, Duchamp…- al costat dels qui es troben a les antipodes, com la mateixa Pantoja. A partir d’un territori hostil i d’uns efectes col·laterals negatius, Jordi Valls ha anat construint un artefacte poètic ple de picades d’ullet, referències mig velades i sobreentesos que cal desentranyar. Directe i alhora profund, ens parla de la cosa pública, de metapoesia, dels seus espais geogràfics i espirituals, de l’art inabastable i la vida minúscula, de Tàpies i Cioran, i ho fa amb una irreverència que a voltes frega l’absurd, un surrealisme carregat de vivència i de veritat. Com á cloenda, ens regala una mena de poema- assaig entorn del fet poètic, aquest inacabable ofici d’escriure: «El poema és el cementiri de la paraula». Així, el poema reneix i reviu cercant altres formes i altres cossos perquè, com tots els bons poetes saben: «la paraula ho és tot».
Tot passa baix’, de Teresa Pascual: Els límits del llenguatge
Pascual prescindeix de noms propis, de referències temporals, de circumstàncies històriques, per deixar pas a una veu, a vegades impersonal, a vegades en primera persona del plural, que constata la radical solitud de l’individ
Teresa Pascual DAVID ARQUIMBAU SINTES (EFE)
Teresa Pascual (Gandia, 1952) ha rebut l’últim premi Lletra d’Or per aquest seu desè títol de poesia, publicat el 2022; al cap de tres dècades llargues de creació, significa també el reconeixement d’una trajectòria, que inclou altres premis com el Senyoriu d’Ausiàs March 1987, el Vicent Andrés Estellés el 1988 i el Crítica Serra d’Or de poesia el 2003. Un detall significatiu de la seva biografia és que hauria volgut estudiar filologia, però en no trobar aquesta carrera a la Universitat de València va optar per la de filosofia. La seva poesia, encara que lluny de cap debat filosòfic, és en bona mesura poesia del pensament. Diu George Steiner que “l’objectiu de la poesia és reinventar el llenguatge, fer-lo nou” i que “la filosofia s’esforça a fer que el llenguatge sigui rigorosament transparent, el vol depurar de tota ambigüitat i confusió”.
El llenguatge que fa servir Pascual prescindeix de noms propis, de referències temporals, de circumstàncies històriques, per deixar pas a una veu, a vegades impersonal, a vegades en primera persona del plural, que constata la radical solitud de l’individu, la insuficiència del llenguatge i la impossibilitat de conèixer la realitat en què estem immersos i davant la qual no parem d’interrogar-nos: “Els límits del llenguatge han ajornat el món”. En certa manera tota poesia entaula una lluita contra els límits del llenguatge, però això és més visible quan se situa en un terreny ple d’interrogants. A diferència de llibres anteriors, en què el paisatge tenia un protagonisme secundari i les relacions humanes contribuïen a donar sentit a l’existència, ara assistim a un grau de despersonalització més gran, fins al punt que elements naturals —”el camí d’eucaliptus / que s’allarga amb l’oest”, “el rosa descobert / de les últimes llums”— passen al primer pla i esdevenen sintagmes d’un nou llenguatge críptic, personal, que prova de donar sentit enmig del caos.
Una de les virtuts que té Pascual és fer els poemes a base de versos, al més sovint de la mateixa mesura. En llibres anteriors predominaven els decasíŀlabs; en aquest són freqüents els versos més curts, sobretot hexasíŀlabs, cosa que facilita un discurs menys expansiu i més concentrat en la successió d’imatges. Amb aquesta mínima estructura formal i certs recursos retòrics, sense els quals no es pot dir que existeixi el poema, aconsegueix convertir el que en principi és una divagació de mal desxifrar en una peça plena de suggeriments que el lector està convidat a fer-se seva; no sense esforç, perquè no se li dona tot fet. Aquest és el hàndicap del llibre en conjunt, que acabada la lectura resta la sensació de no haver sabut o pogut desxifrar tot el que l’autora ens ha volgut dir. El punt de partida sembla ser la consciència de la dualitat, entre la vida i la mort, entre el jo i els altres, entre el cos i l’ànima —”l’ànima es queixa / de no haver sigut carn”—, i la impossibilitat de superar-la; i també la consciència de la desorientació, de la pèrdua de referents: “Les empremtes del bosc / queden lluny de nosaltres; / no sap tornar ningú”. En aquesta situació d’incertesa, en què hi ha molt de contemplació i un punt de temor, pren sentit el títol: “Hem acotat els braços, hem reclinat el cos, / hem copsat les raons del fons des de l’altura”. La mirada pugna per elevar-se però al capdavall s’imposa la resignació que “tot passa baix, / i tot es veu menut / i res no importa més”.
recital del Premi Jocs Florals de Barcelona 2023 FOSCA NEGRA de Joan Tomàs M Grimalt en conversa amb Anton Not a la Llibreria La Irreductible (03.02.24)
recital presentació de “Jocs Florals de Barcelona” UN GRAPAT DE PEDRES D’AIGUA de Manel Ollé FOSCA NEGRA de Joan Tomàs M Grimalt a la Llibreria Papasseit (03.02.23).
Les editorials La Breu Edicions, AdiA Edicions, Edicions del Buc i Cafè Central, i patrocini de LiberisLiber convoquen conjuntament per vuitè any consecutiu el Premi Francesc Garriga de Poesia adreçat a poetes inèdits, per tal de rememorar l’amic i poeta.
BASES
Hi podran concórrer, en català (ni traduccions, ni falsedats, ni plagis, ni escriptura IA) tots els poetes que NO hagin publicat cap llibre i siguin autors inèdits (ni de poesia ni altres gèneres literaris —es comprovarà el registre ISBN) fins al moment de tancar aquesta convocatòria, sense cap límit d’edat.*
El premi consistirà en la publicació del llibre dins la col·lecció “Francesc Garriga”, que co-editaran les quatre editorials convocants del Premi, i una escultura de l’artista Llorenç Garcia. Les editorials convocants s’ocuparan que el llibre premiat tingui una àmplia difusió al llarg i ample de tots els territoris de parla catalana.
L’edició del llibre guanyador sortirà impresa la tardor de 2024 i es signarà un contracte estàndard d’edició.
Es presentarà una còpia electrònica del llibre original en format PDF a l’adreça: premigarriga@gmail.com
A la primera pàgina del llibre s’hi consignarà el nom del Premi, i el nom, cognoms, adreça postal, telèfon i adreça electrònica del poeta. No s’admeten treballs sota pseudònims.
Les obres concursants s’hauran d’enviar a l’adreça electrònica abans esmentada en el període entre l’1 de febrer i el 31 de maig de 2024.
Les obres concursants hauran de tenir una llargada similar a un llibre corrent de poesia.
El Jurat estarà format per les següents persones: Esteve Plantada, Marc Romera, Paco Bononad, Pau Vadell, Jordi Valls, Veronika Paulics i Martí Berlanga —que actuarà com a secretari.
El Jurat podrà declarar desert el Premi i resoldre inapel·lablement totes aquelles qüestions no estipulades en aquestes bases.
El veredicte del premi es farà públic en un acte literari a la fira LiberisLiber del qual s‘informarà oportunament.
* També es considerarà inèdita la persona que hagi participat a alguna antologia o recull de poemes i la seva extensió no superi un 20% del total del llibre on es recull.
We use cookies on our website to give you the most relevant experience by remembering your preferences and repeat visits. By clicking “Accept All”, you consent to the use of ALL the cookies. However, you may visit "Cookie Settings" to provide a controlled consent.
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
” alt=”‘Paüra’. LaBreu Edicions. 182 pàgines. 16 euros.” data-v-5dde30c4=”” data-was-processed=”true” />
/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/ERL45XQENRED5GFENTKMT5FLSA.jpg)
/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/GN5WAJ2VQVAIZGGSSZ3GPYEJNM.jpg)
ç
